Yo estuve en el vuelo 173 de Tame con destino a Cuenca y puedo decirles la verdad de lo que ahí sucedió.
Que no vengan estos revolucionarios que se creen dueños del país a pretender hacer creer que todos los pasajeros del avión estuvimos de acuerdo en secuestrarlo.
El viernes 21 de julio en compañía de mis papis, hermana y sobrino, partimos a las 07h15 desde Quito con destino a Cuenca con el propósito de disfrutar unos días de vacaciones.
El vuelo transcurrió tranquilo, el cielo despejado durante casi todo el vuelo nos permitió admirar la majestuosidad del Cotopaxi y otros volcanes.
Al cabo de 35 minutos, el piloto anunció que aterrizaríamos en breves instantes, sin embargo muy cerca de la pista había un banco de niebla que hacía imposible una correcta visibilidad, por lo que el piloto abortó el aterrizaje y nos elevamos con dirección a Guayaquil para reabastecer la nave de combustible y esperar a que las condiciones climáticas mejoren, según explicó por parlante.
Ya en Guayaquil nos indicó que tan pronto terminen de abastecer saldríamos en 15 minutos y así fue. A mi personalmente me admiró que la "espera" haya sido tan breve, más aún cuando una amiga que nos esperaba en Cuenca me dijo que el cielo estaba totalmente nublado, sin embargo no soy ni meteoróloga, ni experta en aviación y más bien pensé que el avión no podía quedarse demasiado tiempo parado porque debía cubrir otras rutas porque además la compañía está con pocos aviones.
El segundo intento de aterrizaje también fracasó por las mismas razones climáticas, el piloto retacó y esta vez nos dirijimos a Quito, el piloto indicó que había recibido esas instrucciones y además dijo que otro avión tampoco había podido aterrizar, se disculpó por el inconveniente, nos dijo "ustedes pueden apreciar que no se ve nada" y "las pésimas condiciones climáticas están fuera de nuestro control" y yo pensé: da demasiadas explicaciones, es obvio que no se puede aterrizar, es un tema de seguridad y punto, nadie (eso pensé yo) lo puede cuestionar.
Una vez en Quito, el avión apagó los motores y como es usual, los pasajeros se pusieron de pie para salir, pero pasó el tiempo y no abrían la puerta, tampoco daban explicaciones, yo supuse y así les dije a mis papis que seguramente estabamos esperando nos asignen una manga para salir. Ellos al igual que yo estaban muertos de hambre, cansados, acalorados (porque apagaron el aire acondicionado) y con la carga emocional de estrés, especialmente para las personas que como yo tienen pánico de volar en avión.
Pasaron no menos de 45 minutos hasta que una azafata dijo por parlante: "Por favor dejen pasar a los pasajeron que desean bajar" y yo que me encontaba en la cola del avión dije en voz alta: "Todos queremos bajar" sin saber lo que estaba sucediendo adelante.
En ese instante una azafata que estaba atrás me dijo: "Lo que pasa es que hay unos pasajeros adelante que no quieren bajar, están impidiendo el paso y están exijiendo al piloto retornar a Cuenca"... yo puse cara de what? y dirigiendo mi dedo indice a mi cien en señal de que a qué locos se les ocurre exigir semejante barbaridad.
Entonces como mis hormonas están alteradas con esto de la llegada al quinto piso, grité que por favor nos den paso a los pasajeros que si queremos bajar del avión, que se trata de un tema de seguridad y que debíamos acatar la decisión del comandante que es la máxima autoridad en el interior del avión.
Al instante empezaron a salir los pasajeros, yo fui de las últimas ya que me encontraba en la penúltima fila.
Al acercarme a los asientos VIP escuché que el "Corcho" Cordero, Doris Soliz y unos pocos irresponsables que parecían también políticos, persuadían a la gente a no salir con el pretexto tonto de que debemos exigir nuestros derechos de consumidores, al pasar a lado de ellos tuve el placer de decirles: "¡Oh ahora entiendo quienes han sido los revoltosos! ustedes se creen dueños del país" Lástima que fue tan rápido que no se me ocurrió sacar el telefono para grabar un video.
Más tarde me enteré que estos cuatro pelagatos sinvergüenzas y autoritarios se habían salido con sus caprichos y el avíon había retornado a Cuenca con menos de un tercio del avión, ocasionando la cancelación de otros vuelos y un importante perjuicio económico al estado.
Y que cara dura del "Corcho" Cordero y la Soliz, de poner en sus cuentas de twitter que el reclamo fue de más de 100 pasajeros. Pues no fue así, el 70% de pasajeros acatamos la decisión del piloto y salimos del avión.
A mi no me lo contaron, yo estuve ahí y esa es la verdad.
HIpatia Puente
Que no vengan estos revolucionarios que se creen dueños del país a pretender hacer creer que todos los pasajeros del avión estuvimos de acuerdo en secuestrarlo.
El viernes 21 de julio en compañía de mis papis, hermana y sobrino, partimos a las 07h15 desde Quito con destino a Cuenca con el propósito de disfrutar unos días de vacaciones.
El vuelo transcurrió tranquilo, el cielo despejado durante casi todo el vuelo nos permitió admirar la majestuosidad del Cotopaxi y otros volcanes.
Al cabo de 35 minutos, el piloto anunció que aterrizaríamos en breves instantes, sin embargo muy cerca de la pista había un banco de niebla que hacía imposible una correcta visibilidad, por lo que el piloto abortó el aterrizaje y nos elevamos con dirección a Guayaquil para reabastecer la nave de combustible y esperar a que las condiciones climáticas mejoren, según explicó por parlante.
Ya en Guayaquil nos indicó que tan pronto terminen de abastecer saldríamos en 15 minutos y así fue. A mi personalmente me admiró que la "espera" haya sido tan breve, más aún cuando una amiga que nos esperaba en Cuenca me dijo que el cielo estaba totalmente nublado, sin embargo no soy ni meteoróloga, ni experta en aviación y más bien pensé que el avión no podía quedarse demasiado tiempo parado porque debía cubrir otras rutas porque además la compañía está con pocos aviones.
El segundo intento de aterrizaje también fracasó por las mismas razones climáticas, el piloto retacó y esta vez nos dirijimos a Quito, el piloto indicó que había recibido esas instrucciones y además dijo que otro avión tampoco había podido aterrizar, se disculpó por el inconveniente, nos dijo "ustedes pueden apreciar que no se ve nada" y "las pésimas condiciones climáticas están fuera de nuestro control" y yo pensé: da demasiadas explicaciones, es obvio que no se puede aterrizar, es un tema de seguridad y punto, nadie (eso pensé yo) lo puede cuestionar.
Una vez en Quito, el avión apagó los motores y como es usual, los pasajeros se pusieron de pie para salir, pero pasó el tiempo y no abrían la puerta, tampoco daban explicaciones, yo supuse y así les dije a mis papis que seguramente estabamos esperando nos asignen una manga para salir. Ellos al igual que yo estaban muertos de hambre, cansados, acalorados (porque apagaron el aire acondicionado) y con la carga emocional de estrés, especialmente para las personas que como yo tienen pánico de volar en avión.
Pasaron no menos de 45 minutos hasta que una azafata dijo por parlante: "Por favor dejen pasar a los pasajeron que desean bajar" y yo que me encontaba en la cola del avión dije en voz alta: "Todos queremos bajar" sin saber lo que estaba sucediendo adelante.
En ese instante una azafata que estaba atrás me dijo: "Lo que pasa es que hay unos pasajeros adelante que no quieren bajar, están impidiendo el paso y están exijiendo al piloto retornar a Cuenca"... yo puse cara de what? y dirigiendo mi dedo indice a mi cien en señal de que a qué locos se les ocurre exigir semejante barbaridad.
Entonces como mis hormonas están alteradas con esto de la llegada al quinto piso, grité que por favor nos den paso a los pasajeros que si queremos bajar del avión, que se trata de un tema de seguridad y que debíamos acatar la decisión del comandante que es la máxima autoridad en el interior del avión.
Al instante empezaron a salir los pasajeros, yo fui de las últimas ya que me encontraba en la penúltima fila.
Al acercarme a los asientos VIP escuché que el "Corcho" Cordero, Doris Soliz y unos pocos irresponsables que parecían también políticos, persuadían a la gente a no salir con el pretexto tonto de que debemos exigir nuestros derechos de consumidores, al pasar a lado de ellos tuve el placer de decirles: "¡Oh ahora entiendo quienes han sido los revoltosos! ustedes se creen dueños del país" Lástima que fue tan rápido que no se me ocurrió sacar el telefono para grabar un video.
Más tarde me enteré que estos cuatro pelagatos sinvergüenzas y autoritarios se habían salido con sus caprichos y el avíon había retornado a Cuenca con menos de un tercio del avión, ocasionando la cancelación de otros vuelos y un importante perjuicio económico al estado.
Y que cara dura del "Corcho" Cordero y la Soliz, de poner en sus cuentas de twitter que el reclamo fue de más de 100 pasajeros. Pues no fue así, el 70% de pasajeros acatamos la decisión del piloto y salimos del avión.
A mi no me lo contaron, yo estuve ahí y esa es la verdad.
HIpatia Puente
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