Por: Francisco Febres Cordero
¡Qué emocionantes que se están poniendo los Sundays, como
decimos los cineastas a los domingos! El anterior hubo elecciones y con eso
pasamos atentos, nerviosos, agitados. Y ahora hay la entrega de los Óscar, lo
cual nos mantiene en vilo hasta saber a qué manos irán a parar las estatuillas
doradas, como llamamos los críticos cinematográficos a los Óscar. ¡Qué nervios!
El Óscar al mejor guion ha de ser para esa película que se
llama “El Exhorto”. ¡Qué guion! No pues, el guion no era el libreto que se
escribió para el filme, sino el actor que se convirtió en guion y salía en cada
escena guiando lo que tenían que hacer los otros actores que, pobrecitos,
terminaron de extras, silentes, tímidos, mientras él sobreactuaba y salía y
cantaba y hablaba durante todo el largometraje, y cuando el director le
exhortaba a que ya parara porque estaba saliéndose del libreto, él, como si
fuera John Wayne en un western, sobradísimo, machísimo, le exhortaba a que no
lo exhortara y seguía actuando sin dejar que nadie de los nadies lo opacara.
¡Linda película fue esa! Bien dúctil fue ese actor, que hizo hasta el papel de
Sabatino, que estaba prohibido, y, literalmente, se robó la película. Ojalá le
den el Óscar, para que se alegre, porque tristísimo quedó después de su
extenuante actuación, culpando a los otros por la poca taquilla que obtuvo el
filme, a los idiotas de luminotécnicos porque no lo iluminaron bien, a los
editores miserables porque le editaron mal, a los críticos que tienen un zapato
en la cabeza, a los extras extraviados y a todos mismo.
El Óscar al mejor director secundario le han de dar a ese que
se llama Sunday Walls (ese es su nombre artístico, claro). ¡Qué secundario! O
sea durante toda la película se hizo el distraído, como si la película no fuera
con él, y por eso nunca gritó ¡corten!, sino que dejó nomás que la cinta se
siguiera rodando, aunque había escenas horribles, ilegales y bien pornos,
francamente.
El Óscar a la mejor fotografía le han de dar a esa foto que
salió tanto en la prensa corrupta como en la incorrupta, en que están los
actores del reparto del filme “Hasta la victoria siempre”, pero después de
saber que la película perdió la victoria. ¡Qué fotografía! Alrededor de una
mesa enorme aparecen toditos con una cara de entierro que a los cinéfilos nos
conmovió por su patético realismo. Gran fotografía fue esa, para qué también.
El Óscar a la mejor película muda le han de dar al filme
“Avanza”, que, sin decir nada, avanzaba filmándose calladita, mudísima, sin
decir ni pío, y al final resultó que no había sido muda sino vivísima y
sorprendió a todos con un final inesperado, tipo Hitchcock, en que se descubre
que los verdaderos mudos habían sido unos que actuaron en “Hasta la victoria
siempre” y que ahora, por mudos, van a ser borrados del reparto y en las
próximas películas van a actuar, pero solo de derrotados, creo.
De ahí, el Óscar al mejor montaje le han de dar al
excelentísimo señor presidente de la República, porque hizo el montaje de que
si perdía, sus enemigos lo iban a botar y lo iban a matar y nunca más lo iban a
tomar en cuenta para un casting. ¡Ay no, qué bruto, ya me cambié de película!
Pero bueno, ojalá le den el Óscar de consuelo, para que se consuele, por lo
menos.
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