Por: Jeanette Hinostroza
Una verdadera telaraña de enredos ha tejido el Gobierno
alrededor de sus ofertas, promesas, amenazas, cumplimientos y
arrepentimientos. Lo cierto es que la
araña intenta hacer y deshacer la red de acuerdo a su convenciencia, pero su
presa ya la conoce y no cae fácilmente.
El Gobierno en pleno se movilizó para convencernos de que teníamos que
proteger el Yasuní; marchas, campañas publicitarias, eventos, discos,
canciones, video clips y una comitiva de lujo que se dió la vuelta al mundo
pasando el sombrero. Puro derroche.
Al poco tiempo el
discurso dio un giro radica, y lo que
antes era descrito como el pulmón del mundo, el único tesoro natural que queda
para nuestros hijos, ahora es solo es el uno por mil de un territorio.
Las masas correístas comandadas por el Mashi, redujeron el
territorio con la mayor diversidad de flora y fauna del mundo a un simple
número, seco, frío y aparentemente sin ningún valor. Como no pudieron hacernos cambiar de opinión,
ahora intentan boicotear una consulta popular legal y legítima a favor del
Yasuní, con discursos que como siempre intentan descalificar y destruir a los
organizadores.
¿Que la alternabilidad es buena para la democracia? Eso
mientras no había sucesores, pero como Alianza País perdió las últimas
elecciones y a nivel nacional hay varios líderes locales que les pueden hacer
calor, entonces ahora reconsideran su posición y plantean la reelección
indefinida. Me da vergüenza ajena ver
en lo que se ha convertido el combativo Virgilio Hernández, hoy vocero de
principios indefendibles que le obligan a agachar su mirada cuando habla. Y qué decir de Viviana Bonilla, una víctima
de su propias palabras. En campaña
ofreció combatir a quienes intentan quedarse en el poder eternamente. Y ahora
es ministra de un régimen que se niega a pensar en la posibilidad de que el
pueblo ejerza su derecho a proponer nuevas alternativas.
¿Que al interior de Alianza País se respeta la diversidad de
pensamientos? Siempre y cuando no
contradigan el criterio o las órdenes del Mashi, caso contrario están expuestos
a ser juzgados, sancionados, expulsados o zánganamente calificados en
comunicación oficial por algún alto funcionario de Gobierno.
Solo me queda espacio para referirme a la última puntada de
este tejido de enredos y contradicciones.
Resulta que, como al parecer, el Seguro Social se está quedando sin
plata, no encontró mejor salida a la crisis que saquear los bolsillos de los
trabajadores independientes.
Afortunadamente recularon, pero todavía no limpian del todo su discurso.
El Mashi se mantiene al decir que quien se afilie voluntariamente tendrá que
hacerlo calculando todos sus ingresos, sin tomar en cuenta que un trabajador
independiente unos meses puede ganar mucho y otros nada. ¿Y cuando ganen poco o nada con qué le van a
responder al Seguro Social? Si los trabajadores no pueden afiliarse por el
monto que quieran o que puedan ¿dónde está entonces el carácter voluntario de
la afiliación?
Mientras en las redes sociales se toma con mucha ironía esta
telaraña de contradicciones, en el Gobierno este tema del seguro social se
resolvió con un chivo expiatorio y un Cordero quemado…políticamente.
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