Por: Jaime Cedillo Feijóo
Hay espacios públicos en la ciudad de Cuenca, que de la noche
a la mañana, como por arte de magia, asoman que ya no son tales sino que son
privados, y hoy se encuentran levantadas viviendas y grandes edificios. El
Concejo Cantonal debería nombrar una comisión especial, que no tenga
compromisos con ningún grupo político ni económico, sino exclusivamente con la
ciudadanía, con sus electores, para que se investigue seriamente algunas
acusaciones de supuestas irregularidades que se habrían cometido en diferentes
administraciones municipales. Para muestra dos ejemplos: dos predios que
constan como áreas verdes en el último plano oficial de la ciudad de Cuenca
(ver fotografías), aprobado por el Concejo Cantonal el 30 de julio de 1992, y
publicado en el Registro Oficial con el número 244, el 30 de julio de 1993,
conforme certifica el ingeniero civil Pablo Peñafiel Tenorio, Director de
Avalúos, Catastros y Estadísticas, en la actualidad son de propiedad de
particulares.
El primero está ubicado entre las calles Rafael Salas,
Joaquín Pinto, Miguel de Santiago y Bernardo Legarda (parque La Compañía), con
clave catastral 0803094002000, a nombre de Miguel Moscoso Serrano y Fabián
Jaramillo Palacios (actual Director de la Función de Transparencia y Control
Social). En este espacio que tiene un área de 1.608,90 metros cuadrados se
construyó un edificio de departamentos que lleva el nombre de “Terrazas del
Parque”. Lo curioso es que en el documento inscrito en el Registro de la
Propiedad con el número 5860 (30 de mayo de 2007) consta que la superficie
total del terreno es de 1.531 metros cuadrados.
El segundo localizado en las calles Juan José Flores, Juan de
Velasco y Eloy Alfaro, donde se han edificado viviendas sobre tres lotes, con
claves catastrales números 0302041003000, 0302041004000 y 0302041005000, están
a nombre de los ciudadanos Molina Carreño Celia Rosario, Hurtado Marín
Alcibíades Armando y Patiño Orbe Luis Arturo.
El artículo 83 de la Constitución, numeral 8, capítulo de
responsabilidades, dice textualmente: “administrar honradamente y con apego
irrestricto a la ley el patrimonio público, y denunciar y combatir los actos de
corrupción”.
Hacemos un llamado a la Función de Control Social, al Consejo
de participación Ciudadana, a la Defensoría del Pueblo, a la Fiscalía, y a la
Unidad de Transparencia y Control de la Corrupción del Municipio de Cuenca, que
hasta la fecha no ha dado señales de vida, para que investiguen estos casos
denunciados.
Recuerden lectores de El Observador, que al interior del
Concejo Cantonal de Cuenca, existe una comisión que se hace llamar de
“fiscalización” que en la presente administración municipal no ha presentado un
solo informe sobre quejas de corrupción que han llegado a la misma. Todo ha
sido silencio y complicidad. Que el membrete de “manos limpias, mentes lúcidas
y corazones ardientes” sea una realidad y no una quimera.
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