jueves, 13 de febrero de 2014

Bonil si causó conmoción



Por: Jeanette  Hinostroza
Nunca había estado tan ansiosa por comprar el periódico.  El 5 de febrero de 2014 me levanté más temprano que nunca y esperé en la puerta de mi oficina a que llegara diario El Universo. 
Recorrí las páginas rápidamente hasta llegar a la sección de artículos de opinión; la curiosidad estaba a punto de matarme y tenía una necesidad casi explosiva de saber qué había hecho Bonil para rectificar su caricatura referente al allanamiento a la casa de Fernando Villavicencio. Cuando vi la nueva caricatura algo increíble ocurrió dentro de mi cuerpo.  Sentí que los 15 músculos de mi cara empezaron a moverse y mi sistema respiratorio se alteró bruscamente; el ataque fue tan fuerte que mi rostro se tornó casi morado y mis conductos lagrimales se abrieron y dejaron caer un mar de agua salada por mis mejillas.  A los pocos segundos algo más increíble sucedió, llamé la atención de todos mis compañeros de trabajo que sin saber qué me pasaba empezaron a sufrir el mismo ataque que yo, pues resultó ser contagioso.  Simplemente explotamos, pero de la risa. No hay nada más delicioso que reírse  del poder, dos veces y  por la misma razón.

Pero lo sucedido prueba que el informe de la Supercom estaba en lo correcto al decir que las caricaturas de Bonil causan conmoción !por supuesto! pero al interior de cada ecuatoriano que todavía se atreve a reír de lo que ocurre en este país.
La risa es un reflejo involuntario, lo que significa que ninguna ley, reglamento u obediente funcionario puede evitarla o prohibirla, simplemente aflora de las entrañas y  produce un placer casi orgásmico.  La risa produce una sensación de bienestar generalizado, su reacción es inevitable y su efecto indestructible.  
El resultado de la sanción a Bonil causó tanta risa como la respuesta de la Supercom a la demanda de Martha Roldós por linchamiento mediático en contra de varios medios gobiernistas.  Por cierto el director de uno de esos medios se puso a patalear diciendo que ningún medio privado lo defendió tras esta demanda.  Me dio risa otra vez.  ¿Quién lo va a defender si primero destaca en su periódico el allanamiento y la condena moral a Clever Jimenez y Fernando Villaviciencio por supuestamente haber robado unos correos electrónicos y la siguiente semana publica una investigación con información supuestamente proveniente de unos correos que Martha Roldós reportó como robados?  ¿Eso no es hacer exactamente lo que critica?.
La Supercom decidió archivar la demanda de Roldós argumentando que no adjuntó un documento que acredite su identidad y copia de los correos supuestamente sustraídos de su cuenta personal.  ¿Y por qué no ordenaron “acción urgente” y allanaron la oficina del director en mención para comprobar si tenía esa información ? La pregunta cabe y la respuesta, si algún día la tenemos, seguramente dará material para una nueva caricatura con la que nos volveremos a conmocionar de la risa.

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