Su Señoría

Publicado el 16 septiembre, 201715 septiembre, 2017 por AGN

Diario El Mercurio

[José Chalco Salgado]

No es una causa cualquiera. Menos para guardar silencio. No es un problema aislado. Es cuantioso, grave, calamitoso y, sobre todo, vergonzoso.

Que un Estado Constitucional, de Justicia y Derechos, tenga en sus amplias filas de la administración de justicia, injerencia de otros Poderes del Estado y de enviados de Gobierno, es un problema de Estado. Al menos, estamos en aprietos. Desalineados de estándares en derechos humanos, y las “mil y un conquistas” constitucionales y revolucionarias que tanto nos dijeron se habían logrado en los últimos diez años.

Pero haciendo uso de mi derecho a expresar, Su Señoría, Usted conoce y sabe la verdad. Su lealtad más que hacia la justicia, va a un color y bandera. De hecho, en cada pasillo se insinuaba en voz baja y con algo de temor, que la justicia había adquirido un patrono. Dicen que hasta su sueldo le quitaron; hubo varios meses que debió entregarlo en donación a la organización política que el proceso auspició. Además, la concurrencia a convocatorias de marcha y reuniones que con sándwich se amenizaban, le tocó. Usted conoce que los procesos en los que estaba en juego la responsabilidad del paternal Estado, demoraban y jamás se lo condenaba. Una larga letanía. Un sinsentido en verdad.

La tutela judicial efectiva no se cumplió. Las disposiciones, dicen, que por teléfono llegaban. Visitas, correos, llamadas, memos, error inexcusable y disposiciones llegaban para someter y atemorizar. Todo era sabido. Nadie lo puede negar. Pero ojo, que también hay jueces y juezas probos, éticos, con valores y conocimiento, pero lamentablemente no son la mayoría, aunque bien ganado tienen su nombre.

Pero volviendo a Usted, Su Señoría, mencionan que las denuncias llegaron y continuarán. Pues, el poder es transitorio y ya terminó. Los abusos se conocen y la corrupción se descubre. Sí. Incluso el máximo jefe de la banda ya lo confesó y aceptó, pues por correos electrónicos de seguro, a Usted también le supieron ubicar. Y así, cómo seguirle llamando: Su Señoría. (O)

josechalcosalgado@gmail.com