Jeanette Hinostroza
Este fue el comentario que hizo el ex técnico de la selección
Colombia, Francisco Maturana, cuando la tricolor colombiana quedó fuera de uno
de los tantos mundiales en los que ha participado. La filosófica frase también aplica a la
explicación que el presidente Rafael Correa está dando al resultado de las
elecciones del pasado 23- F. El
Gobierno en pleno se ha paseado por todos los medios de comunicación haciendo
un balance numérico de las Alcaldías y Prefecturas ganadas. Pero el análisis político va más allá de los
números, porque no es lo mismo ganar en Pedro Carbo, que ganar en
Guayaquil. Tampoco es comparable perder
en Santa Isabel, que perder en Cuenca.
Por eso resulta hasta ridículo atribuirse el triunfo de las elecciones
por el hecho de que Alianza País ganó en una gran cantidad de pequeños
cantones. ¿Perder es ganar un poco? El
discurso del Gobierno desafía la lógica más elemental y quiere ofender la
inteligencia del pueblo ecuatoriano, pero no lo logra.
En este caso perder 21 capitales de provincia es
sencillamente perder. El Presidente y
Alianza País hicieron méritos para lograrlo: abusaron de su poder y de todos
los recursos del Estado, maltrataron, insultaron y llamaron enemigos de la
revolución a sus contrincantes políticos; interpretaron la ley como les dio la
gana para justificar la participación del primer mandatario directamente en la
campaña poniendo a los demás candidatos en real y antidemocrática
desventaja.
Los verde agua nos quieren convencer que ganaron en Quito
porque Baroja ganó en Pichincha. No,
señores, Baroja ganó en Pichincha, pero a Barrera le dieron una paliza
electoral en Quito y Alianza País perdió la capital, uno de sus más fuertes
bastiones políticos. Que en Cuenca
perdió la derecha y ganó un supuesto aliado de la revolución. No, señores, en
Cuenca perdió Granda y Carrasco ganó presentándose no como un aliado del
Gobierno, sino como una alternativa democrática y eficiente para el progreso de
la capital azuaya. Que Alianza País
ganó en donde ganó Avanza. No, señores, los perdedores se subieron a última
hora a la camioneta de Ramiro González.
La política se parece mucho al fútbol. Esto fue lo que el
profe Maturana dijo cuando la selección colombiana Sub 20 perdió el campeonato
que se realizó en su propio país: “Esta película ya la he visto: un equipo que
se arma con mucha ilusión, el país empieza a coquetear con él, hay momentos
fantásticos, nos sentimos colombianos a muerte, nos ponemos la camiseta,
soñamos y después viene el batacazo”.
Todo proceso tiene un ciclo y Alianza País acaba de recibir su
batacazo.. Si no estuvieran tan ciegos, quizá hicieran lo que los colombianos
cuando entendieron lo que Pacho les quiso decir; cuando uno pierde la única
posibilidad de ganar un poco es aprendiendo de los errores cometidos. La gente
se cansa de las mismas jugadas y por lo visto el presidente Correa es el que
menos lo entiende, en vez de renovar el equipo y cambiar el juego táctico, abre la puerta a la reelección indefinida. Yo
propongo que lo dejemos ser el eterno candidato y que el pueblo le dé su
batacazo.
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