lunes, 31 de enero de 2022

 EL ALCALDE DE LA CIUDAD ABANDONADA EXPLICANDO A LA TROPA LO QUE SUCEDE CUANDO SE ATENTA EN CONTRA LOS DERECHOS HUMANOS...

SENTENCIA DE LA CORTE CONSTITUCIONAL A FAVOR DE NATALI BETSABÉ ANDRADE VILLALTA, FUNCIONARIA DE LA GUARDIA CIUDADANA DEL MUNICIPIO DE CUENCA.
127.En este caso, se declaró la vulneración del derecho al trabajo en condiciones dignas de la accionante por la afectación psicológica y el cambio administrativo que resultó lesivo;
en virtud de lo cual, se considera que las medidas dispuestas cumplen con su objetivo de reparar la vulneración del derecho referido. No obstante, se aprecia que entre las pretensiones de la accionante se solicitaba también que se publiquen disculpas públicas; por lo que debe ordenarse a la entidad que publique en su sitio web oficial, durante seis meses, el siguiente texto de disculpas públicas dirigido a Natali Andrade:
La Guardia Ciudadana de Cuenca ofrece disculpas públicas a Natali Andrade Villalta por la vulneración de su derecho al trabajo en condiciones dignas, al haberse realizado un cambio administrativo que no considero su formación y el cargo respecto al cual tenía
nombramiento, lo que resultó lesivo.
Puede ser una imagen de 10 personas, personas de pie y al aire libre
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domingo, 30 de enero de 2022

 Mike Ives

‘Estoy viva’: con 19 años dio la vuelta al mundo en 155 días

Cuando aterrizó, Zara Rutherford se convirtió en la mujer más joven en circunnavegar el mundo en solitario

Ella podría haber comenzado a estudiar en la universidad. Pero en vez de eso, pasó cinco meses volando más de 51.000 kilómetros por cinco continentes.

El Times  Una selección semanal de historias en español que no encontrarás en ningún otro sitio, con eñes y acentos. 

“Mi nombre es Zara Rutherford. Soy una adolescente”, así se presentó en internet tras salir de Bélgica en agosto. “Intentaré volar sola alrededor del mundo”, dijo, con el objetivo de ser la mujer más joven en hacerlo.

Rutherford, de 19 años, esquivó enormes nubes en Colombia y relámpagos en México. En Alaska, su pequeño avión permaneció en tierra durante semanas debido al mal clima y a un retraso en el trámite de la visa.

Todo eso fue antes de que la aviadora británica y belga cruzara una zona congelada y desolada de Siberia. Antes de que China no le permitiera la entrada a su espacio aéreo. Y antes de que el esmog perturbara su ruta a través de India.

A medida que se fueron acumulando los inconvenientes, Rutherford se retrasó más de dos meses con respecto al cronograma previsto. Pero no se detuvo. El jueves 20 de enero, cuando aterrizó en la ciudad belga de Cortrique, se convirtió en la mujer más joven en darle la vuelta al mundo en solitario. Un grupo de seguidores se reunió en la pista de aterrizaje para mostrarle su apoyo y darle la bienvenida a su hogar.

“Será muy extraño ya no tener que volar o intentar volar todos los días”, dijo en una conferencia de prensa después de aterrizar. “También me alegra poder estar en el mismo lugar por unos meses”, agregó.

Rutherford rompió un récord establecido en 2017 por Shaesta Waiz, una piloto afgana-estadounidense que tenía 30 años en ese momento. Antes de que Rutherford aterrizara el jueves, Waiz dijo que no esperaba que una joven de 19 años rompiera su récord: “Esto demuestra que no importa cuál sea tu género o tu edad; lo importante es tener determinación”.

La persona más joven en darle la vuelta al mundo en solitario es Travis Ludlow, un aviador del Reino Unido que lo hizo en julio a la edad de 18 años).

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El avión de Rutherford tras aterrizar en Bélgica el jueves. Su vuelta al mundo comenzó en agosto.
Credit...Geert Vanden Wijngaert/Associated Press

En agosto, mientras Rutherford volaba por el océano Atlántico, las nubes la obligaron a descender hasta 1500 pies de altura. No podía volar a través de ellas porque su avión, un biplaza que mide menos de 7 metros de largo, no estaba certificado para volar solo por instrumentos.

Cuando aterrizó en Groenlandia tras haber perdido el contacto por radio durante varias horas, les envió a sus padres —su madre es piloto recreativa; su padre, piloto profesional— un mensaje de texto con dos palabras: “Estoy viva”.

Luego dijo que pensó que las cosas serían más fáciles en América del Norte. No fue así.

En Florida, maniobró alrededor de tormentas eléctricas en medio de la temporada de huracanes. Mientras volaba a Seattle en septiembre, el humo de los incendios forestales se filtró en su cabina cuando pasaba por el Norte de California, lo que nubló su vista y la obligó a dar la vuelta.

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Rutherford repostó en el aeropuerto ruso de Magadan Sokol en noviembre.
Credit...FlyZolo

También se enfrentó a retos en tierra.

En Carolina del Norte, hizo un aterrizaje imprevisto en un campo de vuelo remoto porque la luz del día se estaba desvaneciendo. Era tan pequeño que no había nadie cuando llegó. Una compañía de taxis de la ciudad más cercana no quiso recogerla, así que pidió aventón.

En Nome, Alaska, tuvo que esperar varios días para que le renovaran la visa rusa. Luego, el mal tiempo la retuvo allí unas semanas más.

Sin embargo, Rutherford dijo que le había conmovido la amabilidad de los extraños que conoció en el camino, como el hombre que la recibió en Alaska a pesar de que su familia acababa de darle la bienvenida a una niña recién nacida.

“Cuando me fui, su hija tenía 5 semanas, lo que quiere decir que estuve allí más de la mitad de su vida”, dijo.

Rutherford, quien dijo que planea estudiar ingeniería eléctrica o informática en la universidad y quiere ser astronauta, también ha recibido apoyo moral de otras aviadoras.

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Rutherford tras aterrizar en Seattle en septiembre. Antes de llegar a la ciudad, voló a través del humo de un incendio forestal sobre el norte de California.
Credit...Museum of Flight

En una parada en Florida, Waiz conoció a la joven y le ofreció consejos sobre cómo lidiar con la adversidad. En Goose Bay, Terranova y Labrador, Erin Pratt, una piloto de búsqueda y rescate y capitana de las Fuerzas Armadas de Canadá, le regaló a Rutherford las alas (insignia) que había usado todos los días durante siete años como un gesto de solidaridad.

Volar cualquier distancia en un avión monomotor es un reto para cualquier piloto, dijo después en una entrevista la capitana Pratt, de 34 años. Hacerlo a lo largo de una vuelta al mundo a baja altura es excepcionalmente valiente, añadió.

“Veo esto y digo: chica, eres salvaje”, dijo Pratt, quien se hizo piloto a los 16 años y se alistó en el ejército canadiense a los 18. “Es increíble”.

En agosto, Rutherford dijo que estaba bajo presión para llegar al noreste de Rusia a finales de septiembre para evitar el comienzo del mal clima. Al final cruzó Siberia a principios de noviembre, en un momento en el que las temperaturas en tierra eran tan bajas como 35 grados Celsius bajo cero.

En un vuelo sobre una zona remota, Rutherford dijo que vio pistas de aterrizaje donde, en teoría, podría haber hecho un aterrizaje de emergencia. Pero estaban cubiertas de nieve.

Desde Rusia, donde el mal clima la dejó varada de nuevo durante un par de semanas, Rutherford había planeado cruzar a China continental. Así que cuando China le prohibió la entrada a su espacio aéreo debido a los protocolos por el coronavirus, tuvo que volar más de seis horas sobre agua rumbo a Corea del Sur.

En un momento de ese vuelo, unas nubes desafiantes amenazaron con desviar su trayectoria hacia Corea del Norte.

“¿Vuelvo a Rusia?”, dice que se preguntó. “¿Entro al espacio aéreo de Corea del Norte y me arriesgo a tener problemas con sus militares?”.

Finalmente, pudo aterrizar en Corea del Sur como estaba previsto. “Fue una experiencia bastante estresante”, dijo durante una conferencia de prensa en Bélgica el jueves.

Su itinerario volvió a verse alterado por un sistema de bajas presiones relacionado con un tifón en Filipinas

En Borneo, dificultades con el clima la obligaron a quedarse en tierra durante varios días y tuvo que tomar la difícil decisión de cuándo debía volver a despegar. Al final, cruzó la isla tropical, pero hizo un aterrizaje no programado en un aeródromo nacional en su extremo sur. Fue una apuesta más segura que cruzar el mar de Java —una zona notoriamente peligrosa para aviones— en medio de malas condiciones climáticas.

El teniente coronel John Sham, un piloto retirado de aviones de combate de Malasia que la asesoró sobre ese tramo de Borneo, afirmó luego por teléfono que había quedado impresionado por el aplomo, la humildad y los instintos de Rutherford durante circunstancias muy difíciles.

“Es una muchacha fascinante y brillante”, dijo.

A finales de diciembre, un neumático desinflado que retrasó a Rutherford unos días en Singapur se vio eclipsado de inmediato por un problema mayor: el esmog había reducido tanto la calidad del aire en algunas partes de Asia del Sur que no iba a poder cruzar la región de forma segura bordeando las costas de Bangladés e India, como tenía previsto.

Eso requirió otro desvío: un vuelo de casi 1600 kilómetros sobre un tramo remoto del océano Índico. (Los patrocinadores y los aeropuertos pagaron el costo del viaje, sin importar la ruta que tomara).

“Una cosa que aprendí en este viaje, y creo que aplica para todos, es que eres capaz de más de lo que crees”, le dijo Rutherford a los periodistas tras cruzar ese océano y aterrizar en Sri Lanka a finales de diciembre.

En ese punto de su viaje, los contratiempos logísticos ya no solo eran tolerados, sino esperados. Después de un largo vuelo sobre el mar Arábigo desde Bombay, India, Rutherford no pudo aterrizar en Dubái debido a los fuertes vientos. La semana pasada, sus planes de pasar rápidamente por Europa se retrasaron por el mal clima tras aterrizar en Grecia.

“Espero con ansias que mi vida ya no gire en torno al clima”, dijo en una entrevista telefónica este mes desde Arabia Saudita.

Sin embargo, pese a todo, Rutherford dijo que disfrutó volar y que le había reconfortado conocer mujeres jóvenes de todo el mundo que le dijeron que las había inspirado a volar.

¿Y en cuanto a las alas que había recibido de Pratt, la piloto de búsqueda y rescate en el este de Canadá? Han estado en su solapa todo el tiempo, desde Goose Bay.

“Fue una señal de buena suerte”, dijo. “Creo que funcionó”.

Jenny Gross colaboró con este reportaje desde Bruselas.

 

Actúa ahora
Queridos amigos y amigas:
Primero perdieron al padre… Y después murió la madre. Así que sus ocho hijos e hijas se quedaron solos a su suerte en Afganistán. Sus vecinos trataron de ayudarlos, pero también se encontraban en una situación precaria.

Los ocho niños murieron por falta de alimento. El menor ni siquiera llegaba a los 2 años.

Afganistán se muere de hambre: 23 millones de personas están al borde de la hambruna y un millón de niños y niñas podrían morir este invierno. Algunos apenas sobreviven a base tan solo de harina seca.

Los trabajadores humanitarios están valientemente haciendo todo lo que pueden, pero la magnitud de este sufrimiento se intensifica a diario y muchos están teniendo dificultades para hacerle frente.

Pero nosotros podemos hacer algo – y podría ayudar a miles y miles de personas.

Con tu donación, podemos proporcionar paquetes de alimentos y suministros médicos de emergencia, contribuir a financiar centros de nutrición e incluso ayudar a mantener abiertos puntos de atención médica. ¡Y podríamos hacerlo en unos días!

Así que, ahora mismo, donde quiera que estés del mundo, aquí tienes una oportunidad de ayudar con una de las emergencias humanitarias más graves del planeta – y apoyar a miles de familias e incontables niños y niñas en su lucha por la supervivencia. Cada céntimo que recibamos se destinará a esta operación de emergencia – dona ya lo que puedas:


La guerra, arrolladoras sanciones económicas y una sequía devastadora han creado una crisis que el Programa Mundial de Alimentos califica como “el Infierno en la Tierra” – pero es peor que eso.

Incapaz de alimentar a su familia, una madre tuvo que hacer lo impensable: vender a su hijo para ayudar a dar de comer a su hija pequeña. Con 104 dólares compró algo de arroz, aceite y harina. Y ya se le acabó todo.

La ONU está haciendo un llamamiento a favor de una gran operación de ayuda humanitaria, pero la respuesta de los gobiernos es lenta y la necesidad, imperiosa. No podemos mirar para otro lado.

Tu donación podría ayudar a proporcionar alimentos y asistencia médica en pocos días. Pero también podríamos usar la respuesta de nuestra comunidad como herramienta para conseguir fondos adicionales de los países ricos, que gastaron billones en la guerra y ahora tienen la obligación moral de ayudar.

El 100% de los fondos que recaudemos se destinará directamente a ayuda humanitaria. Juntos podemos contribuir a:
  • Proporcionar alimentos, agua, calefacción, kits de higiene y suministros médicos de emergencia;
  • Cubrir gastos vitales para mantener los hospitales y las salas de maternidad abiertos;
  • Pagar el salario de médicos, enfermeros, organizadores y consejeros de las comunidades;
  • Financiar proyectos de apoyo a la subsistencia, envío de remesas y mitigación de la sequía;
  • Apoyar a organizaciones que proporcionan ayuda a los refugiados y a los desplazados por la crisis.
Todo se reduce a esto: Un millón de niños y niñas podrían morir en los próximos meses. No por violencia o un virus, sino por la cosa más sencilla: no comer durante más tiempo de la cuenta. No debemos esperar un minuto más, vamos a ayudar todo lo que podamos – dona ya:


Esta comunidad existe para cambiar el mundo – y, aún así, a menudo, los cambios que buscamos no están garantizados. Pero ese no es el caso aquí: usaremos hasta el último céntimo para ayudar a las familias de Afganistán. No podemos llegar a todo el mundo pero, para las muchas miles de personas a las que sí, la diferencia podría ser inimaginable. Donde quiera que estés del planeta, aquí tienes una oportunidad de ayudar a otros seres humanos cuando más lo necesitan. Gracias por formar parte de esta comunidad.

Con una esperanza intensa e inagotable determinación, siempre,

Mike, Marigona, Wissam, Christine, Ana Paula, John, Sofia, Alis, Bert y todo el equipo de Avaaz

Pie de foto: Madres alimentan a sus hijos en el Centro de Alimentación Terapéutica para Pacientes Internos (ITFC) de Médicos Sin Fronteras en el Hospital Regional de Herat – este es uno de los centros que los miembros de Avaaz podrían ayudar a financiar.

*Nota*: Las estimaciones de los costes de arriba provienen de los socios de Avaaz sobre el terreno. Están basadas en el coste medio de proporcionar diariamente alimentación de emergencia a una persona necesitada e incluyen alimentos esenciales tales como harinas, arroz, lentejas, aceite y sal. ¡Cuanto más recaudemos, a más gente podremos ayudar!


PD: Esta podría ser tu primera donación a nuestro movimiento. ¡Pero qué primera donación! ¿Sabías que Avaaz depende exclusivamente de pequeñas donaciones de miembros como tú? Es por eso que somos completamente independientes, ágiles y efectivos. Únete a las más de 1 millón de personas que han donado para hacer de Avaaz una verdadera fuerza del bien para el mundo.