Analistas afirman que el escándalo de corrupción, en el que
se mencionan posibles contratos
con el vecino país, podría afectar las
relaciones entre ambas naciones.
El escándalo revelado por la Revista Semana no solo puso en
tela de juicio el actuar de los miembros del Ejército Nacional, quienes
mediante unas grabaciones fueron salpicados en varios temas de corrupción, sino
la relación de Colombia con los diferentes países en materia de cooperación
militar.
Dentro del escándalo revelado el fin de semana, que daría
cuenta de hechos de corrupción al interior de las las Fuerzas Militares, se
escuchó en una de las grabaciones reveladas de Róbinson González del Río hablar
sobre la posibilidad de hacer negocios con un general ecuatoriano, quien se
supone es el responsable de la contratación en el vecino país.
Según la conversación, González del Río planeaba vender
equipos y material militar, a través de un contrato amañado, en donde él
aseguraba la adjudicación por parte del general del Ecuador.
Esto causó la reacción del Ministerio de Defensa del vecino
país, el cual dispuso una investigación exhaustiva e informó que no se ha
realizado, bajo su mecanismo de contratación, ninguna adquisición de equipo
militar a Colombia.
Diego Julián Cediel, profesor de la Facultad de Derecho y
Ciencias Políticas de la Universidad La Sabana, aseguró que entre las consecuencias
que se podrían ver con estas revelaciones es un ambiente de desconfianza y las
relaciones internacionales afectadas.
Las relaciones entre dos países se dan bajo los principios de
cooperación, confianza, veracidad, transparencia, autonomía y respeto.
“Con estas declaraciones y teniendo en cuenta que quien
estaba supuestamente efectuando los negocios era una persona que estaba en una
cárcel, es probable que haya y exista en los mandos medios, quienes tienen la
capacidad de direccionar los contratos, de ejecutar los presupuestos y de
definir los precios, en los dos países”, dijo Cediel.
Bajo los principios de los que nacen las relaciones entre
países, es posible que se creen lazos fuertes que lleven a “hacer una serie de
contactos de manera soterrada para cuadrar y amañar esos contratos,
favoreciendo a terceros, lucrándose de una manera exuberante y por otro lado
repartiendo entre los intermediarios (que en este caso serían los militares).
Ahí se está minando todos los principios de las relaciones internacionales”.
Por eso señaló que “si esos principios se utilizan para hacer
contratos con serios visos de corrupción, las relaciones internacionales pueden
verse afectadas y las partes empiezan a generar un ambiente de desconfianza, de
reserva y hostilidad, que para nada le sirve a Colombia en la situación
política que está viviendo”.
Consecuencias dentro de Ecuador
Julián Cediel explicó que el clima político de Ecuador está
viendo los resultados de la consolidación de un proceso político que empezó con
la elección del presidente Rafael Correa. “Las peleas que ha tenido él con
varios medios de comunicación, permite que la sociedad ecuatoriana y que el
periodismo ecuatoriano mire y ejerza una presión mucho más sensible sobre la
cúpula militar o los militares que están implicados en este tipo de
negociaciones”.
Cediel añadió que “Ecuador puede fijar los reflectores y los
focos sobre los negocios no muy legales entre Colombia y el país vecino”.
¿Será el único caso?
Colombia tiene fuertes lazos de cooperación militar con otros
países, sin embargo no se puede asegurar si existe o no otros focos de
corrupción. “Es difícil suponerlo si no hay una denuncia como la de la Revista
Semana”.
“Es posible que en algunos escenarios o algunos actores se
aprovechen de esas cooperaciones debido a que se maneja mucha plata. El sector
militar es uno de los gestores que más mueve dinero en el mundo”, dijo.
Y finalizó diciendo que en el caso que salpica a militares
colombianos y ecuatorianos, tiene mucho que ver con que “la cantidad de dinero
y la inestabilidad jurídica institucional de estos países permiten este tipo de
prácticas”.
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