lunes, 31 de octubre de 2022

Lcda Dori Merchán Gerente de Diario El Mercurio

 

El presidente Lasso y los periodistas

En tanto la Sociedad Interamericana de Prensa, en su Asamblea General, denunciaba el “preocupante y franco retroceso de la libertad de prensa”, el secretario de Comunicación del presidente Guillermo Lasso, Andrés Seminario, insistía en esa retórica antiprensa que, últimamente, parece fascinar al régimen. Calificó a la prensa de “demasiado negativista” y la acusó de “construir en el imaginario colectivo una instancia tan negativa que la sociedad se contamina”. Quizás el Ejecutivo necesita recordar que apenas durante el paro de junio, por ejemplo, 242 periodistas fueron agredidos, o que  dos han sido asesinados en el último año, una cifra desoladora que pone a Ecuador entre los cuatro países más peligrosos para la prensa de las Américas —junto a países que tienen un severo conflicto armado interno por el narcotráfico, como Colombia y México, o que enfrentan el derrumbe total del orden, como Haití—.

Un Presidente que presume de ser respetuoso de los valores republicanos debería tener presente que la irrestricta libertad de informar a la ciudadanía es indispensable para el sano desempeño de cualquier democracia. La prensa siempre es un blanco fácil para los políticos en sus exabruptos de frustración, pero no es ni nunca ha sido la culpable de los errores de gestión de un mandatario, de lo que la ciudadanía percibe a diario en su entorno ni de las condiciones que un gobernante haya heredado.

El crimen organizado, los activistas radicales y los discursos de odio orquestados por los políticos populistas ya son suficiente amenaza para la prensa. Ante ello, se necesita cuanto antes el sistema de protección de periodistas que se prometió, no hostigamiento gubernamental.

 

Fallece Claudio Malo González a los 86 años de edad

El Dr. Claudio Malo González, destacado educador y antropólogo cuencano.

Cuenca está de luto por el fallecimiento del Dr. Claudio Malo González destacado educador y antropólogo cuencano siempre vinculado a temas culturales.

Malo González fue articulistas editorialista de Diario El Mercurio.

A través de las redes sociales, amigos y conocidos expresaron su pesar por su pérdida; una de ellas, Gabriela Eljuri, quien le dedicó una publicación a la que titulo ‘Claudio Malo González, el abridor de caminos, el maestro’

De la misma forma, otros cuencanos como Carlos Freire Soria describió al antropólogo como «uno de los más importantes humanistas del Ecuador de las últimas décadas«.

Trayectoria

Con una larga trayectoria en la educación y la cultura ecuatoriana latinoamericana, llegó a ser Ministro de Educación, diputado, asambleísta, entre otras dignidades públicas.

Trabajó como director del Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares CIDAP entre los años 1984 y 2011, en donde aportó enormemente a la gestión en educación y exposición del diseño artesanal.

El sexto de una familia de ocho hermanos, estudió la primaria donde los Hermanos Cristianos hasta el cuarto grado, que pasó a la escuela de las oblatas en Charasol, donde se habían trasladado los suyos debido a los trabajos de su padre.

Se graduó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cuenca (1954 – 1960) y en la de Jurisprudencia y Ciencias Sociales (1955 -1961).

Hizo posgrados en Jurisprudencia, Antropología Cultural y Administración Municipal y Desarrollo Rural.

Su partida deja un vació inmenso en la cultura local y nacional.

Entre algunas de sus distinciones constan:

  • Diploma Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Azuay por altas calificaciones al egresar de la Facultad de Filosofía y Letras.
  • Condecoración Benigno Malo por ser el egresado con las más altas calificaciones de la Facultad de Jurisprudencia en 1961.
  • Honorary Doctor of Humane Letters Degree. University of North Carolina, Asheville.

Tiene a su haber una gran cantidad de publicaciones, entre las que se pueden citar:

  • Arte y Cultura Popular, Cuenca 1996
  • Director de la Revista Universidad – Verdad de la Universidad del Azuay
  • Artículos en las Revistas Anales de la Universidad de Cuenca, Universidad – Verdad, Artesanías de América, Pucara.
  • Arte y Cultura Popular (corregido y aumentado), Cuenca 2006
  • Artesanía, lo Útil y lo Bello, Cuenca 2008
  • El Humor en el Contexto Sociopolítico del Ecuador 2009
  • ¿Qué es el ser humano? Una mirada desde la Antropología Quito 2011

 

Lula da Silva gana las elecciones en Brasil: “Intentaron enterrarme vivo y aquí estoy”

Lula da Silva besa a su esposa Janja tras su triunfo

Eleonora Gosman / Pablo Giulano

San Pablo, Brasil —

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A los 77 años, Luiz Inácio Lula da Silva, el exmetalúrgico que esquivó a la muerte por hambre en su infancia en el norte de Brasil, se ha convertido en el nuevo presidente del país. El 50,9% del electorado brasileño ha elegido a Lula para que gobierne durante los próximos cuatro años y dar por terminado así al Gobierno de Jair Bolsonaro.

Lula promete "acabar con el hambre" y luchar por “la democracia” en Brasil: “Han intentado enterrarme vivo y estoy aquí”

Lula promete "acabar con el hambre" y luchar por el "diálogo, la igualdad y la democracia" en Brasil

En un discurso largo tras su victoria en las urnas, Lula habló de su “resurrección” en la política brasileña. “Han intentado enterrarme vivo y estoy aquí”, dijo el líder del Partido de los Trabajadores (PT), que colocó la lucha contra el hambre como su primera prioridad. “Esta es la victoria de un inmenso movimiento democrático que se formó por encima de los partidos. El pueblo brasileño demostró hoy que quiere vivir bien, con empleo y salario justo, con salud y educación, y políticas públicas de calidad”.

El actual presidente brasileño mantiene de momento su silencio sobre los resultados. Bolsonaro había denunciado supuestas maniobras para perjudicarlo en la campaña cuando faltaban tres días para la segunda vuelta y los analistas coinciden en que esa sería la base para que Bolsonaro desconozca los resultados de este domingo, 30 de octubre, y llame a una tercera vuelta. No son pocos los que recordaron la maniobra de Donald Trump al perder la reelección. De darse el proceso de transición tradicional, Lula asumiría el cargo el 1 de enero de 2023.

Con su triunfo en un histórico recuento, Lula también pasa a la historia como el único mandatario democrático con tres presidencias en Brasil. El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) protagoniza una nueva resurrección política tras sus 580 días de cárcel por condenas que fueron luego anuladas por parcialidad y falta de competencia del juez.

Favorito para vencer en la segunda vuelta, este Lula con barba blanca y casado por tercera vez se presentó como un “injusticiado” durante la campaña para refutar el mote de “expresidiario” que usó Bolsonaro contra él, comparando las detenciones que tuvieron figuras como Mahatma Gandhi, Nelson Mandela o Martin Luther King,

Convertido en “pai dos pobres” ('padre de los pobres', como le decían a Getulio Vargas) después de sus dos mandatos presidenciales (2003-2010), Lula sacó de la miseria a más de 36 millones de brasileños y creó 22 millones de empleos, con salarios por encima de la inflación.

Con este triunfo, Lula se convierte en el político con más protagonismo en la república brasileña desde el fin de la dictadura militar (1964-1985).

Para estos comicios logró además el renacimiento del partido que fundó en 1980, el PT, que selló una alianza inédita con diez fuerzas formando un frente antibolsonarista que polarizó como nunca la elección, al cual le sumó los apoyos de Simone Tebet, tercera en la primera vuelta con 4% de los votos (Movimiento Democrático Brasileño, MDB), y Ciro Gomes, cuarto con 3%, del Partido Democrático Laborista (PDT) .

“Yo podría estar disfrutando de mi tercer matrimonio, pero acepté ser el candidato para reconstruir el país”, dijo Lula cuando se lanzó como candidato luego de casarse en marzo con Rosángela Silva, una socióloga militante del PT con quien comenzó un noviazgo cuando ella lo visitaba en su celda en la ciudad de Curitiba, en el estado de Paraná, en 2018.

El “renacido” Lula se ha presentado a las elecciones después de haber sido condenado a nueve años de prisión por corrupción en la Operación Lava Jato por una denuncia del fiscal Deltan Dallagnol acogida y aceptada por el exjuez Sérgio Moro.

El renacimiento de Lula

Esa condena lo proscribió de las elecciones de 2018, en las que venció Bolsonaro, en el peor momento del PT y con una ola antisistema que arrastró a todos los partidos políticos.

Sérgio Moro asumió el Ministerio de Justicia tras las elecciones de 2018 y se hizo abiertamente bolsonarista, lo mismo que Dallagnol. Ambos fueron condenados por parcialidad por el Supremo Tribunal Federal en la anulación de las causas contra Lula.

“El problema de ellos fue que contaron una mentira el primer día y no tenían cómo volver atrás. La prensa dedicó cinco años de campaña en contra de mi reputación y la población fue contaminada con esta información”, explicó Lula.

En medio de la Operación Lava Jato, Lula perdió por un accidente cerebrovascular a su segunda esposa y exprimera dama Marisa Leticia Rocco, con quien estuvo casado 50 años y tuvo tres hijos. En prisión, además, perdió a su hermano Vavá y a su nieto Arthur. “Mi nieto sufría en la escuela cuando le decían que su abuelo era Lula”, dijo en algunas entrevistas. Lava Jato, que investigó los desvíos de miles de millones de dólares de Petrobras por contratos fraudulentos con empresas de ingeniería como Odebrecht, le valió que la derecha le endilgara el mote de “ladrón”.

Y en ese clima es que fue derrocada su delfín política, Dilma Rousseff, en 2016, tras haber intentado poner a Lula como jefe de gabinete para un gobierno, a esa altura, de desesperación nacional.

La de Lava Jato no fue la primera vez que Lula fue llevado a la cárcel. En 1980 fue encarcelado durante menos de un mes por parte de la dictadura militar, que lo capturó como preso político por haber encabezado desde 1978 las más grandes huelgas de trabajadores que se registraron en la historia brasileña.

Como presidente del Sindicato de Metalúrgicos, Lula arrastraba multitudes a sus actos, hablaba sin micrófono en estadios, era un barbudo venerado por el pueblo trabajador no politizado que tenía contacto por primera vez con la política.

En esas huelgas surgió la idea de unir intelectuales con los brazos duros del ABC paulista, el cordón industrial más importante de América Latina, para formar el PT y luego la Central Única de Trabajadores.

Al puesto de líder sindical llegó por causalidad por su hermano comunista, Frei Chico, que lo convenció de dejar las discotecas y los bares y concentrarse más en cómo obtener mayores derechos laborales.

Lula inició su vida sindical luego de haberse recibido de tornero mecánico a los 16 años en el Servicio Nacional de la Industria en San Pablo.“Fui el único de mi familia que tuvo un diploma”, aseguró.

El alimento familiar, muchas veces, fueron insectos que rodeaban la casa de adobe en medio del “sertão”, la región seca donde la falta de agua ha generado la mayor ola migratoria del nordeste hasta San Pablo y Río de Janeiro, los centros urbanos más ricos del país.

En lo político, Lula es respetado por sus rivales por “respetar acuerdos”. Su origen sindical lo convirtió en un frenético acuerdista. Los compromisos, según los críticos, lo llevaron a caer en la vieja política y a aliarse con personajes a prueba de estómagos sensibles.

Su último golpe de negociador incansable lo contó Fernando Haddad, su exministro de Educación, cuando eligió al exgobernador paulista Geraldo Alckmin, su rival en 2006, como su vice en 2022.

“Le digo a Lula que Alckmin tiene interés en ser vice -contó Haddad-. Y entonces Lula se llevó su mano al bigote, comenzó a tocarse la barba, y con su voz profunda dijo. ¿Viste? La política es maravillosa”.

Con información desde San Pablo de Eleonora Gosman y de Pablo Giulano, corresponsal en Brasil de la agencia Télam.

 

Lula presidente: la asombrosa “resurrección” del que fue un niño lustrabotas y conquista por tercera vez el poder en Brasil

  • Gerardo Lissardy
  • BBC News Mundo
Lula

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Lula regresará al poder 12 años después de haber dejado la presidencia.

El hombre que nació en la pobreza, que de niño fue lustrabotas y llegó a ser llamado "el político más popular del mundo", ha vuelto a asombrar.

Menos de tres años después de salir de la cárcel por una condena de corrupción que parecía apagar su brillo político y que luego resultó anulada, Luiz Inácio Lula da Silva fue electo presidente de Brasil este domingo por tercera vez.

"Considero que tuve un proceso de resurrección en la política brasileña. Intentaron enterrarme vivo y ahora estoy aquí para gobernar el país", dijo este domingo al celebrar su triunfo.

El candidato izquierdista, de 77 años de edad, logró imponerse en una segunda vueltamuy reñida.

Lula venció al ultraderechista Jair Bolsonaro, el primer mandatario brasileño derrotado en un intento de ser reelecto en los últimos 24 años.

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    Final de RecomendamosDe acuerdo con los resultados oficiales con el 99,55% de las actas contadas, Lula obtuvo 50,88% de los votos, mientras Bolsonaro logró 49,12%.

    Así Lula, otrora un joven tímido y desinteresado en la política, regresa a la presidencia que ya ejerció en dos mandatos consecutivos entre 2003 y 2010, confirmándose como el líder más popular e influyente del siglo del mayor país de América Latina, pese a los escándalos que mancharon sus gobiernos.

    Lula con su esposa Rosângela, durante la campaña.

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    Lula con su esposa Rosângela, durante la campaña. La pareja se casó en mayo de 2022.

    "Lula es un fenómeno político y electoral que debería ser de gran interés para el mundo", señala John French, profesor de historia en la universidad estadounidense de Duke y autor de una biografía sobre Lula.

    "No hay ninguna razón para esperar que una persona de su origen llegara a donde llegó. Y cada etapa de su vida ha sido una sorpresa", le dice French a BBC Mundo.

    La primera liberación

    Nacido el 27 de octubre de 1945 en Pernambuco, estado del noreste pobre de Brasil, Luiz Inázio fue el séptimo de ocho hijos de un matrimonio de agricultores analfabetos.

    Lula en un acto en Curitiba

    FUENTE DE LA IMAGEN,REUTERS

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    La campaña de Lula vivió momentos tensos cuando su caravana pasó por la región Sur y se dispararon tiros contra buses pertenecientes a la comitiva.

    Su infancia fue compleja.

    Su papá los abandonó poco antes de que él naciera, para trabajar como estibador en Santos, en el estado de São Paulo, donde formó otra familia con una prima de su esposa.

    Lula lo conoció recién a los 5 años, cuando regresó a visitarlos brevemente.

    Un par de años después -y luego de que uno de sus hermanos mayores escribiera una carta haciéndose pasar por el padre en la que les pedía que se reunieran con él-, la madre de Lula, "doña Lindu", partió al sur con todos sus hijos.

    Pero no duró mucho, y la familia original del patriarca migró otra vez, ahora a la gran ciudad de São Paulo.

    Lula ha dicho que la separación de sus padres "en el fondo fue una gran liberación" para él, porque el papá era agresivo y contrario a la educación de sus hijos.

    Soy "tornero mecánico"

    Entre su niñez y adolescencia, Lula fue vendedor callejero, lustrador de zapatos, repartidor de una tintorería y ayudante de oficina.

    Lula y Alckmin durante a campaña presidencial.

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    De cara a las elecciones de este año, Lula se alió electoralmente con su exrival Geraldo Alckmin.

    Dejó la escuela a los 14 años y antes de los 20 se formó y trabajó en tornería mecánica, algo que con los años él mismo convirtió en una seña de identidad.

    "Si me preguntan si soy de izquierda o derecha, voy a responderles: soy tornero mecánico de profesión, católico por opción religiosa y corinthiano (entusiasta del club Corinthians Paulista) por opción futbolística", respondió en 2006, siendo presidente, cuando un periodista le preguntó sobre su ideología y eludió con astucia una definición más clara.

    Aquellos años de penurias, sacrificios y búsqueda de oportunidades, que Lula suele evocar hasta hoy en sus discursos, le han permitido sintonizar mejor que otros políticos con los votantes de bajos recursos y escolaridad.

    "Lula conoce mucho la cultura, los jeitos (costumbres) del pueblo brasileño. Y la política es también el arte de la comunicación: ese es su fuerte", le dice a BBC Mundo el expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica, quien tiene una relación estrecha con Da Silva.

    "Una escuela de política"

    Según ha contado el propio Lula, su verdadera pasión de adolescencia y juventud fue el fútbol: jugarlo y seguirlo por las noticias. La política no le interesaba mayormente.

    Lula siendo cargado por sus compañeros después de las elecciones sindicales de 1979.

    FUENTE DE LA IMAGEN,AFP

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    Lula después de las elecciones sindicales de 1979. Estando al frente del Sindicato de trabajadores metalúrgicos, él lanzó las huelgas de trabajadores que contribuyeron al debilitamiento de la dictadura militar.

    Eso comenzó a cambiar en 1969, cuando fue electo dirigente del sindicato de metalúrgicos de São Bernardo do Campo, un municipio obrero e industrial de São Paulo.

    Da Silva entró a la vida sindical llevado por un hermano comunista y contra la opinión de su primera esposa, Maria de Lourdes, quien murió trágicamente en 1971, poco después de un año de matrimonio, por una hepatitis contraída durante su séptimo mes de embarazo.

    El niño que esperaba también falleció.

    Esa fatalidad dejó una huella duradera en él, quien en su momento afirmó sospechar de falta de cuidado médico.

    Tras recuperarse de una depresión de meses, Lula tuvo una primera hija con una enfermera con la que nunca se casó. Y en 1974 contrajo matrimonio con Marisa Letícia, con quien tuvo tres hijos más.

    Marisa Letícia y Lula.

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    Lula junto a su segunda esposa Marisa Letícia, con quien estuvo casado durante décadas.

    Cada vez le dedicaba más tiempo a la actividad gremial y en 1975 fue elegido presidente de su sindicato, señal de un liderazgo en ascenso. Encabezó las grandes huelgas obreras organizadas a fines de esa década en la región industrial paulista, inesperadas en un Brasil bajo régimen militar (1964-1985).

    A comienzos de 1980 fue encarcelado junto a otros dirigentes sindicales sin mandato judicial. Pasó 31 días en una celda del Departamento de Orden Político y Social (DOPS) del gobierno militar.

    Ese mismo año, se volcó de lleno a la política y fundó junto a otros sindicalistas, activistas sociales y católicos de izquierda el Partido de los Trabajadores (PT).

    El PT ha sido hasta hoy una organización de izquierda sin ideología única que forjó relaciones con distintos movimientos izquierdistas de América Latina, desde más radicales hasta más moderados.

    Mientras, la popularidad de Lula seguía creciendo.

    Fue una figura central del movimiento que exigió el retorno de la democracia en Brasil. En 1986, lo eligieron diputado y luego de ser derrotado tres veces como candidato presidencial, en 2002 hizo historia al convertirse en el primer exobrero en alcanzar la cima del poder en su país.

    Lula con Fernando Henrique Cardoso, Marisa y José Alencar en su primera toma de posesión, en 2003.

    FUENTE DE LA IMAGEN,MARCELLO CASAL JR./AG BRASIL

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    Lula con Fernando Henrique Cardoso, Marisa y José Alencar en su primera toma de posesión, en 2003.

    French, su biógrafo, sostiene que aquellos años de sindicalista fueron "una escuela de política" que definieron el estilo de liderazgo de Lula, basado en "crear espacios de convergencia entre la diferencia".

    "En otras palabras, la idea de no dejarse capturar por ningún grupo, sino manejar las cosas en una relación de apertura con todos", explica. "Eso permite ampliar tu potencial de acción".

    Mujica afirma que "Lula nunca dejó de ser un dirigente sindical, un deshacedor de entuertos".

    "No es un radical; es un negociador nato", dice. "Un luchador nato, de esos que la derrota parece que los fortifica".

    Fama global

    Ahora, su nuevo éxito electoral se debe en buena medida al dulce recuerdo que tienen muchos brasileños de los años en que fue presidente, que contrastan con las duras crisis que siguieron.

    Lula y Marisa Letícia en 2007.

    FUENTE DE LA IMAGEN,RICARDO STUCKERT/PR

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    El modelo económico comenzó a mostrar signos de fatiga en el segundo mandato de Lula.

    Brasil vivió durante sus gobiernos una bonanza económica impulsada por los altos precios de las materias primas. Millones de personas salieron de la pobreza y ascendieron a la clase media con programas asistenciales y educativos del Estado.

    En 2011, Lula dejó la presidencia con un índice de aprobación superior al 80%.

    Lula con Dilma en 2013

    FUENTE DE LA IMAGEN,RICARDO STUCKERT/INSTITUTO LULA

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    Lula con Dilma durante la campaña de 2013.

    Medios extranjeros lo destacaron como la personalidad del momento. Fue un referente para la izquierda latinoamericana, considerado más apegado a las reglas de la democracia liberal que líderes "bolivarianos" como el entonces presidente venezolano Hugo Chávez.

    Universidades alrededor del mundo lo distinguieron como doctor honoris causa y el entonces presidente estadounidense, Barack Obama, lo definió como "el político más popular del mundo".

    Dejó un Brasil emergente, que había descubierto grandes reservas de petróleo y fue elegido para albergar el Mundial de fútbol de 2014 y las Olimpiadas de 2016 durante la presidencia de su sucesora y correligionaria del PT, Dilma Roussef.

    Un legado inconcluso

    Sin embargo, los gobiernos de Lula también son criticados por impulsar costosos proyectos públicos de dudosa viabilidad y recordados por grandes escándalos de corrupción.

    Lula.

    FUENTE DE LA IMAGEN,AG BRASIL

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    Lula fue condenado por corrupción y le aumentaron la pena cuando el caso fue revisado en segunda instancia, aunque luego la sentencia fue revocada.

    El primero fue el mensalão o gran mensualidad, surgido en 2005: un esquema secreto de compra de votos en el Congreso que acabó con la condena de colaboradores cercanos de Lula y puso en riesgo su reelección.

    Luego, ya en el gobierno de Rousseff y en medio de una creciente debacle económica, explotó el de Lava Jato, un caso de sobornos por contratos multimillonarios de la petrolera estatal Petrobras con empresas constructoras, considerado el mayor escándalo de corrupción en América Latina.

    En el marco de este caso, Lula fue acusado de recibir favores de constructoras privadas y condenado a prisión en 2018 por corrupción pasiva y lavado de dinero, en una megacausa conducida por el entonces juez Sérgio Moro.

    Sergio Moro

    FUENTE DE LA IMAGEN,REUTERS

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    El proceso contra el expresidente se cerró por falta de pruebas. Y el juez que lo condenó, Sergio Moro, fue cuestionado por ser considerado parcial.

    Por segunda vez en su vida, Lula volvió a la cárcel, asegurando que era inocente.

    En un mensaje grabado habló de "la honra del niño que cruzó el país para vencer el hambre y se volvió lustrabotas; del adolescente que se volvió un joven obrero; del hombre que se volvió padre y luchó con todas sus fuerzas para representar al pueblo brasileño".

    La condena le impidió postularse a las elecciones presidenciales de 2018, cuando encabezaba las encuestas tras la destitución de Rousseff en un juicio político en medio de una colosal crisis económica y política.

    Bolsonaro ganó esos comicios y poco después designó a Moro como su ministro de Justicia.

    Lula pasó 19 meses preso y fue liberado por el Supremo Tribunal Federal, que en 2021 anuló sus condenas por errores en los procesos y falta de imparcialidad de Moro.

    Lula sale de prisión.

    FUENTE DE LA IMAGEN,REUTERS

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    Tras ser excarcelado, Lula fue recibido en la calle por sus seguidores.

    Sus críticos sostienen que ese desenlace nunca fue una demostración de su inocencia. Él, en cambio, afirma que jamás tuvo conocimiento de la corrupción y que fue perseguido judicialmente por motivos políticos.

    Este domingo, la mayoría de los votantes brasileños volvió a depositar su confianza en Lula, quien sobrevivió a un cáncer de laringe en 2011 y que, tras enviudar en 2017 de Marisa Letícia, se volvió a casar en mayo de este año con Rosângela da Silva, una socióloga de 56 años también conocida como "Janja".

    En la campaña, destacó con voz ronca sus logros como gobernante e hizo poca autocrítica.

    Brasil hoy parece desolado tras una pandemia de covid que mató más de 685.000 personas y que fue desestimada por Bolsonaro, una reciente recesión que volvió a sumergir a millones en la pobreza, un gasto fiscal disparado y una polarización política inquietante.

    Los expertos creen que Lula enfrentará en su nuevo gobierno, que se inicia el 1 de enero de 2023, retos mayores que los que tenía cuando llegó al poder por primera vez en 2003.

    "El desafío de Lula es proponer políticas que sean sustentables y de hecho puedan cambiar este escenario, tanto desde el punto de vista macroeconómico como social", apunta Magna Inácio, profesora de ciencia política en la Universidad Federal de Minas Gerais.

    Y agrega que evitar nuevos escándalos de corrupción también será un reto vital del presidente electo.

    "Desde el punto de vista de sobrevivencia del propio gobierno, esa es una cuestión muy sensible", dice Inácio a BBC Mundo. "Esperamos que sea un aprendizaje para el PT y que tenga estrategias más eficientes para lidiar con esos riesgos".

    Todo indica que el capítulo que marcará el legado final de Lula recién empieza a escribirse.