lunes, 24 de julio de 2017

Ahora es cuando se viene el correazo
Se habla de cambiar, pero el fondo sigue igual. Los casos de corrupción siguen esperando investigación, solo se presentan informes de Contraloría que luego son archivados; el juicio político contra el vicepresidente, Jorge Glas, se archivó, el periodista que destapó la corrupción en el país, Fernando Villavicencio, es insultado al intentar ponerle un dispositivo electrónico para controlar sus movimientos. (Igual destino tiene Cléver Jiménez).
19 de julio del 2017
POR: Ana Minga
Periodista de Investigación, escritora de poesía y narrativa corta, especialista en perfilación criminal.
¡No! El correazo que nos va a doler a todos, está por empezar".
Cuando Rafael Correa, expresidente del Ecuador, tenía su rostro aún fresco y convencía a la mayoría de ecuatorianos, en su primera candidatura presidencial, sacaba su cinturón del pantalón, lo mostraba a sus seguidores y con él golpeaba alguna parte sólida y decía que con la correa va a sacar del poder a los politiqueros de siempre, a los corruptos y a los pelucones. Ya sabemos que no hizo nada. Recicló politiqueros en su gobierno, la corrupción se dio frente a sus ojos y los grupos de poder que señaló como pelucones, les dio ventaja en su régimen. Además, sus fieles partidarios cambiaron su vida, formaron una nueva casta y se convirtieron en lo que tanto criticaron. Sus promesas fueron acompañadas siempre de una tarima musicalizada. En esa primera etapa del correismo se escuchaba a sus simpatizantes cantar: “se viene el correazo, se viene el correazo, de mi gran Patria, de tu gobierno también”.
Correa se fue del país (luego de dar algunas disposiciones por redes sociales e imaginamos que también las dio al interior de Carondelet), pero dejó a sus aliados cerca del actual presidente, Lenin Moreno, hay los rumores que los cambiará luego de un tiempo y que los cambios serán evidentes.
Se habla de cambiar, pero el fondo sigue igual. Los casos de corrupción siguen esperando investigación, solo se presentan informes de Contraloría que luego son archivados; el juicio político contra el vicepresidente, Jorge Glas, se archivó, el periodista que destapó la corrupción en el país, Fernando Villavicencio, es insultado al intentar ponerle un dispositivo electrónico para controlar sus movimientos. (Igual destino tiene Cléver Jiménez).
Moreno tiene un discurso conciliador, dialoga con todos los sectores, pero la corrupción con sus sospechosos y cómplices siguen allí. La corrupción ya parece al dinosaurio de Augusto Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. En el actual gobierno se “sorprenden” por el gasto público, por el inmenso aparato institucional que se creó con Correa, sin embargo, el mismo presidente Moreno fue parte de ese aparato y recibió dinero del país cuando estuvo en Ginebra.
Nada ha cambiado. ¿Poco tiempo para saberlo? Tal vez. Lo cierto es que Moreno necesita del diálogo, pues ahora, es cuando llega el correazo. La deuda que consiguió Correa y sus gastos con infinito amor, ahora se pagarán. Moreno necesita un país unido para que unidos soportemos el golpe. Según analistas económicos, el gobierno de Correa duplicó la deuda externa y se espera que para el 2018, el Estado dedique un 60% de su presupuesto solo para deuda y pago del sector público.
¿Cuáles son las cifras exactas de la deuda? Saltan algunos números, Moreno solo nos dice que la mesa no estuvo servida. ¿Cuánto es el monto final de todo el gasto que generó Correa? Como periodistas perdimos la cuenta, cuando sumábamos ciertos gastos aparecían otros y otros y a eso había que agregarle los sobreprecios.
En la novela de Rocío Madriñán, El cadáver prometido hay un personaje llamado Margarita. Ella es una chica ingenua que cree en el amor romántico y aunque su hombre ideal, su amor, en una escena la ahorca, la tortura y finalmente la mata, ella aún cree en él. Cree que él la ama. Hay ecuatorianos que tienen mucho de Margarita, a pesar de los altos costos de los productos, del burdo derroche de dinero en nuestra nariz, del pavoneo de la corrupción, con una deuda encima, con gastos por pagar –porque no crean que los funcionarios de gobierno que se acostumbraron a vivir bien, van a cambiar su estado burgués- con salarios bajos, con falta de empleo… a pesar de que nos están ahorcando, siguen creyendo que el Ecuador ya cambió. ¡No! El correazo que nos va a doler a todos, está por empezar. 

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