Si Lenín cree…
[Gerardo Maldonado Zeas]
Si Lenín cree con sus admoniciones telegráficas y a travorreislos aeropuertos de Tena y santa Rosara la UNASUR, la planicie de la inm ha dar paso a la Consulta Popular, tambiés de sus comedidos interlocutores, estar convencido que el país va ha perdonar la corrupción de diez años, está completamente equivocado. Si cree que dejando sin funciones a Glas se ha dado un baño de verdad, sólo juega con la paciencia de este pueblo aguantador. Si Lenín busca silenciar a los poderes del Estado Correista como la Asamblea, el Consejo de Participación Ciudadana, la Corte de Justicia y el Consejo Nacional Electoral, pensando en el tiempo como el mejor justiciero, simplemente está viviendo una fantasía.
Si cree en una Corte Constitucional imparcial, para dar paso a una Consulta Popular sin tropiezos, también está soñando. O interpretando con temor el discurso basado en el supuesto poder del voto, de la mediática asambleísta Soledad Buendía al decir que 60 millones costaría la Consulta, y ratificar como un gasto innecesario en esta época de crisis, seguramente llena de miedo al imaginar a su esposo, el consejero del CPCCS Edwin Jarrín regresando a casa, reduciendo su renta global mensual de US$$ 10.000 a la mitad. Y además dejando en el suspiro del olvido a toda la década pasada, festinadora en obras fatuas como el edificio de la UNASUR, la planicie de la inmóvil Refinería del Pacífico, los aeropuertos de Tena y Santa Rosa, los gastos de los ministerios fantasmas como el del Buen Vivir, la inmensa cantidad de obras mal hechas y con sobreprecio, aparte de toda la corrupción de los sectores estratégicos, imposibles por su extensión de enumerar en este artículo. No hay duda que el Presidente tiene una tarea enorme por evaluar, llena de escenarios e impensables consecuencias.
Si Lenin, quiso congraciarse con el ala del Socialismo de quienes se desconoce su verdadera identidad ideológica, al nombrar a Patricio Zambrano, el ex desapercibido Parlamentario Andino, como Ministro de Defensa, lo único que logró es impulsar a las Fuerzas Armadas en el recorrido final al túnel del descontento. Si después de que Gabriela Rivadeneira imbuida por un fanatismo inverosímil, reta al Presidente y le maltrata como si fuese un maniquí de vitrina barata, y Lenín sólo le pide afablemente la renuncia, como un acto de decencia de un caballero ante la malcriada de turno, él puede en las próximas horas encontrar cualquier insulto o agravio, y redimirse con el inocente llamado al diálogo. Si Lenin no se apresura en mandar a la casa a través de la Consulta Popular a los causantes de esta desgracia, con preguntas claras y sin vericuetos interpretativos o de semántica discusión para el entendimiento de la Corte Constitucional, tal como ha ocurrido durante estos diez años, no habrá ningún cambio y el desastre seguirá.
Deberemos resignarnos a ver a actores de la vida política de este país como el Fiscal Baca Mancheno, ex asesor de Correa, militante ferviente de AP, doctrinario de la idea del poder perpetuo, dejando a Glas y al tío Ricardo decir y hacer lo que quieren en sus espacios de libertad “condicionada”. Seguiremos mirando a la justicia interpretar los hechos de acuerdo a la camisa que visten: a Fernando Villavicencio, Polibio Córdoba y otros con medidas persecutorias; y a algunos como los del caso Odebrecht sin aplicarles el rigor de la ley. La sociedad está harta. Hay que calentar las calles para exigir el fin de este escenario, con la fuerza de la razón y la verdad de los ciudadanos honestos. (O)
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