Alianza País se hace un pajazo mental en la Asamblea
Un pajazo mental es una mentira que alguien se hace a sí mismo. Y eso es lo que Alianza País hizo en el seno de la Asamblea Nacional cuando sus legisladores aprobaron una proforma presupuestaria en la que se establecen pagos de una deuda a la que no quiere llamarle deuda.
Generalmente mientras más grande es la mentira, más absurdos y floridos son los argumentos con los que trata de convencerse el autor del pajazo mental. Esta vez los diputados de Alianza País echaron mano de dos argumentos para tratar de convencerse que aquello que es deuda es cualquier cosa menos una deuda, como por ejemplo los 2 878 millones de dólares que el Gobierno se tomó prestado del Instituto de Seguridad Social o los 2 137 millones que se tomó del Banco Central.
El primer argumento que utilizaron los de Alianza País para hacerse el pajazo mental es una disposición legal de mayo del 2017, que ellos mismos crearon para esconder la realidad, que establece que aquellas deudas que el Gobierno central contrae con organismos que son parte del Estado no deben contabilizarse como deuda consolidada. Y al no llevar la etiqueta de “consolidada” no debe considerársela deuda. El segundo argumento que usaron en la sesión es uno que, a finales de julio, había publicado en sus cuentas de redes sociales su máximo líder Rafael Correa y que dice así: si le debes a tu esposa, eso no es deuda.
Lo curioso de todo esto es que todo aquello que no es considerado deuda, de acuerdo a la norma ad hocde mayo y al silogismo de la esposa ideado por Correa (que nunca se distinguió por tomar muy en cuenta públicamente a la suya), genera pagos que incluso superan a lo que el Estado invierte actualmente en educación y salud. En otras palabras, en la proforma que aprobó Alianza País se paga una deuda a la que no se la quiere llamar por su nombre.
El único motivo que explica que se haya aprobado una proforma, que además es del año que ya está por acabar, es que así no queda al descubierto que el gobierno anterior violó la norma que establece que el Estado no puede endeudarse más arriba del 40% del Producto Interno Bruto. Y eso significa, sobre todo, darle gusto a Correa y contradecir al presidente Lenín Moreno quien, a las pocas semanas de asumir el cargo, dijo que la deuda era superior al 40% y que la mesa no estaba servida, como había dicho su antecesor.
Fue tan evidente la voluntad de contradecir públicamente a Lenín Moreno Moreno que tuvo bloque de Alianza País que el diputado Pabel Muñoz, presidente de la comisión que elaboró el informe sobre la proforma, dijo clara y ostensiblemente que la mesa sí había estado servida. Palabras más, palabras menos, le dijo mentiroso al Presidente. Muñoz, además, de paso le colocó un par de banderillas a Moreno criticando la entrega que el Gobierno hizo de la plataforma de pago de dinero electrónico a la banca privada.
El encargado de lanzar el elogio más importante durante la sesión al eterno líder y residente en Bruselas fue el diputado Augusto Espinosa, quien fue su ministro de Educación, el mismo que no aseguró los colegios en Manabí que se destruyeron durante el sismo del 16 de abril del 2016. El elogio de Espinosa, básicamente, consistió en exhibir y utilizar durante su intervención el argumento de Correa sobre el esposo que le presta dinero a la esposa. “Si queremos saber cuánto debe una familia, sería un absurdo sumar lo que le debe el papá a la mamá, o el hijo a la madre. Hay que calcular lo que deben los miembros de la familia al banco o a la familia vecina”, había escrito Correa a finales de julio Correa como réplica a lo que Moreno, su nuevo mejor enemigo, había dicho en una declaración sobre la deuda cuando lanzó su “la mesa no está servida”.
Espinosa, echando mano del razonamiento de Correa, dijo que es irracional pensar que lo que el esposo le debe a la esposa pueda ser considerado deuda. “Hablemos con datos ciertos”, soltó Espinosa quien ensayó a lo largo de su intervención un tonito socarrón para referirse a los legisladores de la oposición que habían intervenido antes que él. “Si a un asambleísta de la oposición se le pregunta cuánto es cuatro más cuatro responde depende para qué”, había lanzado el socarrón Espinosa.
El problema con el ejemplo del esposo es que es un pésimo ejemplo y no sirve sino para hacerse el pajazo mental. Nada más alejado y diferente que el IESS de una esposa a la que se le debe dinero. Resulta que el dinero de la seguridad social no es del gobierno ni del Estado, sino de los ciudadanos que han tenido que depositar en IESS. Cuando el Gobierno toma prestado dinero del IESS está contrayendo una deuda con los ciudadanos, no con él mismo. Por eso, el economista Manuel González, cuando en su blog Economía en Jeep desbarató el ejemplo de la deuda del esposa, dijo que era más adecuado hablar de una deuda con la cuñada que con la esposa. “En realidad, el marido se endeudó con un dinero que la cuñada le dio a la esposa del marido para que ella se lo tenga por mientras. Si el marido no le paga a la esposa, se arma un despelote familiar”, sostiene González. Además, ese economista advierte que la esposa que se supone es el IESS es una esposa que no genera ingresos. “Por el contrario, debe a los afiliados a la seguridad social el dinero con el que otorga préstamos. En el ejemplo del Presidente, si el esposo decide no pagarle a la esposa el préstamo que ella le hizo, el patrimonio del hogar queda intacto (a menos que el marido se haya malgastado lo que le prestó la esposa). Pero si el gobierno decide no pagarle al seguro social, quienes pierden serán los jubilados actuales y futuros”, sostiene González.
La aprobación de la proforma fue, más que un debate sobre el tema presupuestario, una ejercicio de defensa de los 10 años de la revolución ciudadana y del legado del eterno líder. Casi todas las intervenciones de los legisladores de Alianza País fueron para defender y promocionar los 10 años de manejo económico del correato. Si el presidente Lenín Moreno dijo en un momento que la mesa no había quedado servida, ahora puede estar seguro que en la Asamblea no tiene una bancada que esté dispuesta a trabajar por su gobierno sino únicamente por la memoria y el capital político del líder eterno. De ese que cree que no hay deuda si el Gobierno le debe a los afiliados de la seguridad social.
La aprobación de la proforma y la conducta de la bancada de Alianza País aparece como una evidencia más que sin consulta popular, el gobierno de Lenín Moreno no tendrá dónde apoyarse.
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