martes, 19 de septiembre de 2017

  
Ciudades del Milenio: Oro negro por ‘baratijas’
Japhy Wilson y Manuel Bayón, los autores del libro “La selva de los elefantes blancos”, conversaron con Plan V sobre los tropiezos y entretelones de su obra que desmonta tres obras emblemáticas de la Revolución Ciudadana.
18 de septiembre del 2017
REDACCIÓN PLAN V
Los elefantes Blancos visten de neocolonialismo y traen consigo el despojo de territorio, dicen sus autores.
Elefantes blancos, serpientes de acero; piratas de agua dulce, laboratorio de espejismos. Estos son algunos capítulos de lo que parecería una libro de ciencia ficción. Pero en realidad es la descripción que hacen los investigadores Japhy Wilson y Manuel Bayón a la megaobras de la Revolución Ciudadana en la Amazonía. “La selva de los elefantes blancos” es el título de su libro que recorre de forma detallada proyectos como las Ciudades del Milenio, el corredor inter-oceánico Manta Manaos y la Universidad Regional Amazónica Ikiam. La semana pasada presentaron el libro oficialmente, cuyo principales hallazgos ya fueron publicados en este portal: Ciudades del milenio: simular la civilización y La costosa ruta al Amazonas por la que nada se exporta. Ahora los autores cuentan los entretelones de su investigación.
Japhy, tú has estudiado a Jeffrey Sachs -uno de los grandes arquitectos sobre el neoliberalismo a escala global- en muchos momentos de su vida. ¿Qué pensaste cuando lo viste tan cercano al expresidente Rafael Correa?
Que el proyecto post neoliberal de Correa no está  tan lejos del proyecto neoliberal. Justo el libro que escribí sobre Jeffrey Sachs (Jeffrey Sachs: The Strange Case of Dr Shock y Mr Aid) era una forma de teorizar la ideología neoliberal y cómo el proyecto neoliberal a nivel global ha ido evolucionando: de un proyecto de ajuste estructural o terapia shock hacia un proyecto más complejo e integrado de ingeniería social. Es muy interesante ver cómo muchos de los planteamientos post neoliberales de Correa son totalmente coherentes con el Post-Consenso de Washington. Cada discurso de Correa, de la Revolución Ciudadana, dejó en claro que su proyecto está en contra del Consenso de Washington (conjunto de medidas de política económica de corte neoliberal). Lo que no se dice es que ahora el mismo proyecto del Banco Mundial está en contra del Consenso de Washington. El neoliberalismo ahora está en contra del Consenso de Washington. Ahora está dentro de ese nuevo marco. Eso es muy coherente con el proyecto post neoliberal de la Revolución Ciudadana. Una forma de demostrarlo es que el primer arquitecto del Post-Consenso de Washington es Jeffrey Sachs, quien terminó siendo el aliado de Rafael Correa. A pesar de que Sachs en 1998 fue asesor de Jamil Mahuad.
Vine a Ecuador justo para escaparme de la figura de Sachs. Quería hacer otras cosas con mi vida y aquí llegué con la idea de que tal vez había algo en marcha distinto,pero me encontré justo con él en el edificio de la Unasur, dando una charla magistral y abrazándose con Correa.
"El primer arquitecto del Post-Consenso de Washington es Jeffrey Sachs, quien terminó siendo el aliado de Rafael Correa. A pesar de que Sachs en 1998 fue asesor de Jamil Mahuad".
Cuando viste esa imagen, pensaste que no ibas a encontrar algo distinto.
Japhy: Bueno ya sabía porque fue a mediados de 2015 así que ya estaba bastante claro cómo fue la situación y había avanzado nuestro trabajo sobre los elefantes blancos en la Amazonía.
¿Cuando arrancaron estas investigaciones?
Manuel: El equipo empezó en septiembre de 2014 y duró hasta diciembre de 2015. Comenzamos siendo 11 personas en 4 líneas de investigación: matriz productiva, expansión urbana, una visión feminista sobre el cambio en el Estado y la última sobre los megaproyectos en la Amazonía.
¿Cuántas veces visitaron las obras?
Manuel: Hicimos un recorrido completo de todo el eje en territorio ecuatoriano del proyecto Manta Manaos, comenzamos en Manta, analizamos el puerto de Guayaquil, Posorja, hasta la frontera peruana en el Napo. En el caso de las Ciudades del Milenio estuvimos dos estancias largas en cada ciudad y luego regresamos a Pañacocha en varias ocasiones, por lo que hemos podido ver la evolución de los hechos. Hicimos varias visitas a Ikiam y a la zona de los supuestos nuevos campos de El Eno y el Pangui, que no existen.
Ustedes relataron que las Ciudades del Milenio los habitantes tenían incluso prohibido tener gallinas. ¿Qué lógica pueda haber detrás de estas construcciones?
Japhy: Estas reglas de no tener gallinas, no poder tomar chicha o consumir alcohol, no poder tener  autos, reglas que parecían que fueron parte de un proyecto para civilizar a los pueblos indígenas y llevarlos a la modernidad, fueron parte de una  primera lectura crítica que recibieron las Ciudades del Milenio. Entonces fuimos con esto en nuestras cabezas cuando empezamos la investigación. Pero cuando llegamos allí nos dimos cuenta que no fue así en la práctica. No hubo ninguna forma o intento para imponer estas reglas, nadie lo estaba implementando. La Policía estaba allí, les decían ‘polibomberos’ porque era multifuncionales, pero no sabían que lo eran. No tenían un lugar para detener a nadie. Ni canoa. Solo tenían una bicicleta. No hubo estructura para implementar estas reglas. Ni hubo el interés. Vimos un supuesto proyecto de modernización como estas casa modernas, de grandes carreteras. Pero había escuelas sin maestros. Carreteras sin carros. No había trabajo. Fue un misterio para nosotros la lógica de esto, hasta que nos dimos cuenta que había una historia detrás. Hubo un paro justo en la playa de Aguarico, un paro hecho por las comunidades que tenían su propia empresa indígena y que querían explotar ellas mismas petróleo en Pañacocha. Pero el Gobierno quiso dar este campo a Petroamazonas. Hubo un paro de tres semanas con enfrentamientos fuertes y heridos graves. Y las Ciudades del Milenio fueron obras de compensación para estas comunidades. Todo eso quedó sin mencionarse en el discurso oficial la Revolución Ciudadana. Cuando Correa lanzó las Ciudades del Milenio nunca menciona esta lucha que quedó atrás. Ahí nos dimos cuenta que la falta de una lógica “civilizatoria” fue porque nunca fue ese proyecto. Nunca tuvieron una intención de civilizar y darle ese sentido. Fue solo una cosa para entregar y que se callen.
"Las Ciudades del Milenio fueron obras de compensación para estas comunidades. Todo eso quedó sin mencionarse en el discurso oficial la Revolución Ciudadana".
¿Fueron una especie de dádivas que dio el Gobierno a las comunidades indígenas a cambio del campo petrolero?
Japhy: Sí. Y una pantalla para mostrar en las sabatinas. De ahí dejaron todo en nada. Las ciudades están abandonadas, falta de cualquier tipo de sustento: maestros, internet.
¿Cuál fue el papel de Correa?
Japhy: En todos los proyectos a donde fuimos siempre escuchamos una frase: ‘si Correa sabría lo que realmente estaba pasando aquí las cosas serían distintas’. Lo escuchamos en cada lugar en donde hubo un proyecto fracasado y absurdo.
¿La gente creía que el expresidente no sabía?
Japhy: Exacto. Hay historias que contamos en el libro de cómo la gente de Petroamazonas hizo todo un show cuando Correa llegó a Pañacocha. Para entonces ya no había internet. Los de Petroamazonas llegaron un día antes y pusieron internet en un casa. Correa caminó por las calles y justo al pasar por esa casa le dijeron: entremos a esta casa para ver cómo funciona el internet y obviamente funcionaba. Luego dio un discurso. Todo estaba arreglado. Pero también un ministro quien estuvo presente en este evento (en la investigación fuimos partedel Estado y tuvimos mucha apertura, las personas eran francas con nosotros porque nos veían como aliados del proyecto) me dijo que Correa saliendo de Pañacocha con las manos en su rostro dijo: ‘esto es una catástrofe’. Correa dejaba que hagan el show para él, él está consciente, pero jugó al papel de no saber para mantener la imagen.
Fueron parte del Estado, cómo fue esa relación como investigadores y esa ruptura que tuvieron durante la investigación.
Manuel: Esta historia la contamos en la conclusiones del libro, se llama El rey está desnudo. Comenzamos a hacer la investigación dentro del Centro de Estrategias para el Derecho al Territorio y nos tomamos en serio el nombre. Tomamos la parte explícita de nuestro contrato, pero no la parte implícita de que de alguna manera debíamos ser un centro que hablara bien de las políticas del Estado. Este proceso fue paulatino, estuvimos dentro de la estructura del Estado, pero como personas que queríamos implementar el derecho al territorio y como personas que entendemos las desigualdades sociales. Entendimos que nuestro deber era contar de manera profesional y rigurosa lo que estaba sucediendo. Ese era nuestro aporte. Rechazamos hacer propaganda. No fue inmediato. Pasó un año hasta que pudimos publicar nuestros hallazgos y durante ese tiempo tuvimos acceso a distintos niveles de entrevistas dentro del Estado y empresas contratistas. En el momento que Estado consideró que no estamos cumpliendo nuestro papel ideológico, y más bien denunciamos que esta fachada de modernidad no tienen sustento, el Estado quiso deshacerse de nosotros.
"Un ministro quien estuvo presente en este evento me dijo que Correa saliendo de Pañacocha con las manos en su rostro dijo: ‘esto es una catástrofe’".
Esto se volvió particularmente problemático cuando analizamos el caso de Ikiam que era la plasmación ideológica del socialismo republicano de René Ramírez y su esposa estaba en el IAEN. Nuestras contradicciones dentro del Estado fueron muy grandes. Recibimos la llamada de despido justo en el Pangui cuando estábamos investigando el supuesto campus justo en el predio donde habitan familias shuar. Esto ocurrió a finales de 2015 para que dejáramos de generar investigación.
¿Para entonces ya habían presentado públicamente sus hallazgos?
Manuel: Seguíamos en la fase de investigación, pero ya habíamos presentado algunos hallazgos y las conclusiones preliminares. En agosto de 2015 hubo un gran evento en el IAEN donde los 4 equipos presentamos nuestros avances. Allí el Estado se dio cuenta que estábamos cumpliendo nuestro contrato explícito y no implícito. De alguna forma ya habíamos perdido el apoyo de algunos ministros que habían impulsado la investigación.
¿Es allí cuando surge la idea del libro?
Manuel: Siempre tuvimos la idea de generar un material de divulgación. Porque mucho del trabajo de la academia se queda en las revistas indexadas en inglés. Pensamos que las comunidades involucradas pudieran leer el libro. Hemos repartido ejemplares en el campus del Pangui de Ikiam y en otros lugares. Hemos visto que la historia de la petrolera indígena que estuvo represada ya ha empezado a ser divulgada.
"En el momento que Estado consideró que no estamos cumpliendo nuestro papel ideológico, y más bien denunciamos que esta fachada de modernidad no tienen sustento, el Estado quiso deshacerse de nosotros".
En Plan V después de publicar el primer artículo recibimos una carta de Ecuador Estratégico por citar el párrafo: "De forma parecida, Petroamazonas y Ecuador Estratégico han organizado estos espectáculos de progreso y modernidad en las riberas de los ríos Napo y Aguarico, mientras se aseguran que el paso de Correa por las Ciudades del Milenio está totalmente controlado". La Empresa Pública Ecuador Estratégico dijo no haber planificado, contratado, ni ejecutado, ninguna obra relacionada a la Ciudad del Milenio Playas de Cuyabeno, o la Comunidad del Milenio Playas de Pañacocha.

La construcción la ejecutó Petroamazonas, pero fue en medio del proyecto de las Ciudades del Milenio que Ecuador Estratégico (EE) empieza a existir. Entrevistamos a Ciro Morán, una de las cabezas de EE y a otros autoridades de operaciones que hablaban en primera persona de los proyectos. Lo que pasa con EE es que de hecho se crea para ejecutar las ciudades. Lo que habían negociado con las comunidades eran planes de vivienda, de educación, de sanidad y eso generó un problema de gestión muy fuerte al propio Estado porque cada ministerio no podía negociar con la comunidad. Eso hacía que las conversaciones se trabaran y hubiera muchas fricciones. Angel Sallo, director de Sucumbíos de EE, nos explicó cómo en un gabinete se decidió crear EE para liderar estos proyectos holísticos. Cuando estuvimos investigando en el 2015 ellos se proponían ejecutar 200 Ciudades del Milenio. Como se ha ido mostrando que esto ha sido un fracaso, EE ha cogido la parte literal de que la contratista de la obra fue Petroamazonas.

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