lunes, 31 de julio de 2017

Crónica de un abuso interminable



Las comisiones designadas por el Consejo Universitario de la U. de Cuenca, para que presenten un informe sobre la deshonestidad o fraude académico que habría cometido Caupolicán Ochoa, en la Facultad de Jurisprudencia, han pasado a la historia por su inoperancia, complicidad y miedo. El rector no se queda atrás.Y que conste que forma parte de la comisión de transparencia que nombró el Presidente Moreno. Como había dicho un valiente catedrático, integrante del Consejo Universitario: comience en casa, señor rector, sancionando con la ley en la mano los actos de corrupción, para acabar con la impunidad que ha reinado en la casa grande, a vista y paciencia de las autoridades de turno, llámese rectores, decanos, que tienen la obligación legal y moral de frenar los abusos en el cumplimiento de las obligaciones académicas. Recuerdo cuando El Observador presentó una denuncia de los abusos del susodicho catedrático, hace más de una década, el entonces decano de apellido Morales, me respondió que no pueden hacer nada porque le tienen miedo, anda armado. La gente me pregunta qué espera el rector para pedir una auditoría a la Contraloría sobre este caso, y la respuesta es simple, están esperando que la denuncia y el trámite vaya a la morgue, donde descansan cientos o quizás miles de denuncias de corrupción. La historia los juzgará señores miembros del Consejo Universitario, justo cuando nuestra querida universidad está cumpliendo 150 años de vida. La Libertad de Expresión, ni se compra, ni se vende, ni se transa. Por favor compartan para que la ciudadanía se entere de esta crónica de un abuso interminable.
  
Carla Heredia cuenta el "jaque a una actividad no convencional"
La gran maestra de ajedrez y sicóloga de profesión reflexiona sobre el autoritarismo que atraviesa la sicología de la sociedad ecuatoriana luego de la década correísta. El incidente ocurrido en el patio de comidas de un Mall de Quito evidencia cómo el uso y abuso del poder, aún en los ámbitos más pequeños, se ha convertido en una constante en nuestro medio.
31 de julio del 2017
FERMÍN VACA
¿Cómo fue el incidente en el Mall El Jardín? Tu denunciaste en redes sociales que a la seguridad del centro comercial le molestó que estuvieras en un mesa del patio de comidas jugando ajedrez. ¿Qué ocurrió?
Bueno, Quito es una ciudad súper grande y yo quedé para jugar ajedrez con Sebastián, quien es un niño de 14 años que juega ajedrez y que vive en el sur de la ciudad. Como yo vivo en Cumbayá y estaba en el centro norte, quedamos en vernos en ese Mall para jugar unas partidas. Nunca nos imaginamos que algo en lo que el chico quiere mejorar, pues quiere algún día jugar en el equipo olímpico de ajedrez, pudiera ocasionar un problema.
¿Pero cómo inició ese problema? ¿Estaban ustedes formando algún alboroto, provocando a la gente, algo que justificara la intervención de la seguridad?
Yo me había comprado un café y simplemente nos pusimos a jugar ajedrez. El problema no fue el consumo, eso quisieron decir en el principio, que era un patio de comidas para comer, pero había personas que estaban en alguna reunión de negocios, otras con maletas supongo que esperando un viaje, y no me parece nada malo que si las mesas no están ocupadas se puedan usar. Esto fue entre las 12:00 y las 13:40, y el patio nunca estuvo lleno, no es que impedíamos que alguien pudiera comer. Les hice notar eso a los guardias, pero en tres ocasiones no pidieron que nos retiremos, una señora se acercó a decirles quién era yo. Creo que es una falta de criterio comparar el ajedrez con los naipes, como si fuera un juego de azar. Se escudaron en un reglamento que nunca mostraron, quisieron comparar el ajedrez con algún juego de azar y de apuestas. El ajedrez es un deporte que se juega en una mesa, tomando café, y así está reconocido internacionalmente. He viajado a más de 30 países y es la primera vez que me ocurre algo así, y precisamente en mi ciudad. Nos fuimos cuando terminamos de jugar, porque yo no me iba a ir como una criminal que no soy. Tres personas del patio de comidas insistieron, yo lo denuncié por Twitter y el Mall me llamó media hora más tarde. 
"Esto fue entre las 12:00 y las 13:40, y el patio nunca estuvo lleno, no es que impedíamos que alguien pudiera comer. Les hice notar eso a los guardias, pero en tres ocasiones no pidieron que nos retiremos, una señora se acercó a decirles quién era yo. Creo que es una falta de criterio comparar el ajedrez con los naipes, como si fuera un juego de azar".
¿Qué te dijeron?
La gerencia del Mall me pidió disculpas, habló de un falta de criterio de los empleados, y de sus actividades culturales como centro comercial. Les dije que deben incentivar el ajedrez y luego acordamos una partida de ajedrez simultánea. 
¿Cómo se juega una partida simultánea con 15 personas? Creo que solo Bolívar dictaba cinco cartas al mismo tiempo...
He jugado hasta con 40 personas. Se hace una jugada en cada mesa y luego vuelvo a la primera mesa al terminar los jugadores. Hace un mes lo hice en Las Vegas y en Canadá, así como en varios sitios de Quito. Creo que es mejor que activar una marca con una típica modelo. Es algo más intelectual y llamativo. 
Tu eres sicóloga de profesión. ¿Qué nos dice de la sicología autoritaria de nuestro país que alguien piense que dos jóvenes jugando ajedrez son motivo para llamar a la seguridad?
Todos los guardias alegaron cumplir órdenes. Nunca citaron su propio reglamento. Eso no solo se da en ese ámbito, sino en muchos otros. Pero debemos tener nuestro propio criterio. En Stanford se hizo un juego de roles con los estudiantes, unos actuaron como presos y otros como carceleros. Como les dieron poder a algunos empezaron a ser demasiado abusivos con sus propios compañeros. La completa autoridad lleva al abuso del poder. Se debe educar para que prime el sentido común por sobre cumplir órdenes. No podemos creer que jugar ajedrez es como jugar póker, supongo que porque no pasan muchas cosas en un patio de comida motivó darle un jaque a un actividad no convencional.
¿Pero qué nos dice eso de la tentación de ejercer el poder, aunque sea en ámbitos tan pequeños, de manera claramente abusiva?
Creo que el poder en cualquier ámbito es adictivo en cierta forma. Pero mientras más poder tienes debes ser más responsable, el poder puede ser positivo o puede ser usado para ir contra el bien común y el respeto. 
En el documental "A Mi Manera" de Alan Friedman sobre el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, se dice que su presencia en la vida pública por 20 años impactó a los italianos y a su sicología. ¿Se puede decir lo mismo de cómo Rafael Correa propició una sociedad intolerante? 
Nuestros políticos, de todos los partidos, en todos los cargos, impactan en el ciudadano común. Tuvimos años de desprestigiar al otro en vez de escucharlo, al margen de que tenga razón. Hubo confrontación sin argumentos, descalificaciones solo por pensar diferente. Me parece bueno que el nuevo presidente esté dispuesto a dialogar, a conversar con los ciudadanos comunes y la oposición. Todo afecta al ser humano, nuestros padres, nuestros maestros, nuestros políticos. Pero los políticos que tienen más poder que los ciudadanos comunes deben pensar en cómo referirse a los demás en sus discursos. Se debe construir y no desprestigiar, porque un adolescente podría pensar que si el presidente dice tal o cual cosa también podría hacerlo. En vez de ser grosero en Twitter, hay que responder con argumentos, no con insultos.
Ya que mencionas las redes sociales, estas se han vuelto un escenario de violencia verbal, de intransigencia ideológica, de intolerancia. ¿Cómo combatir esto?
Mucha gente se esconde en el anonimato para insultar, para burlarse. Creo que las redes son instrumentos para luchar por causas justas y no el espacio para insultos. Se debe responder con respeto y argumentos. A la gente la mueve mucho la indignación, como acabo de ver en el apoyo que recibí en el incidente del Mall. Pueden servir para un reclamo justo o para exponer un abuso.
Acaba de ocurrir también que ciertos políticos, en opinión de algunos, prácticamente secuestraron un avión del Estado y se hicieron llevar a Cuenca. ¿Qué nos dice esto sobre la forma en la que entendemos lo público?
Las leyes son para todos. En el caso del Mall, yo pedí ver el reglamento a ver si constaba que no se podía jugar ajedrez, si así hubiera sido yo me hubiera retirado. Como ciudadana no estoy sobre la ley, y si hay protocolos en aviación se deben cumplir, sin considerar si tienen más o menos poder. El poder dura lo que les dura el cargo, y los ciudadanos que no ejercemos cargos públicos estamos llamados a cumplir las normas. 
Tu le escribiste una carta pública al ex presidente Correa, criticando alguna postura del anterior Gobierno. ¿Cómo terminó ese incidente?
Yo vivo en Texas, en Estados Unidos, en marzo del año pasado me dirigí a la subsecretaria de Turismo por la muerte de las chicas argentinas en Montañita, pues se dijo que algo les iba a pasar por viajar solas y ser mujeres. Eso me hizo notar que mi opinión podía impactar más allá del ajedrez. En octubre del año pasado, se iba a obligar en Irán a las jugadoras a usar velo por motivos religiosos, y eso me pareció una violación de la Carta Olímpica. Mientras tanto, aquí el ex presidente le dijo a Cynthia Viteri que hable de maquillaje y no de economía, y noté que no solo en Irán pasaban esas cosas, sino también en el Ecuador. El ex presidente la quiso desprestigiar por ser mujer en lugar de explicar por qué estaba equivocada. Por eso le escribí esa carta, si bien el Gobierno de Correa le dio un enfoque al deporte que hizo posible mi carrera deportiva, me he cuestionado sobre qué papel debe cumplir más allá del deporte. Le dije que era bajo insultar así a Viteri. No me respondió directamente él, sino una ajedrecista que ahora es gobernadora de una provincia, a quien yo he tratado, y que me dirigió una carta que no me pareció ni escrita por ella. La emplacé a un debate público, porque también se quiso desprestigiar mi carrera deportiva. Mientras yo me refería puntualmente al comentario del ex presidente, esta  persona intentó denigrar mi carrera. 
"Le dije al ex presidente Correa que era bajo insultar así a Cynthia Viteri. No me respondió directamente él, sino una ajedrecista que ahora es gobernadora de una provincia, a quien yo he tratado, y que me dirigió una carta que no me pareció ni escrita por ella".
Hablando del deporte, hay una reactualización de la polémica por la falta de apoyo a los deportistas. ¿Cuál es tu postura al respecto?
Yo estoy regresando a Estados Unidos a hacer una maestría en gestión del deporte. Pienso que debe haber una fábrica de deportistas no solo con apoyo del Estado, sino también de la empresa privada. En el Ecuador los deportistas no han trabajado en crear una imagen, y para la empresa privada es complicado invertir en ellos. Creo que se debe representar y crear imagen para los deportistas, que deberían tener quién gestione su presencia pública. Sobre Glenda Morejón, creo que es un orgullo para los ecuatorianos, pero el Plan de Alto Rendimiento tiene varios requisitos, se debe abrir el debate para que se pueda adoptar un esquema menos rígido. El Plan de Alto Rendimiento ha sido un impulso para los deportistas, pero no cubre a todos. 
¿Quién debe hacerse cargo de este auspicio? ¿Debe ser una beca vitalicia del Estado o cuál debería ser el mecanismo?

Hay que tener claro que son procesos. Nos acordamos de esto en los juegos olímpicos, Jefferson Pérez destacaba que en Colombia hay centros de alto rendimiento mejor estructurados, con un plan de una década. Un país que progresa debe invertir en deporte, en salud, en educación, en cultura. No digamos que no hay plata, sino que optimicemos los recursos. No es cuestión de solucionarle la vida a los deportistas, pero con sesenta dólares no se puede pensar que se puede preparar un deportista. 
  
Carla Heredia cuenta el "jaque a una actividad no convencional"
La gran maestra de ajedrez y sicóloga de profesión reflexiona sobre el autoritarismo que atraviesa la sicología de la sociedad ecuatoriana luego de la década correísta. El incidente ocurrido en el patio de comidas de un Mall de Quito evidencia cómo el uso y abuso del poder, aún en los ámbitos más pequeños, se ha convertido en una constante en nuestro medio.
31 de julio del 2017
FERMÍN VACA
¿Cómo fue el incidente en el Mall El Jardín? Tu denunciaste en redes sociales que a la seguridad del centro comercial le molestó que estuvieras en un mesa del patio de comidas jugando ajedrez. ¿Qué ocurrió?
Bueno, Quito es una ciudad súper grande y yo quedé para jugar ajedrez con Sebastián, quien es un niño de 14 años que juega ajedrez y que vive en el sur de la ciudad. Como yo vivo en Cumbayá y estaba en el centro norte, quedamos en vernos en ese Mall para jugar unas partidas. Nunca nos imaginamos que algo en lo que el chico quiere mejorar, pues quiere algún día jugar en el equipo olímpico de ajedrez, pudiera ocasionar un problema.
¿Pero cómo inició ese problema? ¿Estaban ustedes formando algún alboroto, provocando a la gente, algo que justificara la intervención de la seguridad?
Yo me había comprado un café y simplemente nos pusimos a jugar ajedrez. El problema no fue el consumo, eso quisieron decir en el principio, que era un patio de comidas para comer, pero había personas que estaban en alguna reunión de negocios, otras con maletas supongo que esperando un viaje, y no me parece nada malo que si las mesas no están ocupadas se puedan usar. Esto fue entre las 12:00 y las 13:40, y el patio nunca estuvo lleno, no es que impedíamos que alguien pudiera comer. Les hice notar eso a los guardias, pero en tres ocasiones no pidieron que nos retiremos, una señora se acercó a decirles quién era yo. Creo que es una falta de criterio comparar el ajedrez con los naipes, como si fuera un juego de azar. Se escudaron en un reglamento que nunca mostraron, quisieron comparar el ajedrez con algún juego de azar y de apuestas. El ajedrez es un deporte que se juega en una mesa, tomando café, y así está reconocido internacionalmente. He viajado a más de 30 países y es la primera vez que me ocurre algo así, y precisamente en mi ciudad. Nos fuimos cuando terminamos de jugar, porque yo no me iba a ir como una criminal que no soy. Tres personas del patio de comidas insistieron, yo lo denuncié por Twitter y el Mall me llamó media hora más tarde. 
"Esto fue entre las 12:00 y las 13:40, y el patio nunca estuvo lleno, no es que impedíamos que alguien pudiera comer. Les hice notar eso a los guardias, pero en tres ocasiones no pidieron que nos retiremos, una señora se acercó a decirles quién era yo. Creo que es una falta de criterio comparar el ajedrez con los naipes, como si fuera un juego de azar".
¿Qué te dijeron?
La gerencia del Mall me pidió disculpas, habló de un falta de criterio de los empleados, y de sus actividades culturales como centro comercial. Les dije que deben incentivar el ajedrez y luego acordamos una partida de ajedrez simultánea. 
¿Cómo se juega una partida simultánea con 15 personas? Creo que solo Bolívar dictaba cinco cartas al mismo tiempo...
He jugado hasta con 40 personas. Se hace una jugada en cada mesa y luego vuelvo a la primera mesa al terminar los jugadores. Hace un mes lo hice en Las Vegas y en Canadá, así como en varios sitios de Quito. Creo que es mejor que activar una marca con una típica modelo. Es algo más intelectual y llamativo. 
Tu eres sicóloga de profesión. ¿Qué nos dice de la sicología autoritaria de nuestro país que alguien piense que dos jóvenes jugando ajedrez son motivo para llamar a la seguridad?
Todos los guardias alegaron cumplir órdenes. Nunca citaron su propio reglamento. Eso no solo se da en ese ámbito, sino en muchos otros. Pero debemos tener nuestro propio criterio. En Stanford se hizo un juego de roles con los estudiantes, unos actuaron como presos y otros como carceleros. Como les dieron poder a algunos empezaron a ser demasiado abusivos con sus propios compañeros. La completa autoridad lleva al abuso del poder. Se debe educar para que prime el sentido común por sobre cumplir órdenes. No podemos creer que jugar ajedrez es como jugar póker, supongo que porque no pasan muchas cosas en un patio de comida motivó darle un jaque a un actividad no convencional.
¿Pero qué nos dice eso de la tentación de ejercer el poder, aunque sea en ámbitos tan pequeños, de manera claramente abusiva?
Creo que el poder en cualquier ámbito es adictivo en cierta forma. Pero mientras más poder tienes debes ser más responsable, el poder puede ser positivo o puede ser usado para ir contra el bien común y el respeto. 
En el documental "A Mi Manera" de Alan Friedman sobre el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, se dice que su presencia en la vida pública por 20 años impactó a los italianos y a su sicología. ¿Se puede decir lo mismo de cómo Rafael Correa propició una sociedad intolerante? 
Nuestros políticos, de todos los partidos, en todos los cargos, impactan en el ciudadano común. Tuvimos años de desprestigiar al otro en vez de escucharlo, al margen de que tenga razón. Hubo confrontación sin argumentos, descalificaciones solo por pensar diferente. Me parece bueno que el nuevo presidente esté dispuesto a dialogar, a conversar con los ciudadanos comunes y la oposición. Todo afecta al ser humano, nuestros padres, nuestros maestros, nuestros políticos. Pero los políticos que tienen más poder que los ciudadanos comunes deben pensar en cómo referirse a los demás en sus discursos. Se debe construir y no desprestigiar, porque un adolescente podría pensar que si el presidente dice tal o cual cosa también podría hacerlo. En vez de ser grosero en Twitter, hay que responder con argumentos, no con insultos.
Ya que mencionas las redes sociales, estas se han vuelto un escenario de violencia verbal, de intransigencia ideológica, de intolerancia. ¿Cómo combatir esto?
Mucha gente se esconde en el anonimato para insultar, para burlarse. Creo que las redes son instrumentos para luchar por causas justas y no el espacio para insultos. Se debe responder con respeto y argumentos. A la gente la mueve mucho la indignación, como acabo de ver en el apoyo que recibí en el incidente del Mall. Pueden servir para un reclamo justo o para exponer un abuso.
Acaba de ocurrir también que ciertos políticos, en opinión de algunos, prácticamente secuestraron un avión del Estado y se hicieron llevar a Cuenca. ¿Qué nos dice esto sobre la forma en la que entendemos lo público?
Las leyes son para todos. En el caso del Mall, yo pedí ver el reglamento a ver si constaba que no se podía jugar ajedrez, si así hubiera sido yo me hubiera retirado. Como ciudadana no estoy sobre la ley, y si hay protocolos en aviación se deben cumplir, sin considerar si tienen más o menos poder. El poder dura lo que les dura el cargo, y los ciudadanos que no ejercemos cargos públicos estamos llamados a cumplir las normas. 
Tu le escribiste una carta pública al ex presidente Correa, criticando alguna postura del anterior Gobierno. ¿Cómo terminó ese incidente?
Yo vivo en Texas, en Estados Unidos, en marzo del año pasado me dirigí a la subsecretaria de Turismo por la muerte de las chicas argentinas en Montañita, pues se dijo que algo les iba a pasar por viajar solas y ser mujeres. Eso me hizo notar que mi opinión podía impactar más allá del ajedrez. En octubre del año pasado, se iba a obligar en Irán a las jugadoras a usar velo por motivos religiosos, y eso me pareció una violación de la Carta Olímpica. Mientras tanto, aquí el ex presidente le dijo a Cynthia Viteri que hable de maquillaje y no de economía, y noté que no solo en Irán pasaban esas cosas, sino también en el Ecuador. El ex presidente la quiso desprestigiar por ser mujer en lugar de explicar por qué estaba equivocada. Por eso le escribí esa carta, si bien el Gobierno de Correa le dio un enfoque al deporte que hizo posible mi carrera deportiva, me he cuestionado sobre qué papel debe cumplir más allá del deporte. Le dije que era bajo insultar así a Viteri. No me respondió directamente él, sino una ajedrecista que ahora es gobernadora de una provincia, a quien yo he tratado, y que me dirigió una carta que no me pareció ni escrita por ella. La emplacé a un debate público, porque también se quiso desprestigiar mi carrera deportiva. Mientras yo me refería puntualmente al comentario del ex presidente, esta  persona intentó denigrar mi carrera. 
"Le dije al ex presidente Correa que era bajo insultar así a Cynthia Viteri. No me respondió directamente él, sino una ajedrecista que ahora es gobernadora de una provincia, a quien yo he tratado, y que me dirigió una carta que no me pareció ni escrita por ella".
Hablando del deporte, hay una reactualización de la polémica por la falta de apoyo a los deportistas. ¿Cuál es tu postura al respecto?
Yo estoy regresando a Estados Unidos a hacer una maestría en gestión del deporte. Pienso que debe haber una fábrica de deportistas no solo con apoyo del Estado, sino también de la empresa privada. En el Ecuador los deportistas no han trabajado en crear una imagen, y para la empresa privada es complicado invertir en ellos. Creo que se debe representar y crear imagen para los deportistas, que deberían tener quién gestione su presencia pública. Sobre Glenda Morejón, creo que es un orgullo para los ecuatorianos, pero el Plan de Alto Rendimiento tiene varios requisitos, se debe abrir el debate para que se pueda adoptar un esquema menos rígido. El Plan de Alto Rendimiento ha sido un impulso para los deportistas, pero no cubre a todos. 
¿Quién debe hacerse cargo de este auspicio? ¿Debe ser una beca vitalicia del Estado o cuál debería ser el mecanismo?

Hay que tener claro que son procesos. Nos acordamos de esto en los juegos olímpicos, Jefferson Pérez destacaba que en Colombia hay centros de alto rendimiento mejor estructurados, con un plan de una década. Un país que progresa debe invertir en deporte, en salud, en educación, en cultura. No digamos que no hay plata, sino que optimicemos los recursos. No es cuestión de solucionarle la vida a los deportistas, pero con sesenta dólares no se puede pensar que se puede preparar un deportista. 
  
Venezolanos: el escape del infierno
Miles de venezolanos entraron las últimas horas al Ecuador por Rumichaca y otras rutas. El éxodo creo aglomeraciones en los puestos migratorios fronterizos y hasta versiones de que el gobierno del Ecuador estaba deteniendo masiva e ilegalmente el ingreso de ciudadanos colombianos. Esto resultó un dato errado. Alexandra Benalcázar, periodista en libre ejercicio, relata para Plan V la crónica de las horas más dramáticas de esta crisis migratoria y testimonia la frustración de quienes emigran, pero también su esperanza de mejores días para sus familias, aunque sea lejos del país que aman.
30 de julio del 2017
ALEXANDRA BENALCÁZAR, ESPECIAL PARA PLAN V
Son las nueve de la mañana del viernes 28 de julio en Tulcán, capital de la provincia de Carchi, en el norte de Ecuador. El viento frío y los nueve grados centígrados dejan saber que, quien pase por ahí, necesitará de la calidez de la que presumimos en el país que ama la vida. En la terminal terrestre, los buses a Quito y Guayaquil salen con ocupación total de asientos y las cabinas de equipaje llenas. Se puede reconocer acentos ecuatorianos, colombianos y venezolanos: es un barullo intercultural que sugiere una composición musical. Se puede entender rápidamente de donde viene la mayoría de viajeros.
A ocho y medio kilómetros de ahí, está Rumichaca, la unidad de control con mayor flujo migratorio de las cuatro existentes en Frontera Norte del lado ecuatoriano. Las otras tres se encuentran en Tufiño, provincia de Carchi; San Miguel y Puerto El Carmen en la provincia amazónica de Sucumbíos. En temporada media, como la actual, el flujo regular en Rumichaca puede ser de 1500 personas al día entre nacionales y extranjeros: familias y jóvenes viajeros que aprovechan las vacaciones del verano andino para ir de paseo a Colombia, viajeros colombianos que tuvieron hace pocos días un feriado y aprovecharon para visitar Ecuador, mochileros y turistas de toda nacionalidad que están viajando por Sudamérica, comerciantes que van y vienen.  

El puente internacional de Rumichaca, principal puerta de acceso de los venezolanos que huyen de su país.
Un día antes de ese viernes circularon informaciones que daban cuenta de una presunta detención en la frontera de 800 ciudadanos venezolanos, quienes sin haber sido expulsados masivamente estaban siendo excluidos masivamente. Esta información afirmaba que sin procedimientos, sin revisar papeles, sin debido proceso, se estaba bloqueando la entrada de estas personas. Circuló por Facebook, una red social donde la comunidad venezolana residente en Ecuador (y sus familiares y amigos residentes en Venezuela) tienen 154.120 miembros.

Primer comunicado del colectivo Utopia (sic) el cual denunció que el estado ecuatoriano estaba impidiendo el ingreso de venezolanos al Ecuador.  Ver aquí

Segundo comunicado Ver aquí
Esta información corrió como pólvora entre quienes hacían fila en el punto de control migratorio, como si el cansancio tras dos días de viaje y la incertidumbre sobre el proceso de ingreso no fueran ingredientes suficientes para la zozobra. Hacia las 19h00 del mismo jueves, el Ministerio del Interior (autoridad nacional de control migratorio) publicó en su cuenta oficial de la red social Twitter, un comunicado oficial.
En Rumichaca, como en Tulcán el ambiente es gélido, pero además es tenso y expectante. La fila de viajeros que esperan llegar a una de las catorce ventanillas de la unidad de control migratorio para recibir el sello de ingreso al Ecuador, es de alrededor trescientas personas (para el medio día las personas de esta fila ya había sido atendidas). En diferentes puntos, puede verse vendedores de agua, guanábana, chips de telefonía celular, cobijas, bufandas y guantes de lana. Funcionarias del Ministerio de Salud Pública dando instrucciones para lavarse las manos y usar agua de forma segura. Personal de organizaciones de protección de derechos de personas migrantes y refugiadas, monitoreando in situ la situación tras el rumor de las personas retenidas el día anterior, ofreciendo información sobre sus derechos o evaluando la necesidad de ofrecer asistencia legal a viajeros que requieran solicitar refugio. El despliegue de fuerzas de seguridad no es significativo: seis agentes de Policía Nacional, un  policía municipal, cuatro personas de seguridad aduanera en su puesto de control.

Grandes columnas de personas se formaron para acceder a los filtros migratorios desde Colombia al Ecuador. 

Personal de salud y de apoyo a los migrantes ayudaron a atender a las miles de personas que cruzaron la frontera.

Cargados de maletas, que son sus únicas pertenencias, los migrantes venezolanos esparan a ser atendidos en Migración.

Personal de Migración y de la Policía trataron de organizar en algo las aglomeraciones.

Un funcionario de Migración registra las aglomeraciones para demostrar que no se estaba impidendo el paso.
Anaité Vargas y Piero Chiara, del Servicio Jesuita a Refugiados, tienen un movimiento preciso como veloz. Recogen testimonios de ciudadanos venezolanos que ya recibieron el sello de ingreso al Ecuador, comparten informaciones con colegas y periodistas, envían breves mensajes reportando el monitoreo de la situación a colegas de otras organizaciones en Quito. Son dos, pero trabajan como si fueran diez. “Es evidente que el flujo de ciudadanos venezolanos en las últimas setenta y dos horas ha desbordado la capacidad de la unidad de control migratorio ecuatoriana para registrar su ingreso. La atención mejoró desde hoy que ampliaron el número de ventanillas operativas”, afirma Vargas. “Sabemos que han llegado en transporte terrestre internacional, en diferentes horarios, casi 1200 venezolanos cada día, es un cálculo aproximado mientras esperamos cifras oficiales de las autoridades nacionales. Antiayer en la noche (miércoles 26) hubo una aglomeración significativa entre personas que hacían fila para recibir el sello de ingreso y personas que esperaban que amaneciera para tomar el autobús de trasbordo a Perú o Chile. Esto es ciertamente preocupante, por las noches, la temperatura puede bajar hasta tres grados centígrados, y estas personas están esperando su trasbordo o en la fila de migración a la intemperie”.
En estos días llegan familias enteras, con testimonios preocupantes de escases de alimentos, acceso a atención médica y medicinas, o con necesidad de salir del país por temor a la violencia.
El Servicio Jesuita a Refugiados tiene una dilatada experiencia de trabajo en Ecuador, que data del año 2000 y subsiguientes durante la emergencia humanitaria en Frontera Norte, consecuencia de la implementación del Plan Colombia. A criterio de Vargas, este flujo significativo de ciudadanos venezolanos ya no puede explicarse solamente desde la migración por motivos económicos, de personas que llegan por goteo en búsqueda de un trabajo en un país de economía dolarizada como el Ecuador para enviar remesas a sus familiares. En estos días llegan familias enteras, con testimonios preocupantes de escases de alimentos, acceso a atención médica y medicinas, o con necesidad de salir del país por temor a la violencia.
En la fila continúa una mezcla de sensaciones. Viajeros europeos y estadounidenses viven esta espera de tres horas con desconcierto, cansancio y molestia. Viajan como mochileros unos. Otros, con bicicletas, comentan que están haciendo una ruta desde Alaska. No se explican cómo han tenido que esperar tanto tiempo para sellar su ingreso.
Viajeros venezolanos viven esta espera con expectación y esperanza. Algunos llevan entre dos y cuatro días de viaje. No les alarma una espera de tres horas en la fila aunque el frío sea mordaz, pues en la frontera colombo venezolana, habían esperado hasta seis horas para pasar. Unos sellaran un ingreso para quedarse en Ecuador y otra gran mayoría pedirán sellar su ingreso en condición de tránsito para ir a Perú, Chile y Argentina.

Una viajera estadounidense, que hacía un recorrido por América Latina en su bicleta, se mostró inquieta por el inusitado número de personas y la demora en los trámites.

Migración ecuatoriana debió ampliar el servicio a varias ventanillas adicionales. 
Viajeros ecuatorianos viven esta espera con impaciencia y una íntima complicidad. Ellos pueden sellar su ingreso en una fila exclusiva para nacionales, han tenido que esperar menos que los demás. Ellos miran ocasionalmente la larga fila de extranjeros con empatía. Saben que vieron esta misma escena en el año 2000 cuando los aeropuertos de Guayaquil y Quito estaban abarrotados de viajeros y sus familias que despedían con rumbo a España e Italia. Saben de las peligrosas travesías que hicieron los ecuatorianos por mar para llegar a Centroamérica con destino a Estado Unidos víctimas de la extorsión de coyoteros. Saben que Chunchi es una población de la sierra centro ecuatoriana donde decenas de niños se suicidaron por la depresión tras la ruptura familiar de la migración.
Magdalena Chávez es ambateña residente en Quito, y viaja de regreso a Ecuador con dos amigas, uno de sus maridos, dos niños y tres niñas. Aprovechando las vacaciones y como premio para los chicos por haber pasado de año con buenas calificaciones, este grupo viajó de paseo a Colombia. Es el primer viaje fuera del país de los niños. “Esta cola ha sido larga para los venezolanos, se ven cansados, se ven que vienen en familia, se nota que se cuidan entre ellos. Yo no sé si están tristes por dejar su terruño o porque no saben cuándo podrán volver. Yo deseo que a donde vayan puedan encontrar un buen futuro”, dice Magdalena mientras una de las niñas, su sobrina (aparenta diez u once años) interrumpe: “Yo vi un video en mi escuela en este año escolar que ya pasé, que se parecía a esta fila de muchas personas con hijos y maletotas: era de la guerra en Siria, y las familias tenía en pasar a Turquía y luego pasar por más países o por el mar Mediterráneo para llegar a un lugar seguro”. El grupo se despide y apresura el paso para tomar un bus que les llevará a la terminal terrestre de Tulcán. Puedo escuchar a Magdalena aconsejar a una mujer de edad mediana con dos niños (y acento que parece una composición musical): para el frío es bueno chupar pedazos de panela.  
Sus rostros ya no son de preocupación sino de alivio. Algunos se abrazan con sus familiares, otros con viajeros que conocieron en el trayecto. Cantan el himno nacional venezolano...
La larga fila se va acortando para encontrar cada vez mayor número de personas venezolanas que ya tienen sus pasaportes con el sello de ingreso. Sus rostros ya no son de preocupación sino de alivio. Algunos se abrazan con sus familiares, otros con viajeros que conocieron en el trayecto. Cantan el himno nacional venezolano, sacan su bandera nacional. Hay un grupo muy alegre de catorce personas que entona el Romance en la lejanía del mítico Simón Díaz: “te traigo esta melodía en un lirio sabanero, va repleta de esperanza como boga y canoero”.
El siguiente paso es organizar el viaje hacia sus destinos finales, en Ecuador u otros países de la región. Algunos se encuentran inquietos por su experiencia en la ventanilla del punto de control migratorio. Comparan el número de días que han marcado en sus pasaportes. Unos tienen diez días, otros treinta. Se preguntan si el número de días tiene relación con el monto de dinero de viaje que dijeron tener al agente de migración en la ventanilla donde fueron atendidos. Quienes están en tránsito hacia otro país no se muestran mayormente preocupados; sin embargo, familias que tienen previsto quedarse en el Ecuador temen que a menor número de días en su pasaporte, menos tiempo tendrán para aplicar a una visa Mercosur o visa Unasur, que les permitiría trabajar a los padres o inscribir en las escuelas públicas a sus hijos. El ambiente de celebración queda enrarecido por la falta de información.
En la zona de aparcamiento de autobuses están unidades de las compañías de transporte internacional Panamericana, Ormeño, Omega, Rutas de América. Esperan a pasajeros que hacen trasbordo a Huaquillas en la Frontera Sur de Ecuador y Perú, y otras con destino final a Chile pasando Lima en Perú. Carlos Reyes, peruano y conductor para la compañía Ormeño, prepara su equipaje y alista su unidad para su siguiente viaje. Saldrá desde Rumichaca a Lima con 54 pasajeros de los cuales 40 son venezolanos. “Hace quince días conduje una unidad desde Cúcuta en Colombia hasta aquí en el lado ecuatoriano de Rumichaca. Pasajeros venezolanos me contaron que querían salir de allá antes de las elecciones para la Constituyente, por temor a que después de esa elección se instale la nueva asamblea y prohíba la salida del país. Otros pasajeros me dijeron que salían por la carestía, porque la plata no alcanza para nada. En ese viaje estaba un profesor que me dijo tener un salario de 23 dólares y un policía que ganaba 50 dólares”.
Muchos venezolanos solo han pedido una visa de tránsito, para en buses internacionales pasar a Perú y Chile, donde creen que les irá mejor.

Un bus del Perú y su conductor espera a los viajeros que irán hasta Lima.
Son las tres de la tarde del viernes 28 de julio en Rumichaca, en la Frontera Norte de Ecuador. El viento frío ha dado tregua, y tímidos rayos de sol calientan el ambiente. En un viaje de quince minutos en taxi, llegaré hasta la terminal terrestre de Tulcán. Ahí los buses con destino a Guayaquil y Quito salen con ocupación total de asientos y las cabinas de equipaje a tope. Mi destino es Quito. Compartiré viaje con pasajeros de diferentes nacionalidades, para llegar a la estación de buses interprovinciales de Carcelén, al norte de Quito. Cuando sean las nueve de la noche, tomaré en esa estación un bus que hace conexión con el servicio articulado de transporte urbano Metrobus. Mientras abordo, reconozco a personas que ví en la fila en Rumichaca esperando por su sello de ingreso al Ecuador.
Entre las 04h00 y 08h00 del sábado 29 de julio llegaron cinco buses de transporte internacional con un aproximado de 400 nuevos pasajeros venezolanos a Rumichaca.
Durante nueve paradas hasta mi destino final, recordaré a la periodista Sandra Ochoa (+) que nos relató en primera persona la travesía de los ecuatorianos que migraban a Centroamérica para llegar a Estados Unidos; a mi tía migrante que lleva quince años en España y a la sobrina de Magdalena Chávez, que aprendió en la escuela los largos viajes que tienen que hacer las familias que huyen de una guerra al otro lado del mundo.
Entre las 04h00 y 08h00 del sábado 29 de julio llegaron cinco buses de transporte internacional con un aproximado de 400 nuevos pasajeros venezolanos a Rumichaca. Del lado colombiano, la fila fue larga porque el sistema en el punto de control migratorio se cayó por unas horas. En Ecuador, la fila fluyo con normalidad. El Ministerio Salud Pública, colocó una unidad móvil de atención médica.
El gobierno de Ecuador no ha anunciado plan humanitario alguno para atender a los ciudadanos venezolanos durante su estancia en Frontera Norte. El gobierno de Colombia puso en marcha un plan de asistencia humanitaria en su frontera con Venezuela, a la vez que creó un Permiso Especial de Permanencia como medida de flexibilización migratoria para promover la regularidad, el cual debe ser entendido —por el ciudadano extranjero— como un voto de confianza de Colombia, según dijo a la revista Semana del director de Migración de ese país, Christian Krüger. El Gobierno de Perú creó un Permiso Temporal de Permanencia en enero de este año, el cual ha sido ampliado en estos días, con el fin de que los ciudadanos venezolanos residentes en Perú estén habilitados para realizar actividades remuneradas, según fuentes de la Superintendencia Nacional de Migraciones de Perú.
  TESTIMONIOS  
"Nos han expulsado para buscarnos un futuro"
Jose Daniel, expolicía venezolano de 26 años
"Soy padre de un niño de un año que no me acompaña en este viaje pero deseo muy pronto tenerlo conmigo. En Venezuela vivía en Barcelona, en el Estado de Anzoátegui. Hice un viaje de treinta horas desde Barcelona hasta la frontera de Venezuela y Colombia en un expreso con capacidad para 40 personas. Todas queríamos salir del país. En el punto de control migratorio sellé mi pasaporte para entrar a Colombia, había filas largas, tuve que esperar siete horas. En Cúcuta, Colombia, tomé un bus de la compañía de Omega, que me llevó en un viaje de dos días a Rumichaca, en la frontera de Colombia y Ecuador. En migración del lado colombiano esperé una hora para sellar la salida. En migración del lado ecuatoriano hice una fila de tres horas para tener el sello de ingreso en mi pasaporte. Desde Rumichaca, hice un viaje a la terminal de transporte terrestre nacional más cercana (Tulcán) para tomar un bus que me traiga a Guayaquil, donde me encuentro desde la madrugada de hoy sábado 29 de julio. Al medio día saldré a buscar trabajo. En Venezuela yo era policía nacional. Sufrí un accidente por el que tuve dos años de reposo con lo cual me suspendieron el sueldo. Estuve tratando de ganarme la vida como barbero pero la plata no alcanza. El gobierno de mi país gerencia mal, eso no es un secreto para nadie. Nos ha expulsado para buscarnos un futuro. No voy a hablar mal de mi país porque para mí es lo mejor.
"Viví el éxodo de colombianos que huían de la guerra"
Nelly Reina, funcionaria del Ministerio del Interior. Responsable de Unidades de Control Migratorio en la Provincia de Carchi.
"Nací y vivo aquí en la provincia del Carchi. He tenido estas responsabilidades durante tres años, luego, trabajé un año en Quito y desde hace una semana pedí volver a este cargo en mi ciudad. Viví el éxodo masivo de ciudadanos colombianos que llegaron a Ecuador huyendo de la guerra y la violencia en la época del Plan Colombia (2000-2004). Entiendo que este flujo de ciudadanos venezolanos es por motivos económicos, porque buscan medios de subsistencia. Son personas con una profesión, llegan desde diferentes ciudades de Venezuela. Nuestro trabajo es registrar la entrada y salida de nacionales y extranjeros. En esta época del año registramos normalmente 1500 ingresos y salidas de Ecuador al día. Desde hace tres semanas hemos evidenciado un nuevo fenómeno migratorio en ingresos. Es un incremento constante y progresivo. No puedo afirmar las cifras oficiales porque ese dato debes obtenerlo directamente en el Departamento de Estadística del Ministerio del Interior en Quito, pero, en los últimos tres días hemos registrado aproximadamente 2700 ingresos y salidas al día, de los cuales alrededor de 1800 son ingresos diarios. Posiblemente ocho de cada diez ingresos sean venezolanos, las cifras oficiales se confirmarán por la autoridad nacional pertinente. Para sellar el ingreso al Ecuador, los extranjeros deben portar su pasaporte o documento de identidad. En ventanilla son atendidos por un agente de migración que digita en el sistema información referida a motivo del viaje, número de días de permanencia en Ecuador, dirección a la que llega en caso de visita de turismo (hotel, familia o amigos), destino final en caso de visita de tránsito y cantidad de dinero con la que cuenta el viajero para su estancia en el país (se consulta la cantidad no se debe mostrar el dinero). El agente de migración registra en el sistema estas informaciones. En ningún caso decide el número de días que un turista o una persona en tránsito puede quedarse en el país, pero si puede evaluar si la cantidad de dinero de viaje es suficiente para cubrir las necesidades durante el tiempo de permanencia en Ecuador.
"Es fundamental un enfoque de derechos hunanos".
Xavier Gudiño-Valdiviezo, coordinador regional de Servicios Legales en Asylum Access America Latina
"Nos encontramos en Rumichaca para brindar asesoría legal y prestar servicios legales a las personas que lo requieran. Estamos evaluando si existen ciudadanos con necesidad de protección internacional, que requieran orientaciones sobre cómo acceder al procedimiento de determinación de condición de refugiados en la Dirección de Protección Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores y eventualmente canalizar estos casos ante las autoridades competentes. Me parece que podemos contar con algunos casos pero debemos profundizar —con una entrevista más a fondo, en un ambiente de confidencialidad— para determinar si son personas con necesidad de protección internacional. De momento la información que tenemos es parcial. Sin embargo, quiero contarte que por la propia situación en el hermano país de Venezuela, a los ciudadanos que viajan desde ese país se les debe garantizar acceso a los sistemas de protección de cada país y el acceso a sus territorios. Es de importancia medular que los países receptores de población venezolana se acojan no solamente a la Convención de Ginebra de 1951, que toma en cuenta las condiciones subjetivas del solicitante de refugio, sino además y sobre todo, a la Declaración de Cartagena que toma en cuenta las condiciones objetivas del país de origen, donde la vida, integridad o seguridad de las personas están amenazadas por violencia generalizada, agresión extranjera, conflictos internos, violación masiva de derechos humanos u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público. Debe analizarse las circunstancias específicas en el país de origen que han provocado el éxodo.

La primera semana de julio participamos en la audiencia especial en Lima, Perú de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación de los ciudadanos venezolanos en la región. Con el apoyo de varias organizaciones de la región preparamos los argumentos y documentos que nos permitieran explicar que el contexto situacional de Venezuela provoca la salida de sus ciudadanos a los países vecinos. Explicamos los flujos y las cifras para que los Estados receptores de ciudadanos venezolanos tomen en cuenta que deben mejorar o cambiar su respuesta a flujos migratorios (la cual suele ser): detención, cierre de fronteras, discriminación. También destacamos el rol de aquellos países que han tomado medidas específicas como México (reconocimiento de refugiado a venezolanos), Perú (decreto presidencial de regularización migratoria), y Ecuador (visa UNASUR a pesar del alto costo), Colombia (sentencia de la Corte Constitucional sobre protección de mujeres venezolanas en frontera con perfil de riesgo de violencia o trata de personas). Pedimos a la CIDH, a las relatorías y a los estados esfuerzos para el diálogo y articulación regional. Es fundamental que en un enfoque de derechos humanos los países puedan, además de dar respuestas puntuales y reactivas, ofrecer un marco de protección a personas en contexto de movilidad humana para el caso Venezuela y casos futuros en cualquier país.

 

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Se viene la edición 100 de la Revista El Observador



¿Qué implica que grandes e influyentes países desconozcan la Constituyente de Maduro en Venezuela?

Nicolás MaduroDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionAl menos una decena de países dijeron que no reconocerán los resultados de la Constituyente en Venezuela.
Por un lado, la "fiesta constituyente". Por el otro, la cruda violencia en las protestas opositoras. Y mientras tanto, un pronunciamiento casi unánime de parte de miembros de la comunidad internacional: "Desconocemos la Constituyente en Venezuela".
Este 30 de julio, el ansiado día que el gobierno de Nicolás Maduro celebró sus elecciones para una Asamblea Nacional Constituyente, se dio quizá el golpe internacional más duro que haya recibido la revolución bolivariana en sus 18 años en el poder.
El viernes fue Colombia, pero el domingo se añadieron Panamá, Perú, Argentina,Brasil, México, Costa Rica, Suiza, Chile, España y Estados Unidosa la lista de países que no reconocen los resultados de las elecciones para la Constituyente.
A ellos se suma el rechazo de la Organización de Estados Americanos, el Parlamento Europeo y decenas de organizaciones no gubernamentales que defienden los derechos humanos.
Un manifestante con un escudo improvisado que lleva la bandera de Venezuela pintada.Derechos de autor de la imagenEPA
Image captionEl domingo de elecciones ha sido el día con más muertes desde que comenzaron las protestas en abril.
Y está la posibilidad, reportada como un hecho en medios estadounidenses, de que el presidente de ese país, Donald Trump, imponga sanciones económicas a Venezuela, que depende de la exportación de petróleo a Estados Unidos.
No es usual que un país rechace el proceso electoral de otro, pero sí existe la figura de desconocer a un gobierno que se considera ilegítimo y estos pronunciamientos del domingo parecen un paso en ese sentido.
El resultado puede ser que la relación de Venezuela con estos países se rompa, lo que quizá no tenga efectos inmediatos en la política interna del país, pero sí en la economía de una nación que ya sufre una recesión de cuatro años y depende de las importaciones.
Refinería en Venezuela.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl petróleo ha sido el motor de la economía en Venezuela pero la baja en el precio internacional del crudo afectó gravemente al país.

Lo que dice el gobierno

El gobierno revolucionario ha llamado las recientes críticas desde el exterior como una nueva injerencia de la "derecha imperialista" en la política local.
Desde el golpe de Estado que sufrió Hugo Chávez en 2002, que el mandatario vio como un ataque auspiciado por Estados Unidos, la revolución ha visto cada reprimenda internacional como un intento de "invadir Venezuela" y hacerse de sus reservas de crudo, estimadas como las más grandes del mundo.
El gobierno, además, mantiene cierto apoyo de importantes potencias como China y Rusia y de decenas de países caribeños, así como de Nicaragua y Bolivia.
Filas de gente frente al supermercado.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa gente en Venezuela debe hacer largas filas para conseguir alimentos en medio de la crisis económica que atraviesa el país.
Este domingo, el chavismo dijo no estar preocupado por los pronunciamientos en contra.
"Venezuela preside el grupo de Países No Alineados, son dos tercios del mundo", dijo Jorge Rodríguez, influyente dirigente chavista, quien relativizó la importancia de los pronunciamientos.
Y puso el ejemplo del mandatario colombiano Juan Manuel Santos, que en las últimas semanas ha aseverado su posición contra Maduro: "Hoy votó más gente que la que eligió a Santos en Colombia", aseguró.
Diosdado Cabello, otro peso pesado del chavismo, dijo que "lo que pasa es que la comunidad internacional está preocupada de que en sus países se levanten procesos revolucionarios como este".
"En realidad (los que rechazan la Constituyente) son los gobiernos, no los pueblos. En Chile, en Ecuador, en Europa recibí mensajes de apoyo", informó.
"Los gobiernos se ensañan con Venezuela porque acá hay un proyecto distinto", concluyó, resaltando los programas sociales chavistas que según él no hay en otros países.
Juan Manuel SantosDerechos de autor de la imagenEPA
Image captionColombia fue el primer país que mostró rechazo al resultado de los comicios en Venezuela.

Los argumentos para desconocer

Con un promedio de un muerto al día en cuatro meses de protestas opositoras, el rechazo hacia el gobierno de Maduro ha ido aumentando en los últimos meses.
Muchos, en coincidencia con la oposición venezolana, creen que la Constituyente puede "consolidar la dictadura" e "ilegalizar la disidencia", profundizando la crisis económica que inició hace cuatro años.
Perú rompió relaciones en abril y este domingo dijo que "esta elección viola normas de la Constitución venezolana y contraviene la voluntad soberana del pueblo".
Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, aseguró el domingo que las elecciones son "fraudulentas" y "otro paso hacia la dictadura".
Brasil, por su parte, opinó que la Constituyente es un "camino seguro para el agravamiento de la crisis" y una medida "que expone abiertamente la intención de Maduro de perpetuarse en el poder".
Y así, uno a uno, se han ido acumulando los comunicados de países vecinos o importantes socios comerciales que rechazan la Constituyente.
Protestas en VenezuelaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLas protestas a favor y en contra del gobierno de Maduro ocuparon las calles de Venezuela desde abril.

Lo que puede venir

La pregunta es qué implica realmente que un país esté aislado en el mundo globalizado de hoy en día.
Lo primero que habrá que ver, en especial si se producen las sanciones económicas al sector petrolero venezolano, es cómo reacciona el gobierno en su búsqueda de mayor apoyo y acuerdos comerciales con países como India, China y Rusia.
“Es la votación más grande que haya sacado la revolución bolivariana en toda la historia”: Maduro reacciona a los resultados de la Asamblea Constituyente
En este escenario muchos ponen el ejemplo de Cuba, que tras el embargo de Estados Unidos impuesto en 1960 vio cómo su economía, sobre todo después de la caída de su mayor auspiciante, la Unión Soviética, se fue al piso y millones de personas cayeron en la pobreza y sufrieron años de escasez.
Pero el aislamiento de Cuba no significó que el gobierno fuera menos popular internamente ni que la estabilidad política se fracturara. Al menos no del todo.
Y, de todas formas, hoy el mundo está más globalizado y los países se ven más afectados por lo que ocurre en el escenario internacional.
En eso, pocos países son como Venezuela, que si bien tiene un gobierno autodeclarado antiimperialista, es profundamente dependiente de lo que ocurre en otras naciones.
Fila para votar en Venezuela.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLos venezolanos votaron este domingo para elegir a los miembros que formarán la Asamblea Nacional Constituyente que reformará la Constitución.
El 70% de lo que consumen los venezolanos viene del exterior, el Estado tiene importante activos en el extranjero y el 95% de sus ingresos son de la venta petrolera.
Todos esos vínculos comerciales se ponen en riesgo cuando se rompen las relaciones de Venezuela con otros países.
Más rechazo de la comunidad internacional puede que no acabe con la crisis política y social del país. Incluso puede profundizarla.
Pero también puede conseguir que Maduro se sienta contra las cuerdas y acceda a lo que le piden la oposición y la comunidad internacional.
El mundo, en todo caso, tiene los ojos en Venezuela.