Por: Jaime Cedillo Feijóo
¡Qué lindo fin de año que nos brindó el gobierno de la
“revolución ciudadana”¡. Vaya que se mereció un aplauso sonoro, tan ruidoso fue
el aplauso, que seguro llegó, más rápido que la velocidad de la luz, hasta los
oídos de los organismos internacionales defensores de los derechos
humanos. Fue una jugada perfecta,
maestra, de ajedrez, porque esperaron que los contrincantes, o sea los
“opositores políticos”, apenas se duerman, para caerles con todo, o sea, digo,
con hombres armados hasta los dientes, que parecían fantasmagóricos vestidos de
negro con pasamontañas, cosa que los guaguas que dormían plácidamente, junto a
los juguetes que les dejó papá noel, se llevaron el susto de sus vidas, ya no
podrán volver a conciliar el sueño nunca más; con filmadoras y cámaras
fotográficas para que vean que todo se hizo con la “ley” y la pistola en mano,
porque era un caso urgente, urgentísimo, top secret.
El Alexis ordenó así. Los testigos lo pueden testificar en
cualquier corte del mundo, no cierto señores de la Fiscalía y de la Policía,
que no hubo violación a la Constitución ni cosa parecida, que se respetaron los
derechos humanos de las víctimas que vivieron
minutos de terror, incluido, se sobreentiende, los vecinos que
declararon al día siguiente que estaban algo así como conmocionados, llenos de
pánico. Como la cosa era más que
urgente, se dio doble golpe, o sea, doble allanamiento, o triple, porque en el
caso del asambleísta Jiménez, no sólo que allanaron, sin previo aviso, su
residencia temporal en Quito, sino que se dieron el lujo, con el visto bueno de
la Gabi, de ingresar a la Asamblea Nacional y llevarse todo lo que era y lo que
no era de la oficina del Cléver. Suerte
que en ese momento el asambleísta no se encontraba, porque también hubiese sido fotografiado y filmado en paños menores, tal
como le sucedió al ex sindicalista petrolero, a su esposa e hijos. Ahora
resulta, que gracias a la incursión nocturna, de fin de año, en feriado, el dignísimo señor Presidente ha
descubierto que los fieros opositores, Jiménez y Villavicencio, han sido unos
sapos expertos en hackeo de correos electrónicos, espías profesionales, que han
estado dedicados a husmear en las cuentas del dignísimo y de sus más cercanos
colaboradores. Ya quisiera James Bond contar con las habilidades de estos dos
espiadores, que más quisiera el Julián
que es huésped ilustre en la Embajada del Ecuador en Londres, tener esas
destrezas, porque dicho sea de paso, él
pudo hackear los correos del Mr. Obama, pero del dignísimo eso sí que ha sido
una misión imposible. Dicen las buenas lenguas que muy pronto estarán en
Ecuador los grandes directores de Hollywod para hacer una nueva versión del
super agente 007 con las actuaciones estelares de Jiménez y Villavicencio, pero
en calzoncillos. Pero primero, tendrán que ir a la capacha por haber cometido
el delito de divulgar documentos interceptados ilegalmente, sentenció el
Alexis. Mientras tanto, el
dignísimo señor Presidente y la Gabi, ya se ganaron los títulos de personajes
de fin de año, de año nuevo, de la década y del siglo, por los siglos de los
siglos, amén.
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