lunes, 6 de enero de 2014

Los espías hackeadores



Por: Jaime Cedillo Feijóo
¡Qué lindo fin de año que nos brindó el gobierno de la “revolución ciudadana”¡. Vaya que se mereció un aplauso sonoro, tan ruidoso fue el aplauso, que seguro llegó, más rápido que la velocidad de la luz, hasta los oídos de los organismos internacionales defensores de los derechos humanos.  Fue una jugada perfecta, maestra, de ajedrez, porque esperaron que los contrincantes, o sea los “opositores políticos”, apenas se duerman, para caerles con todo, o sea, digo, con hombres armados hasta los dientes, que parecían fantasmagóricos vestidos de negro con pasamontañas, cosa que los guaguas que dormían plácidamente, junto a los juguetes que les dejó papá noel, se llevaron el susto de sus vidas, ya no podrán volver a conciliar el sueño nunca más; con filmadoras y cámaras fotográficas para que vean que todo se hizo con la “ley” y la pistola en mano, porque era un caso urgente, urgentísimo, top secret. 
El Alexis ordenó así.  Los testigos lo pueden testificar en cualquier corte del mundo, no cierto señores de la Fiscalía y de la Policía, que no hubo violación a la Constitución ni cosa parecida, que se respetaron los derechos humanos de las víctimas que vivieron  minutos de terror, incluido, se sobreentiende, los vecinos que declararon al día siguiente que estaban algo así como conmocionados, llenos de pánico.  Como la cosa era más que urgente, se dio doble golpe, o sea, doble allanamiento, o triple, porque en el caso del asambleísta Jiménez, no sólo que allanaron, sin previo aviso, su residencia temporal en Quito, sino que se dieron el lujo, con el visto bueno de la Gabi, de ingresar a la Asamblea Nacional y llevarse todo lo que era y lo que no era de la oficina del Cléver. Suerte  que en ese momento el asambleísta no se encontraba, porque  también hubiese sido  fotografiado y filmado en paños menores, tal como le sucedió al ex sindicalista petrolero, a su esposa e hijos. Ahora resulta, que gracias a la incursión nocturna, de fin de año,  en feriado, el dignísimo señor Presidente ha descubierto que los fieros opositores, Jiménez y Villavicencio, han sido unos sapos expertos en hackeo de correos electrónicos, espías profesionales, que han estado dedicados a husmear en las cuentas del dignísimo y de sus más cercanos colaboradores. Ya quisiera James Bond contar con las habilidades de estos dos espiadores, que más quisiera el  Julián que es huésped ilustre en la Embajada del Ecuador en Londres, tener esas destrezas, porque dicho sea  de paso, él pudo hackear los correos del Mr. Obama, pero del dignísimo eso sí que ha sido una misión imposible. Dicen las buenas lenguas que muy pronto estarán en Ecuador los grandes directores de Hollywod para hacer una nueva versión del super agente 007 con las actuaciones estelares de Jiménez y Villavicencio, pero en calzoncillos. Pero primero, tendrán que ir a la capacha por haber cometido el delito de divulgar documentos interceptados ilegalmente,  sentenció el  Alexis. Mientras tanto,  el dignísimo señor Presidente y la Gabi, ya se ganaron los títulos de personajes de fin de año, de año nuevo, de la década y del siglo, por los siglos de los siglos, amén.

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