Tribunal de cuentas

Publicado el 16 septiembre, 201715 septiembre, 2017 por AGN

Diario El Mecurio

El Contralor subrogante ha planteado en estos días la necesidad de eliminar la figura de Contralor del Estado y sustituirlo por un Tribunal de Cuentas, para fortalecer el sistema de control público en el país que tan venido a menos se encuentra en nuestro país durante estos últimos diez años. El nuevo organismo que sustituiría al contralor estaría conformado según esta tesis por un cuerpo colegiado de entre cinco a siete personas. Esa composición daría origen a la posibilidad de salas especializadas que estarían encargadas de analizar los informes y establecer responsabilidades. Un cuerpo colegiado- en suma- que venga a cumplir la función de un único funcionario como ha sido el contralor en estos años.

En nuestro país al igual que en muchos otros, la misión de controlar el buen uso de los recursos públicos tiene una larga historia que viene desde los tiempos de la Colonia cuando existían las Contadurías que básicamente funcionaban en la capital de la Real Audiencia. Posteriormente se descentralizó esa función con contadurías en Quito, Guayaquil y Cuenca. En la segunda mitad del siglo se dio paso al Tribunal de Cuentas que subsistió hasta 1927 cuando en el gobierno de Isidro Ayora se creó la Contraloría. En este contexto, la propuesta no es nueva sino mira más bien a retomar un organismo colegiado que tenga más fuerza y sobre independencia con respecto al Ejecutivo.

Si bien la recomendación puede llevar a mejorar el sistema de control, el tema de fondo seguirá siendo el de la autonomía de quienes ejerzan esas funciones con respecto a los otros poderes del estado. La falta de autonomía llevó al descalabro de estos diez años en que la corrupción cundió por todo el aparato estatal dejando secuelas que recién hoy empiezan a ser descubiertas. El nombramiento de autoridades de control resultó un fracaso en buena parte porque quienes los nombraban carecían fueron parte del partido de gobierno o cercanos a él. La experiencia muestra que más allá de la forma que asuma el sistema de control lo fundamental será la autonomía, que es lo que no ha habido en estos años.