12 Bienal de Cuenca
IR PARA VOLVER
Sin limitarse a un único tema, la 12a Bienal de Cuenca está
concebida a partir de un pensamiento abierto, en que las obras dibujan constelaciones
que delinean un conjunto de ejes temáticos independientes, pero profundamente
entrelazados. Las problemáticas escogidas abordan cuestiones centrales en la
producción artística contemporánea, y metonímicamente, en la sociedad como un
todo, las cuales pueden reverberar en un contexto tan estimulante histórica y
culturalmente como el de Cuenca.
En sus ensayos, poemas y novelas, Édouard Glissant
(Martinica, 1928 – París, 2011), describía un mundo en constante
transformación, cubierto por infinitas rutas de circulación violenta o
pacífica, colonizadora o fertilizadora de gente, cosas e ideas. La 12 Bienal
retoma la poética de Glissant, y principalmente su noción de un saber que brota
del movimiento y de larelación, proponiendo como punto de partida de su primer
eje conceptual la negación de la supuesta condición privilegiada del artista.
En algunos casos, esto se traduce en obras nómadas, tanto en el sentido de su
movimiento físico, como en el de la tercerización de la realización física del
trabajo, frecuentemente utilizando modos de producción industrial. En otros
casos, los artistas recuperan saberes tradicionales, trabajando con artesanos y
rescatando fábulas e historias olvidadas, reinterpretan obras del pasado y
hasta colaboran con espíritus o seres no-humanos. La consecuente dilución de la
frontera entre autor conceptual y físico, al negar la condición privilegiada
del artista, mina a la base el status quo económico, geográfico y político,
aludiendo, en muchos casos de manera directa, al debate poscolonial y a la
necesidad de subvertir las lógicas del mercado.
Complementando y matizando estas cuestiones, otro eje
temático reúne artistas y obras que refutan la validez de sistemas únicos y
generales de medición del tiempo y del espacio, sugiriendo la imposibilidad de
reducir el mundo a criterios uniformes. La necesidad de apropiarse del mundo de
manera real, directa, vivida y no mediada, se traduce en un esfuerzo de crear
una lógica personal, que puede aplicarse tanto a las infinitas maneras de
imaginar el paso del tiempo, la longitud de un camino, los límites de un país,
una época o una ciudad, como a episodios de gran importancia histórica y valor
simbólico, que se vuelven herramientas para la comprensión de la actualidad.
La decisión de utilizar como título de la muestra la
expresión idiomática ecuatoriana Ir para volver, usada en innumerables
declinaciones para describir una ausencia temporánea (cuya duración, por otro
lado, acaba siendo casi siempre imprevisible), se relaciona con esta
preferencia por la discusión abierta, por la pluralidad de visiones. Además de
sugerir el estado de movimiento constante que caracteriza la mayoría de las
obras y artistas incluidos en la exposición, aspira a situar la 12a Bienal de
Cuenca en el ámbito abierto e indefinido de la oralidad, del diálogo en
incesante construcción, y no en la rigidez de un discurso inflexible y acabado.
Es decir, en el ámbito de la vida.
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