Rafael Correa ha dicho en repetidas ocasiones que este será
su último periodo presidencial y que en 2017, cuando cumplirá 10 años en el
poder, dejará el Gobierno. "Yo estaré, si Dios lo permite, cuatro años
más, pero la Revolución Ciudadana estará para siempre", decía el 24 de
mayo del año pasado, en su discurso de investidura. Pero, paradójicamente, el
presidente de Ecuador también ha dicho lo contrario y ha amenazado a la
oposición con su reelección. En una de sus sabatinas (informe de labores de
cada sábado) dijo: “Síganme molestando y me les lanzo para la reelección”.
El fantasma de la reelección ha vuelto a aparecer tras los
resultados de las elecciones locales del pasado 23 de febrero, en los que el
partido de Correa, Alianza País, perdió en las ciudades más pobladas del país.
El legislador socialista Fabián Solano, cuyo partido tiene alianza con el
partido oficialista, ha abierto el debate sobre la reelección presidencial.
“Hemos planteado la importancia de enmendar la Constitución y dar paso a la
reelección indefinida, como un mecanismo para consolidar el proyecto político
de la Revolución Ciudadana”, dijo Solano a El PAÍS. “Estamos conscientes de que
se ha cambiado mucho, pero las bases del neoliberalismo y la vieja política
todavía están intactas y falta tiempo para implementar el socialismo del buen
vivir”.
Correa se pronunció en su última sabatina sobre la propuesta
del socialista. “Vemos nubarrones en el frente de la Revolución Ciudadana y
todos deberemos estar en nuestras trincheras para defender lo logrado”, dijo y
dejó abierta la puerta a aceptar la reelección: “Es mi deber revisar la sincera
decisión de no lanzarme a la reelección".
La discusión para reformar los artículos de la Constitución
que impiden la reelección inmediata del presidente y otras dignidades de
elección popular podría darse en las próximas semanas toda vez que este mismo
miércoles el asambleísta Solano se reunirá con el bloque de Alianza País para
llegar a acuerdos. Pasado el primer debate en el pleno de la Asamblea Nacional
habría que esperar un año para volver a discutir la reforma constitucional.
“Prácticamente la enmienda se podría concretar en unos 14 meses”, explicó el
asambleísta.
Ramiro Aguilar, del partido conservador Suma, ha expresado su
contrariedad por la caducidad de la Constitución que apenas se aprobó en 2008.
“La Constitución es como el ADN de una país y no se puede cambiar cada seis u ocho
años”, dijo a este periódico y citó la historia republicana de Ecuador para
demostrar cómo algunos presidentes han manipulado la Carta Magna para
perpetuarse en el poder. “Hay presidentes que retuvieron el poder cambiando la
Constitución está García Moreno, Flores, Velasco Ibarra… Pero no puede ser que
en 2014 volvamos al pasado y que la ambición por el poder termine planteando
una nueva reforma constitucional”.
Para Aguilar la reforma “es técnicamente una tontería” porque
solo plantea cambiar un artículo de la Constitución. “Para mi, en lo personal,
lo que hace Solano es un gesto de adulación impresentable y si en esa adulación
caen los otros 100 asambleístas de Alianza País tienen los votos para hacer el
cambio constitucional”, dijo el asambleísta.
La idea de perpetuarse en el poder es parte sustancial del
llamado socialismo del siglo XXI. A Correa ya le precedieron Hugo Chávez, en
Venezuela; Evo Morales, en Bolivia, y, últimamente, Daniel Ortega, que usaron
su mayoría parlamentaria para reformular sus constituciones y conseguir la
reelección indefinida.
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