viernes, 30 de octubre de 2015


Foto de El Comercio.

El boxeador

PABLO ORTIZ GARCÍA


Se perdió. Extravió los papeles que los gobernantes deben desempeñar. Se olvidó que un grupo de ecuatorianos lo eligió Presidente de la República, no boxeador, y menos aún, para peleador callejero. Tampoco para que actúe como se lo hacía en el colegio cuando entre estudiantes surgía algún problema: uno de ellos conminaba a otro a encontrarse a la salida para “darse de quiños”, y así solucionar cualquier inconveniente hormonal de la descansada, despreocupada y alegre adolescencia. Correa no se comportó como mandatario de una nación digna; ignoró la “majestad del poder” tan aludida cuando le conviene. Retó a pelear, luego de haber insultado “como se debe” a su contrincante, sin importarle que Ecuador perdió por esa actitud. Es asombroso aquí y en el resto del mundo, que un Presidente rete a un opositor a “darse duro”, cuando este le critica por alguna actuación en el desempeño de sus funciones. Con esta “valiente” conducta no se zanjan los problemas de Estado. Eso solo demuestra la falta de argumentos. Las ideas y diálogo son la solución de los inteligentes. La fuerza es la alternativa de los “limitaditos”. ¡Pobre patria!, golpeada por alguien que al no ser creativo, recurre a los puños como solución. El Mandatario ataca las libertades, entre otras, de expresión y de opinión. Prohíbe las peleas de gallos, pero como “gallito” promociona shows de fuerza. Correa perdió. Lo que menos se le tendrá es respeto. Tampoco genera admiración por más guantes de box que se calce para imponer sus “verdades”, que pocos las creen. Dejó de ser gobernante y con todo respeto para aquella gente que gana el sustento en el ring, se convirtió en un boxeador amateur, deseoso de envalentonarse con aquellos que discrepan con sus decisiones. Perdió y no le queda más que asumir el error de enfrentar lo que su hígado le ordenó. Enfrascarse en una pelea “uno a uno”, sin su séquito de guardaespaldas, le estará generando julepe, miedo, susto. Rectificar le haría bien a la nación y a él también. Está lejos de actuar serenamente para dirigir una nación a la que llevó a una crisis económica de difícil pronóstico. Saltó al cuadrilátero, y aunque boxee con el “jab” de izquierda, la historia lo condenará. Sus reacciones le hicieron perder el “round” y la pelea. Si el espectáculo de retar a pelear a un asambleísta lo hizo para desviar la atención de los profundos y graves problemas a los que condujo a los habitantes de Ecuador, el Mandatario recibió un “upper cut”. Mientras tanto, los ciudadanos absortos viven una situación económica cada vez más apremiante, que les hace concluir que se tiene a un Presidente en una esquina del cuadrilátero, y en la otra, a un pueblo oprimido ante tanto desborde de acciones violentas.
Amigos observadores muy buenos días: la impuntualidad de ciertas autoridades es, por decir lo menos, preocupante. No es la primera, ni tampoco será la última, que los representantes de las instituciones públicas, tengan a los invitados esperando más allá de lo permitido. Es una falta de respeto. A la presentación del libro sobre el poeta Eugenio Moreno Heredia, en el Auditorio del edificio patrimonial (donde antes funcionó la Escuela Central), los organizadores del evento cultural, familiares del poeta, amigos y público en general, llegaron a la cita puntual (19h00), no así la Directora de Cultura del Municipio de Cuenca, Eliana Bojorque, que arribó (como si no pasara nada), luego de las 20h00. El mal ejemplo y la impuntualidad es protagonizada por quienes deberían dar ejemplo de respeto y puntualidad. Seguiremos criticando hasta cuando se erradique esta mala costumbre, pues, todos nos merecemos respeto, y no se puede abusar de la paciencia de las personas puntuales y educadas. Hasta siempre.
Ingeniero
Marcelo Cabrera Palacios
ALCALDE DEL CANTÓN CUENCA
Su despacho.-
CARTA PÚBLICA DE LAS ORGANIZACIONES SOCIALES Y POPULARES A CUENCA POR SUS 195 AÑOS DE INDEPENDENCIA

Las organizaciones sociales y populares que anhelamos un proyecto político, administrativo, técnico y social para la Alcaldía de Cuenca, liderada por el Ing. Marcelo Cabrera Palacios, mismo que planteó ser diferente a aquel que representaba la línea del Gobierno de Alianza País; ante la realidad social, económica, política, cultural y ambiental, que vive la ciudad y el cantón Cuenca,

MANIFESTAMOS:
1.- Que aproximadamente a 18 meses de gestión, no se evidencia una política y acciones tendientes a la solución de los principales y críticos problemas que enfrenta la población cuencana, por el contrario, varios se han agudizado, otros se los soslaya y algunos están olvidados.
2.- Que aspirábamos a tener una Alcaldía con independencia del gobierno, libre del chantaje económico y político gubernamental, con iniciativa para generar proyectos participativos de desarrollo humano, social y ambiental, libres de impuestos considerando la crisis por la que atraviesa nuestro país.
3.- Que lejos de estas aspiraciones y compromisos por parte de quienes hoy dirigen el gobierno local, se han elevado las tarifas de agua potable, del transporte público (taxis) y de forma inminente la de buses o colectivos, lo que perjudicará la economía familiar, a ello se une la baja calidad e inseguridad en el servicio, debido al irrespeto de las normas de vialidad, el congestionamiento vehicular, la contaminación del aire y el ruido.
4.- Que el proyecto “Tranvía Cuatro Ríos” sigue evidenciando su ineficiencia y elevado costo, pues servirá únicamente para el 20% de la población que se moviliza, ha generado un caos en la movilidad humana, violentando áreas verdes y perjudica a los sectores comerciales medios y pequeños.
5.- Que se continúa violentando a comerciantes minoristas, mujeres, jóvenes, adultos y ancianos que laboran en las calles, para llevar el pan para su casa. A pesar de la precariedad de su trabajo, deben soportar la persecución de la Guardia Ciudadana, amparados en una Ordenanza represiva y en las dilatorias institucionales para definir políticas, programas y planes en favor de este sector que dinamiza la economía en la provincia.
6.- En campaña electoral, se hablaba del proyecto “Mi casa por $245 mensuales”, a través de la construcción de 5.000 viviendas y hasta el momento no hay una sola bajo esta administración, ¿Qué se está esperando para comenzar con este proyecto?
7.- Las políticas económicas extractivistas del actual gobierno, ponen en serio peligro a las fuentes de agua dulce para la ciudad y provincia. En uno de los medios de comunicación impresos de la ciudad, el Señor Alcalde expresó en campaña electoral “Mi prioridad, además como Ingeniero Hidráulico que soy, será proteger las fuentes hídricas, mientras las fuentes hídricas estén protegidas y se garantice su subsistencia en el tiempo, bienvenidos”. Las organizaciones e instituciones estudiosas de los impactos de la mega minería en la salud y la vida humana y de la naturaleza, en base a criterios científicos y sociales, han cuestionado las concesiones en Loma Larga y Río Blanco, ante ello, la primera autoridad de la ciudad ya no tiene una posición de defensa del agua, ha optado por el silencio.
8.- En la línea neoliberal de construcción de infraestructura urbana, el Gobierno Local con el Alcalde a la cabeza, han decidido acudir al endeudamiento, ello significará el cobro por las obras y la generación de nuevas tasas.

Ante estos problemas y posicionamiento del Señor Alcalde, las organizaciones sociales y populares, asumimos la política de exigencias al gobierno local, señalando que:
Nos oponemos a la elevación de las tarifas de agua, transporte público y el cobro de nuevas tasas. Que se agilice la construcción del Tranvía.
Exigimos que NO se permita la fase de explotación minera en Loma Larga y Río Blanco, pues ello contaminará la naturaleza, en los principales elementos como son el agua, la tierra y el aire. El Alcalde y los Concejales tienen la responsabilidad de preservar la vida, oponiéndose a la mega minería en las fuentes de agua, y que genera violencia, muerte y extinción.
Es hora, sin más dilación que se establezca una política y programa de respeto a los comerciantes minoristas y vendedores ambulantes, respetando el derecho al trabajo.
Convocamos a los demás sectores de la población a fortalecer la unidad y la lucha, por nuestros derechos, para que en los hechos haya un gobierno local que satisfaga las necesidades de la gente, en el marco del Buen Vivir.
Esperando que se de atención a la presente en pro de construir una ciudad de progreso y mejorar la calidad de vida de sus habitantes, las organizaciones sociales nos suscribimos de usted.
Atentamente,
Daniel Abad Torres Bolívar Izquierdo Ochoa
Presidente Frente Popular Azuay Presidente UNE - Azuay
Natalia Lituma Catalina Sarmiento
Presidenta JRE – Azuay Presidenta FESE - Azuay

Katherine Mosquera José Ochoa
Presidenta Mujeres por el Cambio Maestros Jubilados Azuay

Edison Déleg José Rodas
Presidente UGTE – Azuay Presidente FEDACOMI

Rafael Correa y su eterna obsesión por el monopolio de la información

Para evitar que la otra cara del “milagro ecuatoriano” sea divulgada, el presidente de Ecuador ha secuestrado la información, amordazando a los medios y redes sociales

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EnglishEn la reciente tragedia de Tianjin, el Gobierno chino tuvo más temor a la prensa que a las explosiones. Por ello, desplegó todo su aparato, tanto de propaganda como de censura, para disfrazar la realidad de los hechos ante los ojos de la opinión pública, en nombre de la “estabilidad”.+
 El presidente de Ecuador, Rafael Correa, no acepta oposición política ni posiciones adversas; mucho menos la libertad de expresión. (Ecuavisa)

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, no acepta oposición política ni posiciones adversas; mucho menos la libertad de expresión. (Ecuavisa)
Así también, el presidente Rafael Correa, ante las erupciones del volcán Cotopaxi, decretó Estado de Excepción, estableciendo formalmente la censura previa, tanto a la prensa independiente como a las redes sociales, bajo el pretexto de evitar la difusión de “rumores y garantizar la seguridad”. Así, monopolizó el derecho a la información de la ciudadanía, que solo podrá tener noticias sobre la situación del volcán a través de boletines emitidos por el Ministerio Coordinador de Seguridad.+
Sin embargo, esta censura no pudo abarcar a los diarios internacionales, quienes una vez más develaron cuál es el teatro de la dictadura de Correa, y su coreografía tras bastidores.+
El diario francés Le Monde publicó el 18 de agosto un artículo de Sylvie Brunel en el cual califica de “catástrofe útil” a la erupción del volcán Cotopaxi, pues la declaración del Estado de Excepción por parte del presidente Correa suspende los derechos constitucionales y la libertad de prensa, “en nombre de la seguridad del Estado”, justo en el momento en que varios sectores de la sociedad civil realizaban una ola de protestas contra su Gobierno.+
No obstante, en otro artículo de Le Monde publicado el 19 de agosto titulado “La arbitrariedad debe dejar de reinar en Ecuador”, Didier Fassin hace referencia a la brutal detención durante estas protestas a los líderes Salvador Quishpe, prefecto de la provincia de Zamora; y Carlos Pérez Guartambel, presidente de la organización Ecuarunari, así como la detención arbitraria y revocación de la visa sin justificación legal a Manuela Picq, periodista franco–brasileña y profesora de relaciones internacionales en la Universidad San Francisco de Quito.+
Paralelamente, el diario inglés The Guardian reportó sobre la brutal represión que se llevó a cabo en Quito durante las protestas, en tanto que el presidente Correa cantaba a pocas cuadras. Además, dio a conocer el violento operativo policial en Saraguro, provincia de Loja, que dejó varios heridos y personas arrestadas sin que hubieran cometido delito alguno. Irónicamente, un Gobierno cuyo slogan es “Ecuador ama la vida”, no respetó a los ancianos y niños, ni tampoco a las mujeres que fueron arrastradas y despojadas de sus ropas tradicionales.
+Mientras tanto, The Economist, en uno de sus titulares planteaba la interrogante de que si Ecuador se convertiría en la Grecia de América Latina.
+Como ya es habitual en el patrón de respuesta de Correa, el mandatario utilizó la negación, victimización y descalificación como argumentos durante su programa Enlace Ciudadano, para arremeter contra estos diarios, calificándolos como mentirosos, invitándolos a afiliarse al movimiento indígena, e inclusive acusándolos de ser parte de una campaña de desprestigio para afectar a Ecuador. Esto desencadenó toda una guerra virtual vía redes sociales en contra estos medios, pues Correa incitó a sus seguidores a que se unieran en esta cruzada. En su cuenta Twitter, entre otras cosas, les pidió a estos diarios “que hagan algo de investigación, o llamen por lo menos”.+
Efectivamente, la prensa internacional debe tener presente que la única información que puede salir hoy del país es la que imparte Rafael Correa, pues la realidad oficialmente autorizada es la que proporciona su Secretaria de Comunicación (SECOM), encargada de la liturgia política y de promover el culto de la personalidad hacia el primer mandatario. El rango de credibilidad, la eficacia de gestión de su Gobierno y su respectivo destino, dependen de la información que circule y de la forma en que los hechos puedan ser oportunamente distorsionados, manipulados, y de lo que puedan omitir en función de la misma.+
Para una muestra está la carta del embajador de Ecuador en Londres a The Guardian. Cabe destacar que en estos tiempos de “revolución ciudadana”, el embajador ha quedado reducido a una simple caja de resonancia del clásico libreto de distorsiones de la presidencia. En este comunicado, enfatiza que el derecho a la protesta está garantizado en el Ecuador, que el Gobierno tiene total respaldo popular, pues ha ganado 10 elecciones consecutivas y que los sectores que protestan son aquellos que han perdido sus privilegios.+
Correa ha perdido totalmente el principio de realidad. En su distorsión atribuye que la cantidad tiene más importancia que los hechos, y que mientras más tuits o reclamos vía Facebook envíe junto con sus simpatizantes contratados, se puede oscurecer los sucesos del día a día del acontecer nacional, pues para el presidente la verdad es precisamente lo que menos importa, mientras pueda revestir con algo de legitimidad ante la opinión pública internacional sus abusos y el inexistente Estado de Derecho en el Ecuador.+
Correa anhela aislarnos del resto del mundo secuestrando la información, amordazando a los medios y redes sociales, utilizando leyes restrictivas, miedo e intimidación para que la otra cara del “milagro ecuatoriano” no sea divulgada. Como todo dictador, repudia las libertades individuales, es intolerante a la oposición política y la diversidad de opinión.+
Correa despilfarró USD $2,99 millones del presupuesto del Estado para transmitir el comercial “All you need is Ecuador” en el Super Bowl y así promocionar turísticamente al Ecuador, pero infelizmente, hoy son más elocuentes sus atropellos en contra de la libertad y la dignidad de los ecuatorianos.+

jueves, 29 de octubre de 2015

Correa perdió el debate

Por José Hernández

El debate de Rafael Correa con Mauricio Pozo, Alberto Dahik y Ramiro González, anoche en la televisión, arroja, entre otras, nueve conclusiones:
  1. El correísmo sigue organizando las presentaciones de Rafael Correa, con interlocutores, sin decencia intelectual alguna. Sin duda en Carondelet creen que en televisión no se nota que el moderador llega instruido, es obsecuente con el oficialismo y está dispuesto a ser desconocido por el Presidente. Rodolfo Muñoz cumplió con esos requisitos: ni siquiera respetó las reglas que anunció. Con frecuencia recordó el límite de tiempo a los economistas y les pidió no interrumpir. En cambio Correa jugó en cancha propia: sus intervenciones superaron casi siempre seis minutos e hizo, bajo la mirada oblicua de Muñoz, comentarios descomedidos mientras los otros hablaban.
  1. El libreto del árbitro verde-flex estaba dirigido a descalificar por adelantado las intervenciones de Mauricio Pozo, Alberto Dahik y Ramiro González. Fue tan penoso su papel, de recadero del gobierno, que preguntó a Mauricio Pozo si creía que sus políticas habían logrado que Ecuador despegue económicamente… Es decir, Muñoz pretendió comparar un gobierno que lleva 9 años con uno que duró 2 años, tres meses. Un gobierno que controla todos los poderes, con uno que fue botado del poder… La letanía podría ser larga. Su fingido desconocimiento de la historia, le salió costoso: precisamente es Mauricio Pozo quien puede presentar, en las condiciones que fue ministro, la mejor gestión de los gobiernos anteriores. Los libretistas del correísmo creen que la insidia y la mala fe no se notan en televisión. Chillan.
  1. Correa se sentó con Alberto Dahik y Mauricio Pozo porque entiende que el mayor peligro político proviene, en este momento, de las críticas que hacen al modelo económico. Eso explica la estrategia del programa: llevarlos al set, restregarles lo que hicieron en otros gobiernos, exhibir fotocopias de las buenas cosas que alguien, en alguna parte, dice del gobierno y prodigarse un montón de auto elogios tipo “estamos haciendo las cosas bien, muy bien”. Pero lo que ocurrió durante dos horas, prueba que la visión maniquea que funcionó en la bonanza ya no basta para explicar la crisis económica que vive el país.
  1. Es la primera vez que Correa luce absolutamente incómodo ante las cámaras y su cuerpo lo delató: no sabía cómo ser el centro del show, sudó, perdió papeles, no sabía si hablar a sus interlocutores o mirar a la galería… Finalmente, y sabiendo que las réplicas debilitaban su aire profesoral, acusó el golpe: le echó la culpa a la falta de tiempo. Pocas veces su técnica en este tipo de intervenciones fue tan evidente: alabar al inicio a sus interlocutores, presentarlos como personas serias, competentes, cuyos análisis él lee, pero apenas siente que de-construyen su pensamiento, tratarlos como alumnos irresponsables que no saben lo que dicen. quiso dar lecciones a Dahik y Pozo e incluso les entregó sus escritos… como si eso probara que tiene la razón. Pero los dos no se achicaron.
  1. Correa probó que no le interesan los debates económicos. Le obsesiona su impacto político. Por eso anoche volvió a caer –siempre cae– en la sicología proyectiva: desde el comienzo dijo que sería un debate técnico. Pero la obstinación política lo venció. Se quejó de que lo interrumpían. Pero no paró de interferir y proferir epítetos y calificativos mientras los otros hablaban. Y, finalmente, se dirigió más a la galería que a sus interlocutores. Es obvio: él necesita una barra tanto como Velasco un balcón. Su mayor defecto no es estar convencido de sus ideas: es no oír siquiera lo que los otros dicen, no aquilatarlo. Lo escucha solo para destruirlo. Y lo intenta aniquilar sin estilo. Irrespetando al interlocutor que antes alabó. Degradando al que antes dijo leer. Denigrando al que antes dijo considerar. Correa se da ínfulas de académico pero el debate solo lo entiende como la posibilidad cierta de cometer un asesinato simbólico. Y además lo celebra con esa sonrisa corrosiva que, frente a la gravedad de lo que se discutía, el televidente advertido castiga.
  1. Si había alguna duda sobre el desierto de ideas por el cual transita el correísmo, anoche se diluyó. Lo prueba la forma como el moderador verde-flex planteó el debate: entre el presente y el pasado de la economía ecuatoriana. Una apuesta arriesgada que Dahik subrayó cuando dijo que se ocuparan del avión en emergencia y luego, en tierra firme, hablaran del pasado. Correa no asumió el papel de líder de un país cuya economía tiene semáforos en rojo sino de historiador desencantado del pasado. Si gobernar es prever y dar respuestas a las inquietudes de la población, el ejercicio hecho por el Presidente tuvo más que ver con la religión (encarnar la verdad, tener la razón) que con la política (cotejar sus salidas con expertos que no las comparten). Correa se dedicó a negar evidencias: la gravedad del desempleo y sobre todo del subempleo, el monto de la deuda externa, el riesgo país, la ausencia de inversión extranjera, el decrecimiento económico, la recesión… Para él, el ejercicio no consistió en indagar cómo está haciendo la tarea sino justificar lo que hace. En ese sentido, es dudoso que baste con exhibirse ante economistas ortodoxos para tranquilizar a su electorado. Su intervención no aportó información alguna a los ciudadanos inquietos por las realidades de la economía. Correa hizo otro ejercicio de propaganda.
  2. Una pieza se salió del libreto: Ramiro González. Él fue el primero en poner en evidencia al árbitro verde-flex. González también tuvo el mérito de sacar de quicio a Correa (vieja arma de los políticos en la televisión porque saben que quien se pica pierde) y demostró que Rodolfo Muñoz sobraba en el set. Correa lo mal-trató tratándolo como su ex empleado. Pero González supo regular el voltaje de sus intervenciones para reequilibrar el juego y dejó dos declaraciones (con aire de confidencias) planeando en el país. Una: dijo que Correa no se presentará a las elecciones en 2017 (Usted sabe Presidente, le dijo). Dos: los Isaías financiaron la campaña de Correa. En ese punto, González dijo mucho. O muy poco. Ese tema, como se vio en las redes sociales desde anoche, reclama más capítulos.
  1. Correa perdió el debate. Es verdad que ha sido consecuente (y a muchos ha convencido) de que no tiene responsabilidad en la crisis (que él niega) y que ésta se debe a la dolarización (no tener moneda), a la revaloración del dólar y a la devaluación de los vecinos y a la caída de los precios del petróleo. Pero anoche no pudo mostrar que lo que ha hecho en el plano económico es técnicamente lo que había que hacer. No respondió preguntas concretas, incisivas y reiteradas de Pozo y de Dahik. Ejemplo: ¿son tontos los gobernantes de 80 países que acumularon fonditos para paliar la era de vacas flacas? ¿Lo es Noruega que ha ahorrado 800 mil millones de dólares? ¿Lo es Bachelet en Chile? ¿Se puede decir, con todos los índices a la baja, que aquí todo está bien, que no pasa nada? Le dijeron con cifras que hay recesión, déficit fiscal y déficit comercial, desempleo, cierre de líneas de crédito, atrasos en pagos… incremento de puntos en el riesgo país. Correa no logró salir del espacio de la auto justificación que se traduce en exhibir, desde hace meses, las cifras de su balance.
  2. El Presidente no dijo nada nuevo. Sus convencidos, convencidos siguen. Los anticorreístas tienen ahora nuevos argumentos y tesis en su arsenal. Los indecisos, en cambio, debieron quedarse con la sensación de que Correa en vez de explicaciones y decisiones, sigue pidiendo actos de fe. Pero no es lo mismo creer en milagreros en bonanza petrolera que en época de vacas flacas. Y la única decisión anunciada (el presupuesto para el 2016) dejó entender, por su monto, que llega con ajuste. Dicho de otra manera: sí hay crisis pero es políticamente aconsejable negarla. Fue lo que hizo durante dos horas.

DEBATE: LA FIESTA FALLÓ Y TODO TERMINÓ MAL PARA EL ANFITRIÓN



MARTÍN PALLARES


OCTUBRE 29, 2015
En el debate sobre economía que se televisó la noche de ayer ocurrió lo que pasa cuando todo está organizado para celebrar al anfitrión, pero la fiesta termina en tragedia porque el dueño de casa lo hace todo mal.
Desde un inicio era claro que todo estaba pensado para agasajar al dueño de casa, el presidente Rafael Correa, y facilitar su lucimiento. Difícil algo más evidente: no bien arrancó el programa Rodolfo Muñoz, el supuesto moderador, lanzó una cuña a favor del gobierno. “Este es un debate que se lo hace desde la libertad de expresión”, dijo Muñoz al dar el pitazo inicial del programa. ¿Es necesario decir algo así cuando hay plena libertad?
A lo largo del programa, fue tan evidente y desembozada la inclinación de Muñoz a favor de las tesis de gobierno que llegó a interrumpir a Alberto Dahik, uno de los participantes críticos con Correa, para contradecirlo y corregirlo. Incluso, la primera pregunta del “moderador” para Dahik parecía sacada del libreto de una de las más recientes sabatinas: ¿por qué dice que los problemas de la economía ecuatoriana se deben al modelo económico si países como Noruega y Canadá están en recesión?, preguntó Muñoz como si no fuera obvio que el caso de esos dos países son expuestos por Correa casi religiosamente en las sabatinas.
Las redes sociales no paraban de observar la inclinación de Muñoz. El periodista Carlos Rojas anotaba en su cuenta de Twitter, por ejemplo, que el moderador exhibía “los mismos criterios económicos de Rafael Correa” y que eso se “reflejó en las preguntas a Pozo”.
Pero no era solo el moderador. El esquema era casi perfecto para que Correa fuera el vencedor. Había, por ejemplo, una gran cantidad de participantes (entre ellos dos de sus ministros), lo que sin duda buscaba diluir los temas más incómodos para el Presidente. Además, de los tres a los que se les presentó como contradictores aparecía un ex ministro y hombre cercano a Correa: Ramiro González, quien terminaría siendo una piedra en el zapato. Y como si no hubiera bastado, se había previsto la presencia en el set de jóvenes estudiantes que al momento de hacer preguntas únicamente las hicieron a Correa con lo que éste tenía más tiempo para intervenir y replicar.
Pero la fiesta duró lo que Correa se demoró en descomponerse. Apenas comenzó a hablar, descalificó a muchos que critican su manejo de la economía y tachó de irresponsable a Alberto Dahik por decir, a inicio de las intervenciones, que hay una gravísima crisis que se refleja en la caída de depósitos en los bancos y en la caída de las reservas.
Pero el verdadero desastre comenzó con la intervención de Ramiro González, que comenzó nervioso e inseguro. Si Correa ya había comenzado a perder la calma con los argumentos de Dahik, el problema se hizo dramático cuando González habló de la eliminación del subsidio a los fondos de pensiones del IESS. Desde ahí, Correa estuvo fastidiado y a la defensiva, recurriendo casi todo el tiempo a su risa nerviosa y su forzado dejo de superioridad. Su lenguaje corporal delataba todo el tiempo que la estaba pasando muy mal y a menudo se lo veía descompuesto.
De los tres participantes presentados como contradictores, Mauricio Pozo y Alberto Dahik se centraron en el tema de la caída de depósitos en el sistema bancario ecuatoriano, lo que evidentemente aumentó la exasperación de Correa. Ambos defendieron, asimismo, a los fondos de ahorro que Correa eliminó a inicio de su gobierno y que a lo largo del debate los trató peyorativamente de “fonditos”. Pozo, por ejemplo, dijo que si se hubieran mantenido esos “fonditos” actualmente habría USD 11 mil millones ahorrados, con lo que se hubiera hecho frente a la actual crisis disparada por la caída del precio del petróleo.
Dahik también criticó a la forma en la que se ha hecho la inversión pública. Sostuvo que se había exagerado a tal punto que la inyección de fondos en la economía había presionado la demanda, lo que terminó produciendo una oleada de importaciones que desequilibraron la economía. Cuando defendió a los fondos, Dahik dijo que ese tipo de ahorros no estaban destinados a aliviar los efectos de algo improbable como la caída de un meteorito en Guayaquil, sino algo que se sabía que iba a ocurrir: la caída de los precios del petróleo.
Uno de los momentos más dramáticos del programa fue cuando Rafael Correa se levantó para entregar su tesis doctoral a Alberto Dahik. Resulta difícil imaginar a un Presidente teniendo que entregar su tesis en lo que pareció un intento desesperado por legitimar su posición frente a la dolarización, de la cual no dejó de quejarse durante casi todo el programa. Lo de la entrega de la tesis fue algo así como una necesidad desesperada de salvar su prestigio académico frente a las críticas que se le estaban haciendo. ¿Qué pudo haber estado pensando Correa cuando decidió llevar su tesis al set de televisión?
El enfrentamiento entre Correa y González fue otro de los aspectos que evidenciaron que el libreto original se fue de las manos de los organizadores del debate. Si bien fueron ambos los que entraron en una lamentable lógica arrabalera, es evidente que en una circunstancia así el que más tiene que perder es el Presidente. Fue precisamente en este enfrentamiento que reventó otro de los episodios más incómodos para el Presidente: la aseveración de González de que la campaña electoral de Correa había tenido el financiamiento de los ex banqueros Isaías. Si bien, no fue fácil escuchar a González decir aquello porque él y Correa hablaban simultáneamente, lo cierto es que la frase quedó registrada y repetida cientos de veces en redes sociales.
Quizá la parte más sorprendente (y feliz) de la intervención de González fue cuando le dijo a Correa que, en bien de la confianza en el país, debía retirar las enmiendas constitucionales. Esto disparó varios intercambios de fuertes acusaciones entre ambos, creando un ambiente de angustiosa zozobra en el set.
Al final del programa, Mauricio Pozo dijo irse más preocupado por el país de lo que estaba antes. Correa volvió a reírse e apenas atinó a hacer un chiste sobre el comentario de Pozo.
Mientras tanto, las redes sociales no dejaban de repicar. Quizá el tuit de Diego Cifuentes reflejó mejor que ninguno lo que había quedado flotando en el ambiente: “hace un sainete y pierde”, dijo.

miércoles, 28 de octubre de 2015

El verdadero rostro de la izquierda
El correato ha cumplido de manera estricta lo que se espera de cualquier gobierno de izquierda: Ha acumulado poder de manera totalitaria, ha silenciado a los medios críticos, y ha generado una nueva y poderosa élite alrededor del aparataje estatal controlado por el partido hegemónico. Es decir ha pasado lo que era esperable.
20 de octubre del 2015
POR: Andrés Ortiz Lemos
Escritor yacadémico.
El discurso binario del socialismo del siglo veintiuno mostró su verdadero rostro. Los valores conser-vadores han invadido la sociedad".
Dibuje usted un punto en una hoja en blanco. Ahora llame a su hijo, sobrino o hermano menor. Bástese que sea un niño, o niña lista que haya recibido geometría básica en la escuela. Pregúntele cuantas líneas pueden atravesar un único punto. La respuesta será simple: "por un punto pueden atravesar infinita cantidad de líneas". Ahora llame a su amigo izquierdista (todos tenemos un amigo izquierdista; es ese, el que bebe vino importado, frecuenta cafetines culturales exclusivos y canta canciones de Silvio Rodríguez después de las fiestas). Hágale la misma pregunta, solo que en esta ocasión dígale que el punto es un modelo de sociedad (recuerde que las nominaciones deben ser considerados  puntos según Wittgenstein).  La respuesta, desde diferentes versiones, será siempre igual: "por un punto se derivan dos líneas opuestas, una hacia la derecha y otra hacia la izquierda". Cabe advertir que el personaje en cuestión invertirá sendos discursos y enconados argumentos para convencerle que una de las líneas es buena y la otra mala.
Si usted llama a un derechista conservador, el resultado será el mismo que en el caso del izquierdista radical. Ambos personajes están convencidos que el universo, en este caso el universo social, es un fenómeno binario y contra factual donde los vicios de la facción rival se resuelven con las supuestas virtudes de la otra.
Un reaccionario de derecha es aquel que defenderá, a capa y espada, el estatus quo, el sistema ideológico, y los valores de los cuales se beneficia. Un revolucionario, un militante de la izquierda radical, por otro lado, ansía cambiar el status quo, y rehacer los valores e ideologías que no le benefician. Por supuesto, y sin ninguna duda, exigirá que las posiciones de hegemonía de la sociedad soñada que está por venir, sean manejados por ellos, es decir los emisores de ese discurso.
Una vez que el revolucionario, en forma de ninfa, llega al poder, iniciará su dolorosa metamorfosis en una polilla reaccionaria. ¿No me cree? Sencillo, revise lo que ha pasado con los emisores de los discursos morales de la izquierda una vez que llegan al poder. Al poco rato, e inevitablemente, constituyen una aristocracia absolutamente excluyente que manejará a sus anchas todas las estructuras de la sociedad. Por supuesto reprimirán cualquier crítica, y se convertirán paulatina, pero inevitablemente, en aquello que odiaban.
"Quién con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo", escribió Nietzsche, y añadió: "cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti". Esta frase se aplica de manera plena a aquellos que defienden  sistemas ideológicos binarios que se basan en delinear un campo antagónico, al cual achacan de todos los males del mundo, mientras ven en su propio discurso la panacea insaciable de justicia para la humanidad.
Por supuesto aparecerán varios intelectuales indignados que me hablaran de las mieles de la literatura marxiana y marxista, la diferencia entre el joven y el maduro Marx, las elocuencia de Gramsci, las reflexiones de Rosa Luxemburgo, la  precisión de Althusser, las razones refinadas de Poulantzas, y la amalgama de las tradiciones  neo marxistas. Sin embargo considero que la teoría no tiene mucho que decir frente al peso de la realidad. Wittgenstein nos enseñó que el mundo está constituido por  acontecimientos, es decir por hechos,   y no por cosas, es decir objetos. Las teorías marxistas o neo marxistas son sofisticados y bien labrados objetos de pensamiento, pero son los hechos los que constituyen lo real, y los hechos están delineados por el impacto de esas ideologías en el mundo tangible. Revise un libro de historia, apreciado lector y verá como las más amables ideologías suelen terminar trastocadas por los intereses,  las ambiciones personales, y los abusos de los predicadores de los discursos que alguna vez se vistieron como revolucionarios.
Cabe advertir que cuestionar a la izquierda no significa ser de derecha, como demandan los apóstoles de las lógicas contra factuales y binarias. Al contrario, significa que todo planteamiento dogmático es susceptible de crítica, y perfila la necesidad de entender lo real en su verdadera complejidad.  No desde un torpe esquema bicolor. Como si el universo fuera un garabato a blanco y negro.
En tiempo reciente se han levantado voces de ciertos sectores que acusan a la revolución ciudadana de haber traicionado los lineamientos de la izquierda. Varios de estos intelectuales acusan al correismo de no haber sido consecuente con el discurso del socialismo, que promulgaba en un inicio. Debo decir que esto no es así. El correato ha cumplido de manera estricta lo que se espera de cualquier gobierno de izquierda: Ha acumulado poder de manera totalitaria, ha silenciado a los medios críticos, y ha generado una nueva y poderosa élite alrededor del aparataje estatal controlado por el partido hegemónico. Es decir ha pasado lo que era esperable.
El discurso binario del socialismo del siglo veintiuno mostró su verdadero rostro. Los valores conservadores han invadido la sociedad, y quienes fueron revolucionarios hace ocho años ahora son eficaces agentes reaccionarios que predican la nueva moralidad ciudadana. Al mismo tiempo la nueva élite correista se ha afincado más que nunca en el poder, tanto desde las instancias estatales, cuanto desde la red de intereses privados que se amamantan de las políticas públicas, y que ahora demandan nuevas normativas para favorecerlas.
Al igual que la Ouroboros, la serpiente medieval que se muerde su propia cola, la izquierda ha cumplido su ciclo de renovación de poderes y relevo de hegemonías. El universo social ha sido delimitado como un descolorido espacio dual, donde la polaridad de la brújula cambia y no se distingue  la ubicación de la  derecha y de la izquierda. Que más da, ambos extremos  son proyecciones de la misma línea. "Los extremos se tocan", decía Hermes Trismegisto, y al final de cuentas lo único que diferencia a un izquierdista radical de un conservador reaccionario es el tiempo. Después de todo, dos vectores antagónicos en 180 grados forman una única línea. La misma línea.
Los cuenteros del buen vivir
Una compleja operación de propaganda y el empleo a fondo de agencias de relaciones públicas en Europa y Estados Unidos convencieron a intelectuales poco enterados de la realidad nacional de por lo menos dos mitos: el "izquierdismo" de Rafael Correa y el "éxito económico" de su administración que ahora enfrenta el peor crecimiento económico de toda la región y se acerca al FMI.
27 de octubre del 2015
MARIANA NEIRA
Había una vez un hombre tan hábil con la palabra que vendía a los incautos lo que quería, hasta bienes públicos como el reloj del Malecón Simón Bolívar de Guayaquil. Le llamaban ‘El cuentero de Muisne’.
Me acordé de él porque en los últimos años a los incautos del mundo les fue vendido ‘El milagro ecuatoriano’ que –dizque- convirtió a este país en el ‘jaguar latinoamericano’ con 14 millones personas felices por ‘el buen vivir’. Economistas valiosos que hay en Ecuador (donde no todos los economistas son malos) advertían que no había tal ‘milagro’. Se estaba gastando a manos llenas hasta las reservas y eso traería consecuencias. Razón tenían. Se produjo una rebaja en los ingresos fiscales y caímos en una crisis que los milagreros tratan de solucionar con un paquetazo gradual (paquetitos): aumento de impuestos, eliminación de subsidios, despidos laborales, etc.
Se produjo una rebaja en los ingresos fiscales y caímos en una crisis que los milagreros tratan de solucionar con un paquetazo gradual (paquetitos): aumento de impuestos, eliminación de subsidios, despidos laborales.
Y los incautos que tanto elogiaron al ‘milagro’ y nos convirtieron en ‘jaguar’, enmudecieron.
En esta ayudamemoria podemos observar cómo con una campaña publicitaria internacional los cuenteros del buen vivir fraguaron el ‘milagro’.
Comenzó con una encuesta realizada por unos mexicanos que le daban a Correa la popularidad más alta de América. Sobre esa base se preparó una serie de documentales titulados ‘Ecuador desde afuera’ difundidos en YouToube y algunos repetidos en la TV por orden de los hacedores de ‘cadenas’. Allí los encuestadores y varios personajes internacionales se esmeraban por elogiar el manejo económico del presidente Correa.

Paralelamente Correa recogía títulos doctor honoris causa en universidades de América y Europa. Ha recibido 11 en total, 7 desde el 2012. 
El correísmo tiene pavor a las calles
La pretendida huida a Montecristi aparece como una trampa. Porque volver al lugar donde nació la Constitución para aprobar las reformas sin luego someterlas a una consulta popular, tal como ocurrió con la Carta Magna, es la más cínica expresión de viveza criolla. Es pura picardía. Es aplicar la historia a conveniencia.
27 de octubre del 2015
POR: Juan Cuvi
Master en Desarrollo Local. Director de la Fundación Donum, Cuenca. Exdirigente de Alfaro Vive Carajo.
Con el reciente viraje neoliberal, la distancia del Gobierno con el espíritu transfor-mador de 2008 es abismal".
Un asambleísta del oficialismo ha anunciado que las sesiones para tramitar las mal llamadas enmiendas constitucionales se llevarían a cabo en Montecristi.
Teñida de la rústica solemnidad con que el correísmo suele adornar este tipo de maniobra, la iniciativa se presta a varias lecturas.
En primer lugar, miedo. El correísmo sabe que hace mucho tiempo perdió su apoyo en la ciudad de Quito. Las movilizaciones sociales de este año, en rechazo al gobierno, no solo fueron multitudinarias, sino cada vez más radicales. La gente considera que la aprobación de las reformas sin consulta popular es una descarada provocación. Así de simple. Y lo último que quiere Alianza PAIS es enfrentar la protesta social, añadir a la crisis económica un nuevo factor de convulsión social, proyectar una imagen internacional de intolerancia y abuso político. Tiene pavor a las calles.
En segundo lugar, la pretendida huida a Montecristi aparece como una trampa. Porque volver al lugar donde nació la Constitución para aprobar las reformas –como pomposamente lo declara el asambleísta de marras– sin luego someterlas a una consulta popular, tal como ocurrió con la Carta Magna, es la más cínica expresión de viveza criolla. Es pura picardía. Es aplicar la historia a conveniencia. Y el pueblo, que  no tiene ni un pelo de tonto, sabrá diferenciar entre demagogia y realidad. Tarde o temprano les pasará la factura por esta vulgar artimaña.
En tercer lugar, pérdida de legitimidad. A diferencia del año 2008, cuando la Asamblea Constituyente sintetizó las aspiraciones de cambio de la mayoría de ecuatorianos, hoy las reformas correístas tienen un elevado porcentaje de rechazo ciudadano. Sobre todo, plantean una disputa política entre distintos grupos y sectores sociales. Por esta razón, precisamente, no pueden ser arrancadas del espacio natural donde se dirimen los conflictos políticos del país; es decir, la Asamblea Nacional, en Quito. Escamotear la participación ciudadana y esconderse del pueblo equivale a meter la cabeza en un hueco para negar la realidad.
En su momento, Montecristi fue el símbolo de la reconciliación nacional con la esperanza, fue la posibilidad de un pacto social histórico. Hoy, luego del abandono del correísmo de los postulados que justificaron el proceso constituyente, ya no lo es más.
Menos aún con el reciente viraje neoliberal del gobierno. La distancia del gobierno con el espíritu transformador de 2008 es abismal.
Tramitar las reformas en Montecristi sería como jugar las eliminatorias al mundial de fútbol en Galápagos.