Manifestantes combaten contra la policía, hay muertos: En
Venezuela hay una escalada de protestas como en Ucrania. El alemán Heinz
Dieterich fue asesor del finado dirigente Hugo Chávez, para él los días del
presidente Maduro están contados.
Heinz Dieterich La persona
El sociólogo alemán Heinz Dieterich de 71 años es profesor
universitario en México y algo así como el jefe ideológico de la izquierda
latinoamericana. El asesoró durante muchos años al difunto presidente Hugo
Chávez en asuntos políticos e ideológicos. A él se le debe la frase “socialismo
del siglo XXI”.
Spiegel Online: Señor Dieterich, se tiene la impresión de que
en Venezuela pasa justo lo mismo que en Ucrania…
Heinz Dieterich: En casi todos los aspectos el escenario es
comparable con la situación de Ucrania.
S O: ¿En dónde se esconden exactamente los problemas?
Dieterich: La catastrófica situación económica, la
incapacidad del gobierno, reformas forzadas e intereses externos. Además del
intento de algunos países por buscar sacar ventaja en la solución a la crisis.
S O: ¿Qué ha pasado para que la gente se sienta lista para
arriesgar su vida en las calles?
Dieterich: Es una mezcla de factores: primero, la
inconmensurable retórica de muerte del presidente Nicolás Maduro, que separa a
los venezolanos en “fascistas” y “leales”. A esto se le suma el encarcelamiento
del líder opositor Leopoldo López y los graves problemas que atraviesa el país,
lo que permitió que los sectores radicales hayan movilizado a los frustrados.
S O: ¿Qué tan profunda es la duda de la gente respecto al
problema?
Dieterich: Objetivamente la amenaza de muerte, el problema de
base es la violenta criminalidad que hace de Caracas, la capital, una de las
ciudades con la tasa de homicidios más alta del mundo. El que falte el papel
higiénico y la harina, mortifica, pero no es una amenaza a la vida; el que
además, por causa de la devaluación del Bolívar, viajar al exterior resulte tan
complicado, molesta mucho a la gente. Si todo eso se junta, te lleva a una
profunda frustración. Y además las muy poco inteligentes reacciones del
gobierno, que en vez de comprensión impone represión, hacen que hierva a su
máximo punto, que es lo que ahora vemos.
S O: ¿Por qué se produce de pronto esta efervescencia?
Dieterich: Yo ya dije en diciembre, que Maduro tenía que dar
resultados inmediatos para que el descontento en el país no aumentara. Pero
esto no ocurrió. La indolencia del gobierno es grande. Maduro ha perdido
prácticamente el año que ha gobernado desde la muerte de Chávez. Por si fuera
poco a esto se le unen intereses externos. Los EEUU con el presidente Barak
Obama al mando intensifican una política exterior expansiva. Eso juega un papel
importante en el desarrollo del conflicto.
S O: ¿Cuáles son las medidas más urgentes que debe tomar el
gobierno?
Dieterich: Es indispensable que Maduro y sus ministros
controlen la inflación de 55%. El desabastecimiento debe enmendarse y la
violencia debe ser encarada. Además es necesaria una reforma económica: el
cambio del dólar y del bolívar debe ajustarse a niveles reales. La moneda debe
fluctuar libremente, sin que por ello se vean amenazados los ingresos de los
estratos pobres.
S O: ¿Es esto suficiente para reparar el desgarramiento de la
sociedad?
Dieterich: Esa grieta siempre ha estado ahí. Ni 15 años de
chavismo lo han reparado. Pero ahora también están en la calle aquellos que
votaron por Maduro.
S O: ¿Quiénes son los que están en las calles de Venezuela?
Dieterich: Yo veo tres grupos: el fuerte núcleo de derechas,
que están entrenados por paramilitares y están armados. Después, los
estudiantes: muchos de ellos creen que viven en una dictadura que no tiene una
verdadera resistencia. Y finalmente muchos que fueron seguidores de Chávez,
pero que no están de acuerdo con Maduro y que se oponen al empeoramiento de las
condiciones de vida. Si Maduro sigue como hasta ahora, crecerán el segundo y
tercer grupo, y el gobierno tendrá que renunciar al poder, como ocurrió en
Ucrania.
S O: ¿Es probable que el presidente sea derrocado?
Dieterich: Se va a seguir discutiendo en las líneas del
chavismo sobre una solución efectiva a la crisis sin que ésta se vea como un
derrocamiento. Mientras tanto, está claro para todos que Maduro no tiene ni
concepto ni instrumentos para modernizar al país. Él pensaba y piensa que basta
con emular a su antecesor Hugo Chávez en la retórica y la coreografía y
mantener el modelo económico.
S O: ¿Entonces los días del presidente Maduro están contados?
Dieterich: No durará ni ocho semanas en el gobierno y
probablemente será suplantado por una junta de gobierno. Para los militares y
gobernadores chavistas está claro que su política significa indudablemente el
fin de la era bolivariana. La política debe dar un giro de 180° o todo estará
perdido.
S O: Pero la oposición tampoco tiene realmente un plan
constructivo…
Dieterich: No. Los portavoces no buscan un compromiso que sea
mejor para todos. Quieren barrer al gobierno. Eso es antitético y criminal, y
las personas en la calle pagarán con su sangre, pero eso no lo permitirá la
fuerza armada.
S O: ¿Es esa la salida para Venezuela?
Dieterich: Habrá probablemente una mediación bajo la
dirección de un organismo regional como la Organización de Estados Americanos o
la Unión de Naciones Suramericanas y del Caribe. Pero también es posible una
gran coalición si aparecen entretanto voces moderadas dentro de la oposición.
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