jueves, 27 de mayo de 2021

 El abandono de la obra pública se observa a cada paso. La falta de mantenimiento de bancas,

pisos, puentes peatonales, espacios verdes es "monumental". El alcalde de la ciudad abandonada,

no responde a los reclamos diarios que se hacen desde distintos sectores de la urbe.

Ciego., sordo y mudo. Ya basta.

EL OBSERVADOR.
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miércoles, 26 de mayo de 2021

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El Ecuador de la responsabilidad compartida

   en Columnistas/Influencers4P/Info  por 

Asume un nuevo gobierno y se siente en el ambiente una múltiple carga de expectativas. Un nuevo aire y algo de esperanza. Y hasta ahí sería igual a cada vez que llega un nuevo presidente, si no fuera por que en este momento se vive una crisis en lo social y económico sin precedentes.

Pero más allá de la buena propuesta y la buena estrategia se requiere además de un cuidadoso manejo de expectativas ciudadanas. Que no es otra cosa, que ese delicado balance entre lo que es necesario hacer -y todos lo saben-,  y lo que es posible de acuerdo a las circunstancias.  Entre la capacidad de comunicar de forma adecuada los costos de las medidas que se requieren, y la incapacidad de evitar que se perciban impactos como consecuencia de ellas. Entre la voluntad de reactivar el sector productivo en momentos que el Estado está quebrado, y la imposibilidad de cambiar rápidamente los esquemas regulatorios vigentes que han desincentivado la inversión y la creación de empleo.

Así, el nuevo gobierno asume un compromiso ineludible con la reactivación económica y la equidad social, el cual el propio presidente ha enfatizado en su discurso de posesión. Además como primeras tareas ha realizado signos sensibles de ese compromiso con la transparencia y la tolerancia, al derogar el Reglamento a la Ley de Comunicación.

Pero de antemano se sabe que el arranque lleno de retórica adecuada y consecuencia encontrará a la vuela de la esquina una creciente demanda de resultados. Una comprensible impaciencia ciudadana producto de las profundas necesidades y las múltiples crisis que el país lleva a cuestas.  Sazonado con el quehacer de los agoreros del desastre y los detractores que jugarán con la desesperación y la imposibilidad fáctica de cambiarlo todo en poco tiempo.

La capacidad de emprender un plan de vacunación exitoso en poco tiempo será la primera gran prueba. Es la piedra angular de un sistema coherente de reactivación económica y comercial que se requiere urgentemente, y al que deberá seguir una gran capacidad de resolver los múltiples entuertos regulatorios que dependen del Ejecutivo para dar signos de estabilidad y promover la reactivación.

Luego  está  la agenda con el legislativo y ese paquete de medidas que debe ser consensuado para permitir al país más libertad, más inversión y más amplitud laboral para multiplicar el empleo. Las reformas tributarias y otras necesarias destinadas a cambiar ese esquema de control institucional que ha inmovilizado a muchos sectores, y hacerlo todo esto sin desbaratar el Estado, que se requiere fuerte para emprender todas las acciones futuras. Todo esto habla de una agenda multidimensional, como la crisis que se vive. Y todas las acciones son urgentes y simultáneas.

Pero nada es posible sin un liderazgo positivo, una gran capacidad de comunicación, de transparencia y de estrategias continuas de persuasión política y social aplicados a una sociedad fragmentada, que razona en función de la exclusión y los beneficios de grupo. Una sociedad que hoy se encuentra más afectada que nunca, más excluida y más desigual.

Los valores de la vida republicana, invocados en la posesión presidencial, ponen de nuevo sobre la mesa la necesidad de redirigir la vida social hacia la recuperación de la independencia de poderes y la recuperación económica, así como del sentido de comunidad que ha sido desbaratado por efecto de un sistema de control social. Se debe recuperar la solidaridad como eje rector de las relaciones sociales y devolver a los ciudadanos la capacidad creativa para articular un nuevo tejido social que se encuentra desgastado e incluso destruido por la sospecha, el estigma, la intolerancia y odio sembrados a pulso durante más de una década.

El Ecuador tiene una nueva oportunidad y no se encuentra precisamente con un horizonte brillante. Por ello la ciudadanía debe apoyarse y hacer lo suyo también. El éxito colectivo será la suma de éxitos individuales y de nuestra capacidad de construir comunidad.

María Amparo Albán es abogada y catedrática universitaria. 

 

Monge traza la cancha política del gobierno

   en Conexiones4P/Elenfoque/Info  por 

César Monge fue designado ministro de Gobierno por el presidente Guillermo Lasso. 4P le propuso una entrevista sobre la gobernabilidad. Tras un viaje, a la carrera a Guayaquil, para regresar en horas a Quito, el ministro encontró unos minutos para echar a rodar los primeros bocetos de la forma cómo el gobierno está pensando asentar la gobernabilidad. Aquí está su visión, que habrá que profundizar pues se trata del problema político más importante para el gobierno que hoy se instala.  

¿Cuál será el mecanismo de gobernabilidad que aplicará el gobierno, porque lo que se ve, en este momento, es que está sujeto a las cifras de la Asamblea que son impredecibles? ¿O piensas que sí hay una mayoría que puede ser estable?
Déjame darte un criterio que no todo el mundo comparte, porque depende de cómo se interpretan los escenarios. Creo que hay una diferencia importante entre procesos electorales en la Asamblea -elegir las autoridades, elegir el CAL, elegir las comisiones- y un proceso para analizar un determinado proyecto de ley. En un proceso electoral interno se vuelve un tema muchas veces más personal. Espero, en el tratamiento de leyes que no contempla temas personales o aspiraciones legítimas, a que se abra un espacio para una mayor capacidad de diálogo.

¿Pero cuáles son los escenarios en los que el gobierno está pensando para la gobernabilidad? Uno es la Asamblea. ¿Cuáles otros crees que darán sostenibilidad a la gestión del gobierno?
Creo sin duda que el tema de la Asamblea es muy importante. Por la experiencia que he tenido estos días, le he tomado un aprecio particular. Pudimos articular, de 12 asambleístas que éramos, un grupo de 25 bastante heterogéneo. No voy a estar desconectado de ellos para poder ayudar en lo que pueda y seguiré teniendo reuniones con nuestra bancada.

Pero en la Asamblea, CREO no se sostiene alrededor de un plan legislativo.
Será necesario un proceso permanente de mucho diálogo, de trabajo, de escuchar más allá del bloque. Y sí, coincido contigo en el sentido de que esto va a tener su complejidad. En eso estoy claro.
Respondiendo a tu anterior pregunta, creo que hay otras instancias de gobernabilidad que van a ser importantes para Guillermo. Su relación con las organizaciones sociales es tremendamente importante. Vamos a tener que generar un proceso de diálogo permanente. No perder la cercanía, para empezar con esos más de 200 organizaciones sociales que nos ayudaron en campaña. Quizá no fueron tan visibles, pero en territorio estaban trabajando duramente y todo el tiempo. Las organizaciones sociales serán un frente importante para el gobierno. Creo que la relación con los municipios va a ser importante. Este año hay cinco procesos electorales que no dejan de ser importantes: para elegir Presidente de los alcaldes de la Amazonia, Presidente de las prefecturas de la Amazonía, Presidente de la Asociación de Municipalidades del Ecuador,  Presidente de las Prefecturas del Ecuador y Presidente de la Juntas Parroquiales del Ecuador. Son instancias de diálogo tremendamente importantes. Eso no significa que necesariamente tengamos que tener presidentes en todas esas instancias. No. Pueden ser de otras vertientes, pero con quienes podamos tener un diálogo constructivo. Esas instancias terminan siendo espacios de gobernabilidad también muy importantes.

¿La opinión pública la van a tener en cuenta? No es orgánica, pero fue decisiva en el triunfo de Guillermo Lasso.
¿Te refieres a la opinión pública ciudadana? Generalmente, lo que vimos en la campaña es mucho voluntariado; ciudadanos que no tienen una afiliación determinada. Es importante escucharlos para no perder el cable a tierra. También hay una estructura de la propia organización que hace escuchar su voz y que dice lo que cree. No es una voz sumisa. Son personas que tienen su personalidad y te hacen saber lo que creen. No hay que perder aquello porque el primer perjudicado, cuando uno pierde ese cable a tierra, es el propio proyecto político. Y ahí te dicen cosas que no quisieras escuchar. Y tienes que tener la tolerancia para escucharlas, procesarlas y no creer que es algo personal.

El candidato Lasso dijo que pediría, eventualmente, a la ONU que apoye un acuerdo nacional alrededor de una agenda de prioridades. ¿Lo van a hacer o lo han descartado?
Hasta donde he podido conversar con Guillermo, en la mitad de esta vorágine, de esta transición, esa sigue siendo su idea. Tuvimos una reunión previa a la elección en segunda vuelta; una reunión muy larga con una delegación nutrida de las Naciones Unidas, expertos en diferentes áreas y ahí se abrió una oportunidad muy interesante de colaborar con los ministros. Espero que eso se mantenga.

La pregunta iba por otro lado: ¿va el presidente va a liderar un acuerdo para enfocar la sociedad alrededor de las urgencias y pactar las respuestas?
Los ejercicios que se plantearon con las Naciones Unidas no excluían a la sociedad civil. En su metodología está planteando de la manera que tú lo estás mencionado.

La pregunta se puede formular de otra forma: ¿al margen de la agenda legislativa, consideras que pudiera haber una agenda de acuerdos con la sociedad que luego, eventualmente, recoja la Asamblea?
Eso sería, en mi opinión, ideal. Va a requerir más esfuerzo porque estás abriendo el panorama, pero al final del día esos ejercicios validan el proceso que se genere para llegar a un acuerdo como el que mencionas. Eso fortalecería la gobernabilidad. Ese camino sería tremendamente interesante y espero que lo podamos aterrizar.

¿Cómo está el equipo político de gobierno? Hay la impresión de que estás solo en un momento que será muy político porque no hay mayoría y porque tampoco hay acuerdos para empujar la agenda contra las crisis y por la reactivación económica.
Déjame primero decirte que cuando uno acierta o se equivoca, hay tendencia, desde la comunicación o desde el análisis, a enfocar el éxito o la derrota, en una sola persona. Eso es normal. Pero, por ejemplo, este proceso que acabamos de vivir -con los acuerdos que parecían poco probables- fue un trabajo en equipo. Quizá los otros miembros no tienen la misma exposición…

¿Quiénes te van a rodear en el ministerio?
Sería imposible que yo abarque lo que hemos conversado en esta entrevisto solo. Necesito gente de mucho talento, gente que tiene más experiencia que yo en el campo legislativo, por ejemplo. Hay gente que me va a acompañar que tiene mucha más experiencia en materia del manejo con los GADs…

¿Quiénes?
Déjame darte un ejemplo: Homero Castanier es una persona que ha estado más años que yo en la Asamblea, fue jefe de bloque…

¿Él va de Vice-ministro?
Correcto. Él va a tener que ayudarme en la Asamblea. Él va a liderar un equipo también ahí. Lo mismo sucede en otras áreas.

¿En seguridad, habrá otro vice-ministro?
Sí, hay una persona que tiene una gran experiencia y que Guillermo conoce por supuesto. Es Joel Loaiza. Él ha estado involucrado, entre otras cosas, en el tema antinarcóticos y en ese campo tiene una enorme experiencia.
Y luego aspiro a consolidar un equipo territorial muy fuerte. Porque me parece que la tarea del Ministerio de Gobierno, además de tener un centro de operaciones y una oficina de coordinación, debe ser un ministerio muy territorial. Hay que estar afuera, en muchos diálogos, visitar las provincias, estar cerca a la gente. Esa ha sido mi visión siempre en política. Estar cerca de la Asamblea, es importante. Pero estar cerca de la política que no sucede en la Asamblea, me parece igualmente importante. Y ahí, en estos diez años (el ministro habla del tiempo que tiene CREO, su partido) hemos contado con gente que quizá no es muy conocida, pero tiene 10 años de trajín, como lo he tenido yo, y aspiro a que esté también en este proceso.

Foto: Facebook CésarMonge

 

Lasso enterró el caudillismo con nombre y apellido

   en Conexiones4P/Elenfoque/Lainfo  por 

Guillermo Lasso ofició durante su inauguración un entierro sin mencionar el nombre de quien era el difunto. Ni siquiera los que debían ser sus dolientes se dieron cuenta de asistir al entierro de alguien que, para ellos, es lo más cercano a la divinidad. Fueron tantos, sin embargo, los datos, alusiones, pistas, señales y conceptos que lanzó el flamante presidente, durante su discurso de inauguración, que bastaba un poco de atención para saber que el muerto al que enterró tiene nombre y apellido: Rafael Correa.

Como preámbulo para oficiar ese entierro, Lasso articuló un discurso en el que describió al fenómeno del caudillismo, al que colocó como antípoda de la democracia liberal que él dice traer de vuelta al Ecuador. Fueron tan claras las alusiones que tejió, que prácticamente hizo un identikit del expresidente: lo describió como aquel personaje al que le “dedicaron obsceno culto” y quien fue considerado como un “mesías que supuestamente todo lo sabe, lo que está bien y lo que está mal, lo que nos conviene y lo que nos perjudica. Un iluminado que actúa y piensa por todos, que tiene todas las preguntas y todas las respuestas».

Como en cualquier honra fúnebre que se respete, no sólo trazó el perfil del muerto sino las creencias y las conductas que tenía. Se entiende que Lasso haya hecho una descripción del caudillismo para luego hablar, casi de forma repetitiva, de las bondades del credo político que asegura que llega a instalar: el de la democracia liberal que defiende libertades, la independencia de poderes y la alternancia en el poder. No en vano, el presidente entrante mencionó tres veces la palabra “republicanismo”, dos “republicana” y otras dos “republicano”. Es decir que, en al menos siete ocasiones, se refirió al tema de la república como el concepto que, según él, ha sido traicionado por políticos caudillistas… Como Correa evidentemente.

Lasso ofició de sepulturero desde el inicio de su discurso. «Todo esto cambia este 24 de mayo. En este Gobierno que hoy nace, en este nuevo siglo de republicanismo que estamos a punto de arrancar, termina la era de los caudillos».

Discurso de inauguración de Guillemo Lasso.pdf

La referencia al caudillismo había aparecido en el discurso como una respuesta a un paquete de preguntas que él mismo planteó pero que tienen que ver con un único tema: el de la pobreza en un país que es rico en recursos naturales; es decir, el eterno conflicto del que Humboldt ya habló a principios del siglo 19 a propósito del Ecuador cuando sostuvo que los ecuatorianos «viven pobres en medio de incomparables riquezas». De acuerdo con la respuesta que él mismo hizo a sus preguntas, Lasso dijo que aquello ocurre porque los líderes le han fallado a sus pueblos por la «sencilla razón de que traicionaron nuestros principios fundacionales”.

Las referencias al muerto fueron diversas. «La experiencia nos dice que quienes buscan todo el poder, luego terminan buscando clemencia por los crímenes que ocurren cuando ese poder se les va de las manos». Y en otra alusión a Correa, en este caso a su célebre declaración cuando sostuvo que era el jefe de todas las funciones del Estado ecuatoriano, Lasso dijo: “vamos a tener la humildad, pero sobre todo la fortaleza para decir: seré presidente. Y solo presidente».

Pero Lasso no quiso quedarse en el cómo su llegada marca el fin de la era de los caudillos, sino que también sostuvo que el credo que él profesa y que con él está llegando al poder no solo tiene bondades discursivas sino también prácticas. «Sabemos que no nos equivocamos porque las democracias desarrolladas no se han equivocado. Sus grandes avances en bienestar económico, en salud, en educación, demuestran que no se han equivocado. Y por más grande que será la presión para reemplazar nuestra aún débil institucionalidad con la violencia de los gritos, no nos desviaremos ni un milímetro del camino trazado», dijo y luego agregó que «aquel ciclo vicioso se acaba hoy. Y hoy inicia el camino al Ecuador del encuentro».

La disertación de Lasso fue, en realidad, un prolijo manifiesto político en defensa de los principios de la democracia liberal y un parte mortuorio de una era y de un personaje que representa su antípoda: la del caudillismo autoritario que instauró en el país el imperio de la “violencia de los gritos”. Por eso dijo que no se acusará a nadie de vendepatria ni de enemigo del pueblo.

Foto: Twitter de Guillermo Lasso

 

¿Qué tipo de presidente será Lasso?

   en Conexiones4P/Elenfoque/Info  por 

El discurso del presidente Guillermo Lasso puede ser leído en muchas direcciones y perspectivas. Una de ellas, es la forma como él se ubica en la dinámica presidencial que acaba de emprender.

  1. Presidente emocional: el presidente tiene la lágrima fácil y esa muestra de humanidad fue apreciada y destacada en redes sociales. En los hechos, su discurso fue un claro ensayo de filosofía política para el momento que vive el país. La crisis económica y el coronavirus, han disparado una pandemia emocional entre los ciudadanos de la que poco se habla. Quizá por esto, Guillermo Lasso no compuso su discurso con la tradicional letanía de promesas de campaña o las cifras pavorosas de cómo recibe el país. La forma y el contenido de su discurso dan cuenta de que el presidente es consciente del estado de ánimo de los ciudadanos. Ante la inquietud, la desesperanza y la polarización, Lasso optó por un discurso sereno, incluyente, conciliador y cautamente optimista. Un discurso más dirigido a los sentimientos de los ciudadanos que a su mente.
  2. Presidente de transición: Guillermo Lasso asumió el corte político que no hizo Lenín Moreno. Sin decirlo, personificó al político que luchó contra el correísmo y lo venció en las urnas. Eso le permitió vincular su llegada a Carondelet no con un simple cambio de gobierno, sino con el cierre de un ciclo. El quiebre lo señaló en varios pasajes de su discurso. Cuando dijo que termina la era de los caudillos, se inicia la recuperación del alma democrática del Ecuador, asume el riesgo de romper el ciclo vicioso… Ubicarse en ese punto de quiebre tiene consecuencias políticas y programáticas esenciales para un gobierno. Pero el presidente no dijo cómo incidirá esta nueva etapa democrática en su gestión.
  3. Presidente de centro: Guillermo Lasso hizo en los últimos años, en forma totalmente perceptible, un desplazamiento de la derecha hacia el centro político. Lo hizo por convicción y, en esta campaña, por necesidad electoral. Pero ahora ratifica que ese será su terreno. Su discurso debió haber alborotado a todos aquellos -correístas, economistas heterodoxos y militantes de la vieja izquierda (entre los cuales se cuenta Yaku Pérez)- que lo habían convertido en sinónimo de cruzada neoliberal. Lasso sorprendió con un discurso de corte socialdemócrata; producto irremediable de los dos ejes que anunció en su campaña: reactivación económica y justicia social.
    El centro, en su caso, no es una metáfora. Es el horizonte de sus expectativas: punto de encuentro; lugar de reconocimiento respetuoso de la diversidad y diálogo en un plano de igualdad. Lasso se da la tarea de unir a los ecuatorianos, de retarlos a convivir, a prosperar, a ser otro país. La vara la puso alta.
  4. Presidente de resultados: Lasso perfiló lo que hará su gobierno según parámetros que le son propios: un hombre de acción que mide todo en función de resultados. No será, entonces, un gobierno de cháchara. Más que sueños, y eso lo dijo taxativamente, su gobierno pondrá en práctica “acciones dirigidas por un Estado eficiente para erradicar el hambre, la enfermedad, la falta de educación, el abandono”. El mensaje es directo para los servidores públicos. Y de nuevo, en este punto Lasso cerró la boca a aquellos que pronosticaron que llegaría con un plan para privatizar la salud, la educación… Esta frase hará parte de su biografía: “Que no haya dudas: nuestra intención no es minimizar al Estado, sino maximizar su capacidad para servir a los más pobres”.
  5. Presidente con agenda: Lasso indicó un manojo de prioridades para el país y su gobierno: agua potable y alcantarillado. Vialidad, alumbrado, escuelas, hospitales. Lucha por la igualdad de género. Erradicación del hambre y, en particular, la desnutrición crónica infantil. Reactivación económica. Tratados de libre comercio. Desarrollo sostenible (Agenda 2030). Vacunación masiva. Es la agenda de las urgencias que no se podrá cumplir sin acuerdos. Para ello hizo un llamado a la unidad que, dijo, debe ser atendido cívicamente. Él tendrá que liderar esa unidad, determinar dónde y cómo se hace y con quiénes. La pelota en este punto sigue en su terreno.
    Foto: Presidencia de la República.

martes, 25 de mayo de 2021

 Cuenca a la deriva. No hay mantenimiento de areas verdes. La negligencia se observa por todos lados. Las ramas de los árboles impiden el normal paso a los transeuntes, que tienen que agacharse para poder seguir caminando por las veredas. En otros casos, las veredas están llenas de hierbas, destruidas. Admimistración indolente, con un alcalde apático, perezoso, flojo, indiferente frente a los problemas de la ciudad abandonada. DOS AÑOS PERDIDOS. YA BASTA.

EL OBSERVADOR.
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 EL OBSERVADOR.

Puede ser una imagen de avión y texto que dice "Juan Pablo Proaño @Juanpapro Es inaudito lo que pasa en el @Aeropuerto_CUE Avión en aproximación para aterrizar No existe chófer de vehículo de bomberos La @DGAC Ecuador emite notificacion de que la aeronave no puede aterrizar y por ende se tiene que regresar a uio Resultado 300 pasajeros sin servicio! HHATAM Divulgaço/LatamBr"

 Nuevo atentado al Patrimonio Cultural edificado. Esta vez, la víctima ha sido el centenario Colegio Benigno Malo. A lo mejor dirán que es arte...

EL OBSERVADOR.

 ESCUCHARÁN BIEN

Han sido dos letreros nuevos, no dos nuevos terminales terrestres, que ofreció en campaña, el alcalde de la ciudad abandonada, uno al norte y otro al sur. Escucharán bien, sordos, malas gentes. Vean, ya está instalado el primero, en el viejo terminal del norte. En ese terminal donde todo pasa y no pasa nada. Vean, está lindo, vistoso, pintero. Media promesa cumplida. El otro terminal, que digo, el otro letrero, estará al sur. Igual, será imponente, obras cumbres. Lloverán los premios al fiel cumplimiento. Nada de vanidades. Nada de nombres. Esas cosas no me gustan, decía el Pedro Palacios U.
Chuta, voy a escuchar bien, estoy seguro que habló de construir dos nuevos terminales, hasta mostró los planos, sacando pecho, el poco pecho que tiene. Hasta las cámaras enfocaron, una y otra vez. Eran tiempos de promesas, promesas que con el paso del tiempo se conviertieron en engaños. En el gran engaño. Nada de nada, todo es vanidad de vanidades. Y, la familia, muy bien. Disfrutando de las delicias del poder.
AQUÍ NO ECHAMOS FLORES. AQUÍ LANZAMOS DARDOS.
EL OBSERVADOR.
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