LOLO ECHEVERRÍA ECHEVERRÍA
DIARIO EL COMERCIO
Las líneas rojas como frontera última que no se debe traspasar, es una expresión universal que significa un límite más allá del cual la seguridad no está garantizada. No hay certeza acerca del origen de la expresión, algunos creen que son la líneas rojas de los manómetros de las antiguas máquinas de vapor; otros dicen que es la línea de soldados británicos que utilizaban chaquetas rojas; también se menciona el Acuerdo de la Línea Roja que fijó los límites del imperio otomano dibujados en un mapa con tinta roja por Gulbenkian. Como sea, ahora está de moda la mención de las líneas rojas que las fanáticas de Alianza País pretenden dibujarle al presidente ecuatoriano Lenín Moreno mientras apoyan al temerario Nicolás Maduro que cruzará mañana las líneas rojas de la democracia. Una Asamblea Constituyente solo puede ser convocada por decisión del pueblo en las urnas; Nicolás Maduro lo ha hecho por su cuenta convirtiendo en farsa el acto democrático en el que serán elegidos más de 500 chavistas sin candidatos de oposición. Maduro sostiene que la Constituyente permitirá resolver los problemas económicos, acabar con la pobreza y hacer justicia. Diosdado Cabello alardea que eliminará a la Fiscal y anulará al Parlamento. Otros dicen, en cambio, que es un recurso para evadir elecciones y asaltar definitivamente el poder. Venezuela se convertirá en una dictadura y el gobierno de Maduro será un régimen forajido. Elides Rojas, del diario El Universal de Caracas, asegura que fue consejo de los cubanos porque “quieren seguir gobernando Venezuela mientras la ordeñan sin piedad”. Venezuela y otros gobiernos parias del mundo reparten amenazas e insolencias y se refugian en la soberanía y el principio de no intervención. Los países democráticos han rogado, hasta última hora, al gobierno y a la oposición que acepten el diálogo; los organismos internacionales han advertido del peligro de más violencia y el gobierno de Estados Unidos amenaza con sanciones. Nada ha logrado conmover a los chavistas confiados en la lealtad de militares cebados en la corrupción, la violación de los derechos humanos, los negocios con alimentos y medicinas y hasta nexos con el narcotráfico, según denuncian funcionarios norteamericanos y periodistas venezolanos. Las líneas rojas son las que definen los límites de la democracia y las normas civilizadas; No debemos permitir que funcionarios elegidos democráticamente, excediendo los límites de sus mandatos, apoyen en nuestro nombre a dictadores, aventureros y violadores de los derechos humanos. ¿De qué lado están los fanáticos que dibujan líneas rojas? Lo que temen es el retorno del país al lado correcto porque eso implica recuperar la justicia, juzgar a los culpables, retirar los grilletes y reparar a las víctimas.
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