Luces y acción
[José Chalco Salgado]
Cierto. Falta la cámara. Lo correcto sería: luces, cámara y acción. No ve que en el Gobierno de la revolución ciudadana todo era posible. Vivíamos en una época de ensueños, discursos, paraísos, bailes, risas, comelonas, ministerios del buen vivir, e incluso, cámaras escondidas.
Habían luces, acción y show cada día; y lo que es más, también habían cámaras. Y no precisamente las cámaras de los canales incautados que nunca se vendieron, sino las otras, las calientitas, escondidas, que graban como espionaje sin ser de la SENAIN, aquellas que son una suerte de juguete de un emocionalmente estable ex presidente.
Es como esto permite recordar cuando el ex ministro de economía Ricardo Patiño filmaba en un departamento las extrañas negociaciones sobre bonos y finanzas del Estado, descubriéndose que atrás de todo había un jefe incitador, o mejor dicho, la banda tenía un cabecilla que enseñó, dirigió, promovió y sugirió realizar cada filmación cual director de comedia, y en este caso, como director de los excesos del poder.
O sea, clarificando el tema, lo que se ha encontrado en el despacho presidencial de Carondelet no es nada extraño, más bien, era de esperarse luego de un Gobierno de diez años que abusó de la confianza de la población, de la organización social, la estructura estatal, la justicia y el poder. Aquello de la camarita encendida, funcionando, detrás de una pared, calientita, no es nada nuevo para sorprenderse. Si se quiere, cumple con la normalidad a suponerse de una forma de actuar correísta. Nos tenían acostumbrados a tanta profusión. Al estilo autoritario, a la omnipotencia y autosuficiencia.
Los actos del poder no están revestidos de una suerte de ilimitados. Al contrario, tienen que ser legítimos y debidos. Guardar coherencia con la población y los valores constitucionales que invocan respeto y dignidad humana. Lejos de ello se cola, haber tenido un Gobierno que usufructuó de la nula fiscalización y control a sus actos, que se mantuvo en una línea de hacer todo lo que sea necesario para satisfacer sus ambiciones. Un régimen que impuso show como luces, y escándalos todo el tiempo como sinónimo de acción, ah y también, me olvidaba, que introdujo una camarita. ¡Luces, cámara y acción! (O)
josechalcosalgado@gmail.com
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