La trama del poder

Publicado el 2017/07/22 por AGN 
DIARIO EL MERCURIO
[Gerardo Maldonado Zeas]

Los ecuatorianos reconocemos el cambio de imagen propuesto por el presidente Moreno en lo referente a la comunicación. El nombramiento de Fernando Larenas como Director de El Telégrafo así lo advierte, porque su pasado como Comunicador Social refleja la búsqueda de la independencia de criterios como el mejor de los caminos para manejar un medio. Es decir buscar el balance entre la información oficial y la de quienes no están a favor de una gestión pública, pero están deseosos de emitir sus criterios, sin que exista de por medio la critica artera y hasta la persecución.

Son acciones a favor del presidente, que ahora debe vencer las divisiones de su partido. Los Correistas con sus gritos en la Plaza Grande pidiendo los lunes, se instaure la muerte cruzada y Glas suba a la presidencia; los Morenistas quienes defienden el trabajo de su líder y estarían dispuestos a todo para no ceder el espacio ganado en las urnas; y, sorpresivamente un grupo de afiliados, con algunos asambleístas que respaldan a José Serrano, convertido en una especie de tercera ola en la desprestigiada gestión de Alianza País de los diez años pasados.

Pero es bueno recordarle al presidente Moreno, que la deuda con el país es inmensa, y en ese afán debe limpiar cualquier acción dirigida a opacar su desempeño. Las palabras dichas a Glas en el último gabinete itinerante sonaron a repudio; pero él tan horondo como es ensaya una especie de “sabatina camuflada” cuando se acerca a grupos de ciudadanos convocados para escucharle, en los cuales desata sus pasiones con ofrecimientos de toda índole, en una especie de catarsis de lo que fueron las presentaciones de Correa. La gente se pregunta, ¿cuál es el verdadero objetivo de Glas? Si Lenín Moreno no le ha encargado este tipo de tareas, es muy sospechosa esa actuación.

La hora de la verdad para el presidente será cuando deba tomar decisiones fuertes en el plano económico. Y para eso necesita cohesionar sus esfuerzos para tener al menos a los más representativos de su partido de su lado. Será el momento crucial para el futuro del país. Los comentarios y especulaciones sobre lo que debe hacer son de variada índole y van desde una alza en el precio de la gasolina, el restablecimiento de ciertas salvaguardias a los productos importados, un fuerte recorte de la burocracia, la renegociación de la usurera deuda con los chinos golpeando las puertas de los multilaterales, y la lucha contra la corrupción. Es hora de poner el dedo en la llaga para hacer conocer al Ecuador la verdad del caso Odebrecht. Ocho de cada diez ecuatorianos creen que se está encubriendo a varios corruptos de cuello blanco vinculados directamente al oficialismo, y eso debe desvanecer el presidente si quiere apoyo del pueblo para los días difíciles que vendrán.

Hasta ahora, el cambio de estilo le ha dado varios puntos de respaldo al presidente. Pero lo fundamental está por venir y allí se mostrarán de cuerpo entero a los que apoyan una salida ordenada a la crisis, o quienes, absorbidos por el fanatismo, la ceguera política y económica, mostrarán su propia agenda sin importarles el destino de un país, al cual festinaron hasta la última gota de recursos, en un período de bonanza que muy difícilmente se repetirá. (O)