“House of cards” en Ecuador
Publicado el 16 septiembre, 201715 septiembre, 2017 por AGN
Publicado el 16 septiembre, 201715 septiembre, 2017 por AGN
Diario El Mercurio
[Gerardo Maldonado Zeas]
La serie original de Netflix “House of Cards” en la cual se desnudan las intrigas del poder en Estados Unidos, actos de corrupción e impensables traiciones, tiene gran cantidad de seguidores quienes son atrapados por una condición especial: cada capítulo es único, se pasa al siguiente sin resolver nada de lo ocurrido antes, simplemente todo sigue y algo nuevo aparece. Muy parecido a lo que acontece en el Ecuador; cada semana se destapa algo aparentemente poco conocido de manera oficial y transita hacia el limbo en el cual están las tramas anteriores. Desde el primer rompimiento de ese lealtad condicionada entre Lenin y Correa, pasando por el retiro de funciones a Glas, las denuncias de corrupción a todo nivel; y, los arrebatos de los seguidores a ultranza del modelo de la RC para no cambiar nada de lo ocurrido en los 10 años precedentes.
Muchos no entendemos, por ejemplo, como luego de semejantes acusaciones a Jalkh de haber permitido intromisiones en la justicia, el presidente Moreno le dé un espaldarazo a su trabajo. O cuando sigue soportando en el equipo económico a los ex ministros Rivera y Martínez, luego de ser parte de esa estrategia malsana para tender la mesa y no haber servido nada más que crisis. Y mantener a Espinosa al frente del IESS cuando todos los sectores de afiliados pedimos su salida por su ineficaz desempeño. La tortuosa relación con la mayoría de la Asamblea, bajo condiciones marcadas por el ala fanática de AP ahora empeñada en una Constituyente para que, según ellos, regrese el “estadista” Correa y termine de desbaratar a este país. Es claro el tejido de una red sobre la cual Lenin no puede avanzar, prolongando el carrusel para dejar las cosas como están, con lo cual los fundamentalistas se burlarán una vez más de los ecuatorianos. Como los otros episodios vistos desde el retrovisor con el sello inconfundible de la impunidad.
En el capítulo de esta semana, aparecieron dos temas: una especie de hombre de confianza de tío Ricardo dice saber de una muy cercana relación entre Glas y Rivera. Este último tuvo acceso a documentos únicos que sólo podían despacharse o conocerse a través del sistema Quipux gubernamental, habiéndole confesado a este empleado ser el “tercer hombre más fuerte del país”; con razón hizo 111 viajes al extranjero entre 2008 y 2016 revisando contratos. El otro reventón fue la visita de Moreno y Barrera de la Senescyt a Yachay, para hacer público algunas de las desgracias de esta proyecto. Un inventario de irregularidades denunciado por el Presidente, revelan la irresponsabilidad y el manejo alegre de esta centro de educación. Otro casito más para la Fiscalía.
Sólo en una serie de televisión, por su contenido y efecto para llamar la atención de la audiencia se puede entender cómo el vicepresidente sin funciones Glas asevera: “yo soy el Vicepresidente Constitucional de la República, pero no soy parte de este Gobierno, porque estoy en clara discrepancia con muchas cosas que se están haciendo y se anuncian para hacer”, refiriéndose a la necesaria reducción del costo de energía para el sector productivo, y el tratamiento a las oprobiosas leyes de Comunicación y Plusvalía. No sabemos qué espera Lenin Moreno para deshacerse políticamente de sus enemigos íntimos, quienes avanzan como alfiles y peones a propinarle un jaque mate a su gestión. (O)
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