lunes, 19 de octubre de 2015

Recesion profunda

Ecuador, ¿camino a la recesión profunda ?

Un reporte de Bank of America Merrill Lynch compara al Ecuador dolarizado con Grecia, que considera renunciar al euro y con Argentina, que dejó la convertibilidad en 2002. Su autor dice que al país le espera “una recesión muy profunda”.
El venezolano Francisco Rodríguez Caballero, director de Bank of America Merrill Lynch para la región andina es uno de los autores del informe ‘Ecuador Economic Viewpoint, This Time Is Worse’ (Ecuador, punto de vista económico, esta vez es peor)publicado en agosto. El título hace referencia a que el shockcausado por la baja de precios del petróleo pone al país en una situación peor que la de 2008, cuando un bajón en el crudo lo obligó a dejar de pagar su deuda externa, y advierte que si bien un “default” antes de 2017 es poco probable, el país tendrá que someterse a un ajuste económico que podría debilitar el apoyo a la dolarización.
En entrevista con Vistazo, Rodríguez insiste en que la firma de inversiones Merrill Lynch (hoy fusionada con Bank of America) no está recomendando desdolarizar, pero sí dice que “mantener la dolarización va a requerir sacrificios importantes, va a ser costosa políticamente… Yo creo que en Ecuador, no en este momento, pero dentro de cinco años, va a haber muchas más voces a favor de una desdolarización”, y cita la frase del analista económico del Finantial Times, Wolfgang Munchau, sobre Grecia: “Si has estado desempleado por cinco años, sin prospecto de encontrar trabajo, no tiene diferencia que el dinero que no recibas esté denominado en euros o en dracmas”.

El precio del petróleo que se ha devaluado un 60 por ciento
el último año, cayendo de 100 a menos de 40 dólares
por barril, causó un “shock” económico en el país.
¿A qué se debe tan lúgubre comparación? Rodríguez explica los paralelismos. “Nos preguntamos si Ecuador será la siguiente ‘Grargentina’ porque Grecia con el euro  tiene un tipo de cambio irrevocable y Argentina lo tuvo mientras duró la convertibilidad. No se puede devaluar. Cuando se enfrentan a shocks negativos, no se pueden hacer ajustes, y ambos países atravesaron recesiones muy profundas”.
Como es poco probable que el precio del crudo se recupere, Ecuador necesita abaratar sus otros productos para hacerlos más competitivos. Rodríguez dice que será indispensable una depreciación del “tipo de cambio real” (el precio de los bienes en comparación con otros países) de hasta el 43 por ciento. Si el país tuviera su propia moneda podría devaluar los salarios como hace Colombia, explica, pero con el dólar, el ajuste requiere o bajar los salarios en un 27 por ciento, lo que causaría amplio rechazo al gobierno; o producir empleando a menos gente, lo que causaría un prolongado desempleo.
BONOS
Para financiar sus gastos, en junio del año pasado, el gobierno vendió 2.000 millones en bonos soberanos, y este año emitió bonos por 1.500 millones más. Los bonos fueron comprados por inversionistas de Estados Unidos, a través de fondos de inversión. Los inversionistas esperan gana intereses por el dinero que han arriesgado: el 10,5 por ciento de interés a 10 años y 8,5 por ciento a 5 años plazo. Si el Ecuador no paga, los inversionistas podrían demandar al país bajo la ley de Nueva York. El informe de Bank of America Merrill Lynch es básicamente un análisis de si Ecuador podrá o no honrar sus deudas, y no es optimista.
Este gobierno ya sobrevivió una caída de precios del petróleo. Entre 2008 y 2009 el crecimiento económico pasó de 6,4 por ciento a 0,6 por ciento. “Entonces Ecuador no entró a recesión pero estuvo cerca. Ahora el país está en condiciones menos sólidas”, dice Rodríguez, y compara cifras: En 2008 el país tenía un déficit presupuestario del 1 por ciento del PIB, hoy ese déficit, que ilustra cuánto los gastos del Estado superan a sus ingresos, llega al 6,4 por ciento del PIB. “Esto obliga al gobierno a recortar el gasto muy fuertemente, y eso va a profundizar la recesión. Nosotros somos mucho más pesimistas que el Banco Central, tenemos una proyección de crecimiento de 0,1 por ciento para 2015 y -1,5 por ciento para el 2016”.
¿QUÉ RECORTAR?
Uno de los escenarios que contempla el informe de Merrill Lynch para que el Ecuador logre estabilizar su deuda al año 2020, implica un recorte de gastos de 10,5 por ciento del PIB, o 10.000 millones de dólares. “Recortes de esta magnitud son difíciles de alcanzar sin afectar los programas sociales. Además son dolorosos si se toma en cuenta que mucho del crecimiento económico del Ecuador en los últimos cinco años ha sido impulsado por el gasto público. El recorte, por eso, tendrá un alto costo político”.
Rodríguez añade que la nueva clase media se desinflará a medida que el desempleo, que proyecta llegará al 7 por ciento en 2016, afecte los ingresos de los más vulnerables. “Hay gente que había salido de estar en situación de pobreza, que ahora van caer otra vez por debajo de la línea de pobreza, es lo que ocurre en todos los países del mundo cuando hay recesión”.
El informe explora un escenario en que se ajusta el gasto, pero se mantienen las “inversiones clave”: Los campos petrole ros ITT, la refinería del Pacífico y las siete grandes hidroeléctricas que deben empezar a abrir el próximo año. Para sostener estos proyectos el país deberá seguirse endeudando en unos 20.000 millones más entre 2015 y 2016 y cualquier prestamista será bienvenido. “El gobierno ha mencionado los bonos islámicos (certificados financieros emitidos especialmente para países islámicos), y planea apelar a Tailandia e Italia como alternativa de financiamiento, además, si China no entrega los fondos a tiempo, el presupuesto estará severamente ajustado”.
Y en caso de que el dinero no llegue de afuera, para no faltar a la deuda, Rodríguez plantea la posibilidad de liquidar activos del Estado o, en última instancia, disponer de los depósitos en dólares de la banca privada. “La idea es que cualquier bien controlado por la banca está bajo regulación del gobierno, y puede ser usado para cumplir el pago de deuda. Por ejemplo, si el Ecuador impone un control al capital y revierte la dolarización, podría cambiar unidades de la nueva moneda por los dólares de las instituciones financieras y depositar los dólares en las reservas internacionales del Banco Central”. Rodríguez está consciente de que tal sugerencia suena a incautación, pero dice desapasionadamente que “así son las desdolarizaciones, en Ecuador las reservas internacionales están, en cierto sentido, en poder de todos”.
REACCIÓN
El estudio de Merril Lynch ha causado asombro entre los promotores de la dolarización. El economista Franklin López, autor de ‘Por qué y cómo dolarizar’, dice que el informe es “grosero” y que es irrelevante si la desdolarización es potencialmente positiva para los inversionistas, porque “sería un desastre para los pobres, los empleados y los jubilados, pues el costo del ajuste caería directamente sobre sus hombros”. Lo mismo opina Luis Espinosa Goded, profesor de economía de la Universidad San Francisco de Quito. Pero sí concuerdan en que el país necesita un recorte fuerte en el gasto público, como vienen repitiendo. “Este un informe muy grave y muy influyente”, dice Espinosa. “Hemos asumido que el gobierno va a cumplir con las inversiones estratégicas y que estas van a ser rentables. Pero aún en el mejor de los casos, el país estará en graves problemas económicos”.
HANKE: “SERÍA UN ERROR DESDOLARIZAR”
El reporte de Bank of America Merrill Lynch cuestiona la conveniencia de la dolarización en Ecuador, indicando que compartir la misma moneda funciona en las “áreas monetarias óptimas” (teoría del Nobel de economía Robert Mundell), zonas que comparten los mismos ciclos económicos, pero no tiene sentido si las economías están divorciadas. “La dolarización es problemática en los países que no forman parte de un área económica con movilidad interna, donde los trabajadores de una zona deprimida pueden ir a buscar trabajo a otra zona, tendría más lógica que México adopte el dólar porque comparte ciclos económicos con EE.UU”, dice el economista Francisco Rodríguez Caballero.

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