domingo, 10 de septiembre de 2017

Rosana Alvarado: la sumisa perseguidora de Polibio Córdoba

  en La Info  por 
Con Ángel Polibio Córdoba hospitalizado por problemas al corazón, Rosana Alvarado debería estar sintiendo el enorme peso que significa haber iniciado en su contra una demanda concebida con perversidad, que se sustenta en pruebas obtenidas de forma ilegal y porque su actual cargo, de Ministra de Justicia, la inhabilita éticamente como acusadora por un evidente conflicto de interés.
Cuando Alvarado llegó hasta la Fiscalía para presentar su demanda, era Vicepresidenta de la Asamblea y lo hacía en calidad de fiscalizadora; función que, curiosamente, nunca ejerció en los tantos escándalos de corrupción que se denunciaron hace mucho y que recién ahora están siendo investigados. Si la Ministra tuviera algo de decoro y ética, debería haberse excusado de seguir en el caso para ya no ser parte procesal y, por último, dejar a la Fiscalía como parte acusadora. Una Ministra de Justicia no solo que puede ejercer presión política sino, además, administrativa sobre los jueces que deben resolver el caso de Cedatos, le dijeron a 4Pelagatos dos abogados penalistas. Aun cuando legalmente en los papeles una Ministra de Justicia no tiene facultad de intervenir en la administración de justicia, los jueces pueden sentirse intimidados ante la autoridad política que Alvarado tiene como representante del Ejecutivo. El tema del conflicto de interés se hace más grave incluso por el hecho de que algún momento tendrá que rendir declaraciones en la corte por ser la acusadora y lo hará en su calidad de Ministra. Alvarado, hace ya hace más de 100 días, debió haberse excusado del caso porque su doble calidad de denunciante y de Ministra de Justicia desnaturalizan el proceso. ¿No es acaso una ventaja para la acusadora ser ahora Ministra? 
Pero el conflicto de intereses no es lo único que está en juego en este juicio en contra de Córdova y que compromete a la Ministra. Está también el tema de las pruebas que han sido presentadas en la acusación y ese es, sin duda, un tema muy gordo.
La acusación de Rosana Alvarado en contra de Cedatos y Ángel Polibio Córdova se sustenta en una serie de supuestas pruebas que fueron obtenidas de forma ilegal y sin validez porque se trata de documentos estadísticos que, en forma alguna, demuestran que Córdova  manipuló el resultado de las elecciones. En ellas, Lenín Moreno fue declarado triunfador por el Consejo Nacional Electoral luego de que la encuesta a boca de urna de Cedatos le dio el triunfo a Guillermo Lasso.
Las supuestas pruebas que Alvarado presentó son documentos hackeados de las computadoras de Cedatos. Entre esas pruebas se presentaron incluso facturas de empresas vinculadas a Guillermo Lasso, quien contrató a Cedatos para que haga encuestas, al igual que muchas veces lo hizo el propio Gobierno. Según la acusación, las supuestas pruebas fueron obtenidas de las computadoras que se incautaron durante el allanamiento del 7 de abril. Pero resulta que para esa fecha, las computadoras con la información de la empresa habían sido ya trasladadas, desde días antes de la segunda vuelta, es decir el 2 de abril, a una oficina ubicada en otro lugar porque ya había sufrido de hackeos. En el allanamiento, la Policía se llevó una serie de terminales bobas que no eran capaces siquiera de soportar correos electrónicos. ¿Cómo la acusación consiguió los documentos en los que se apoyan para decir que Cedatos falsificó ciertos resultados de las encuestas y facturas? Sencillo: fueron hackeados con anterioridad al allanamiento y eso, dicen los abogados y los técnicos de Cedatos, será probado durante el juicio.  Si eso llega a ocurrir Alvarado tendrá un problema de orden mayor sobre el que deberá dar explicaciones públicas y a las autoridades judiciales.
Hay otros dos problemas con la demanda de Rosana Alvarado: el testigo protegido y el peritaje hecho por pedido de la Fiscalía.  Ocurre que el testigo protegido, el señor Santiago Bueno, fue un empleado de Cedatos que sin autorización de la empresa sacó documentos y se los entregó al gobierno de Rafael Correa. Será imposible probar que el testimonio de Bueno es objetivo, pues se trata de una persona que, evidentemente, cometió un acto ilegal y que tiene un claro sesgo a favor de la demandante. La defensa de Córdova ha establecido, por otra parte, que el autor del peritaje es un entusiasta partidario de la revolución ciudadana; realidad que se ve en sus manifestaciones en redes sociales. Además, Cedatos ha pedido otros peritajes, entre ellos uno al Colegio de Economistas, que muestran que el que el peritaje de la Fiscalía está mal hecho.
Lo más grave de la acusación de Alvarado es conceptual. Enjuiciar a una encuestadora por los resultados de su sondeo no tiene precedentes judiciales ni históricos y es un absurdo mayúsculo. No existe forma objetiva de probar que una encuesta determina el resultado de una elección y, luego, los documentos que dicen que Cedatos falsificó son datos estadísticos tomados en determinadas circunstancias que tenían que ser sometidos a interpretaciones y procesos matemáticos. Es decir, son fotografías de una situación y no prueban absolutamente nada.
A Cedatos se le acusa, entre otras cosas, de haber dado un resultado falso en su encuesta a boca de urna durante la segunda vuelta con la supuesta intención de legitimar un fraude. Ese fue el argumento que la acusación formuló inspirado, evidentemente, en las declaraciones que hizo el entonces presidente Rafael Correa. ¿Por qué no se demanda entonces a la encuestadora de Santiago Pérez, contratada por el Gobierno, que erró pues dio el triunfo a Lenín Moreno en una sola vuelta?
Rosana Alvarado, cuando presentó la demanda, actuó como la correveidile que más méritos hizo para complacer a Rafael Correa que antes, durante y luego de las elecciones comandó un operativo político para endosar a la candidatura de Guillermo Lasso un fraude.
4Pelagatos sabe que luego del cambio de Gobierno, la enorme presión que existía sobre la Fiscalía para empujar el tema en contra de Cedatos prácticamente ha desaparecido. La acusación en contra de Córdova, especialmente ahora que el presidente Lenín Moreno ha enviado claros mensajes a la Judicatura en el sentido de que espera que los jueces actúen basándose en derecho y no ha presiones políticas, no tiene futuro y difícilmente habrá una condena en contra de Cedatos.
Se trata de un proceso del que es mucho más probable que salga como la gran perdedora la antes acusadora y ahora ministra Rosana Alvarado. ¿Qué pensará ahora que Córdova ha sido internado en el hospital?

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