El integrante de Yasunidos fue detenido el viernes 14 de
marzo
La comisión Ecuaménica de Derechos Humanos (Cedhu) calificó
de secuestro la detención de David Mármol, activista del colectivo Yasunidos,
el sábado 14 de marzo en el centro de Quito.
Ayer, en la sede de la organización de derechos humanos, su
presidenta, Elsie Monge, condenó el hecho, mientras Mármol informó que acudió a
la Fiscalía. Aquí su testimonio:
“Acabamos de poner la denuncia en la Fiscalía, por la
violencia de la que fui objeto por parte de la Escolta Presidencial mientras
recogíamos firmas por el Yasuní.
Cruzaba la caravana presidencial. Entonces, le hice el gesto
que utilizan los jóvenes de no me gusta (pulgar hacia abajo). Le había dicho al
señor Presidente que no me gusta la actitud de extractivista que lleva
adelante. Por esa razón, el último vehículo de la caravana presidencial me
detuvo. Me llevaron al Itchimbía a un puesto del Ecu-911. Ahí estuve,
aproximadamente una hora. Nunca me bajaron del auto. Me decían que debía pedir
disculpas al señor Presidente por los insultos. Yo nunca le insulté, lo único
que hice fue ponerle el pulgar hacia abajo, como rechazo a la política
extractivista que él lleva adelante. Después, me llevaron frente a la UPC que
queda en la Basílica. Seguía detenido en el auto, hasta que uno de los policías
me dijo que venía alguien de la Presidencia a hablar conmigo. Pensé que se
trataba de algún funcionario, pero no fue así. Era un hombre alto, fornido, que
me comenzó a increpar para que aceptara que yo insulté al Presidente. Después
de un largo tiempo de preguntas y repreguntas, me decía que me iban a dar de
dos meses a seis años de prisión. Como no acepté, finalmente, accedieron a
dejarme en libertad. Me dijeron que revea mi situación, que piense bien, que de
gana me metí en problemas.
La seguridad me dejó en la calle Carchi. El policía me dijo
que subiera por esa calle, que él nunca más quería saber de mi existencia, que
no me meta en problemas. Subí por la Carchi hasta la calle García Moreno. Apenas
viré a la derecha, sin dar más de 20 o 25 pasos, ya sentí un golpe fuerte en la
espalda que me dejó en el piso. Tres personas vestidas de civil y con el
cabello corto me empezaron a golpear al punto de que reventaron mi reloj. No me
dijeron nada, no me robaron nada, los documentos, el teléfono, el dinero, todo
quedó ahí: solo me golpearon, nada más.
Nosotros vamos a continuar recogiendo las firmas en defensa
de la naturaleza, en defensa de la vida. No nos atemorizan. Seguimos adelante
porque creemos que es una lucha justa. Estamos en contra del autoritarismo que
este Gobierno lleva adelante. Lo que queremos es que se descubra quiénes fueron
las personas que me golpearon”.
La demanda se puso con la figura de uso injustificado de la
violencia por parte de funcionarios públicos y por violación a los derechos y
garantías constitucionales, según explicó Raúl Moscoso, abogado de Mármol.
Hasta el miércoles se conocerá el nombre del fiscal encargado de llevar el
caso. (LAC)
Solidaridad virtual con los pulgares abajo
La agresión que David Mármol, del colectivo Yasunidos, dijo
que había sufrido por bajar su pulgar ante el paso de una caravana oficial,
tuvo inmediata respuesta en las redes sociales.
Los usuarios construyeron una tendencia que solamente en Twitter
registró más de 320 mil impactos en apenas tres horas. Apenas se difundió la
noticia, la tarde del viernes, miles de navegantes cambiaron las imágenes y
avatares de sus perfiles por el tradicional ícono de Facebook -el del pulgar
arriba-, pero esta vez hacia abajo.
De forma paralela, los cibernautas tomaron fotos de sus
pulgares hacia abajo y las cargaron en las redes, con efecto viral.
Los integrantes de Yasunidos, entre otros ecologistas y
activistas juveniles, colgaron en Twitter y en Facebook imágenes alusivas a la
campaña de recolección de firmas, pero con el pulgar hacia abajo. Asimismo,
otros construyeron imágenes en las que decían "La vida arriba y el
petróleo abajo". Patricio Chávez, de Yasunidos, difundió esta imagen desde
su perfil @delpatoc.
Junto a estas iniciativas, el ciberespacio acogió también un
debate sobre las formas del poder. Pamela Troya, activista por el matrimonio
igualitario, escribió desde su perfil @pametroya: "¡Es momento de
detenerse para un proceso de reflexión profunda! ¿Por qué tanta represión por
un pulgar hacia abajo?".
Como un corolario, Eduardo Varas publicó: "De ser cierto
que detuvieron a alguien por hacerle el pulgar abajo al presidente, ¿qué decir?
El respeto, más que ganárselo, se lo pierde".
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