Por: Marco Arauz
Nos equivocamos quienes creímos que el poder iba a desistir
de una sanción desmesurada tanto para el autor de una caricatura como para el
medio que la publicó. Se impuso finalmente una argumentación que evidencia cómo
es posible demostrar lo indemostrable cuando se tiene la sartén por el mango, y
se impuso un nuevo escarmiento a quienes todavía creemos que la libre expresión
es un derecho humano universal.
En un proceso que penosamente sentará un precedente,
se determinó que lo que 'Bonil' comunica en su caricatura publicada el 28 de
diciembre del 2013 en El Universo 'está alejado de la realidad' y que 'la
afirmación que emite al final de la misma -'Policía y Fiscalía allanan
domicilio de Fernando Villavicencio y se llevan documentación de denuncias de
corrupción' (el inciso es mío)- no fue debidamente verificada'.
Por esta razón,
el caricaturista deberá rectificar el texto. En este punto, vale la pena
preguntarse si las caricaturas editoriales y los productos humorísticos que
publican los medios en manos del Gobierno cumplen, como pide la
Superintendencia de la Información y Comunicación en este caso, los criterios
de realidad y verificación. Para que no haya lugar a dudas, veamos si se
cumplieron en el especial que publicó El Ciudadano por Inocentes, es decir, en
las mismas fechas en las que se publicó la caricatura sancionada. Lo que se
puede observar es que dicha publicación acude, como sucede en este tipo de
trabajos, a situaciones imaginarias. Con el antecedente del viernes último,
¿debemos esperar que se sancione a El Ciudadano? ¿Y debemos esperar que solo se
publiquen, de aquí en adelante, caricaturas y productos humorísticos que no
estén alejados de la realidad y cuyas afirmaciones estén debidamente verificadas?
¿En dónde queda el precepto de que la opinión, pues una caricatura lo es, está
fuera de las consideraciones establecidas para los productos informativos? La
opinión es una visión de la realidad, no es la realidad misma. La resolución
añade que 'se evidencia además que Diario El Universo no se abstuvo de tomar
posición institucional sobre la inocencia de una de las personas involucradas
en la referida investigación legal pues es responsable del contenido
comunicacional que difunde'. Y se le aplica una sanción significativa para la
economía de cualquier medio. ¿Bonil y El Universo atentaron contra la presunta
inocencia de quién? Si es la de Fernando Villavicencio, es paradójico que él ya
haya sido condenado por quien dio públicamente detalles sobre un operativo que
era de particular competencia de una entidad que se supone autónoma, como la
Fiscalía. Si se defiende la presunción de inocencia, tampoco es coherente que
'Bonil' haya sido declarado públicamente mentiroso y corrupto. El humor ha
sufrido un allanamiento, pero es necesario perseverar.
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