lunes, 4 de septiembre de 2017

Entretelones en torno a ‘Capaya’



Publicado el 2017/09/02 por AGN
[Alberto Ordóñez Ortiz]
El tema del Vicepresidente, sigue en el candelero. No ha perdido actualidad. Por el contrario se ha acrecentado. Muchos consideran – que la decisión de la Asamblea Nacional de vincularlo y dar paso a su enjuciamiento penal es, un “triunfo de la democracia”. Bueno. Pongamos las cosas en orden. A veces es necesario recapitular y observar a contraluz los acontecimientos, para verlos con aquella indispensable transparencia que no deje lugar para la duda. Veámoslos: Primer precedente: El presidente de la Asamblea en un acto inusual para la alta función que desempeña, logró convencer y traer a Carlos Pareja Yanuzzelli (CAPAYA) desde su exilio en los EE.UU.. El acto, en sí, presupone que debieron darse las conversaciones que habrían abierto de par en par las puertas para que se concretara el consiguiente e inevitable acuerdo. Si nos apoyamos en los hechos y en los resultados: la entrega de Carlos Pareja Yanuzzeli a la justicia, evidencia que sobre nuestras apreciaciones sopla el límpido y vigoroso viento de la verdad.
Segundo precedente: Por más que el primer magistrado del legislativo se haya empeñado en sostener que el retorno de CAPAYA al país se efectuó en virtud de su intervención como [ciudadano común] y en la obligación constitucional de contribuir al esclarecimiento de los actos de corrupción, se vuelve cuesta arriba digerir esa descomunal piedra de molino. Entonces, resulta difícil, sino imposible determinar en qué momento y hasta donde fue ciudadano común y en qué momento y, hasta dónde fue presidente de la Asamblea. Lo único que quedaría en claro -como se dice- es que de ninguna manera se trataría de dos personas distintas y de un solo CAPAYA verdadero. Por lo demás, ni los más complejos cálculos estructurales podrían desentrañar el insondable enigma que hoy se ha puesto sobre el tapete del debate público.
Lo que si queda en claro es que sin la intervención del más alto representante de la legislatura, CAPAYA no habría regresado al país. La petición de cualquier otro ciudadano común, aunque se hubiese puesto de rodillas, habría sido -sin duda posible- rechazada de plano. Entonces tendremos que convenir que la función de presidente del legislativo se impuso sobre la de ciudadano común.
Tercer precedente: Llama la atención, y, profundamente que, en la casa de la democracia -la de la Asamblea-, su presidente haya impedido que la resolución -de su autoría- con que se vinculó a CAPAYA no haya sido debatida conforme lo ordena el Art. 136 de la Ley de la Función Legislativa. Se entiende, por supuesto, que en la formulación de su texto se habrían superado los más exigentes filtros políticos. Sorprende también que el mismo personero haya expresado con inusual énfasis que el bloque AP creía en la inocencia de Glass. ¿Para qué trajo a Pareja?. Acciones como las reseñadas ingresan al escabroso territorio de la ambigüedad. Se ven sospechosas figuras. Y una, en particular. Pero el espectral manto de la oscuridad las cubre. ¿Se trataría de un maquiavelismo de conveniencias?. ¿O, de qué…?. Pronto la explosión de la claridad inundara con su luz bienchechora al país. (O)

DIARIO EL MERCURIO

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