Carlos Pérez Guartambel es el dirigente indígena más incómodo
para el gobierno. Está en contra del proceso de extractivismo petrolero y
minero. Y dice que Rafael Correa hace un uso folclórico del Sumak Kawsay.
Por: JEAN CANO
El líder de la Ecuarunari tiene 44 años. Esa organización que
tiene como principal objetivo propiciar en la población indígena la toma de
conciencia para una recuperación social, económica y política. Carlos Pérez
Guartambel es quichua cañari. Vive en Cuenca junto con sus hijos. Quedó viudo
hace un año e intenta ser padre y madre a la vez. Llega poco a Quito. Dice que
reparte gotas de tiempo a todos los que reclaman su presencia, en lo político y
lo personal. Y para ese trajín encuentra fortaleza en el recuerdo de su
compañera fallecida.
No lleva la vestimenta propia de los cañaris, no lleva el
pelo largo propio de su cultura. Dice que es fruto de una colonización extrema.
Y lo explica: sus padres, ambos indígenas, no querían que Carlos sea explotado
en las haciendas como ellos. Por eso le obligaban a que no hable en quichua,
que se corte el pelo, no use las prendas típicas. Pero para Pérez eso ahora es
sólo una epidermis. “La esencia se la lleva en el shungo, en la sangre que pasa
por las venas con genes de rebeldía. No de resentimiento social, pero sí de
sentimientos encontrados: frustración y grandeza ancestral, sensibilidad, la
sabiduría de los mayores”.
Él es uno de los más críticos del proceso de extractivismo
que desarrolla el Gobierno nacional, y es uno de los mayores defensores del
agua y de los pueblos ancestrales. Pérez Guartambel es un activador de la
resistencia en el movimiento indígena. Lo hace porque -para él- resistir
pacíficamente significa vivir. En ese sentido no tiene miedo en hablar. En
especial del presidente Rafael Correa y de las confusiones que el Mandatario
pudiera tener acerca de conceptos de la cosmovisión de los pueblos ancestrales,
como por ejemplo del Sumak Kawsay. Aquí un extracto de la entrevista a ese
líder indígena.
Usted ha dicho que el presidente Rafael Correa no entiende al
movimiento indígena pese a que ha estado cerca de los indígenas, habla quichua…
¿Por qué usted considera eso?
Correa debe entender parcialmente lo que por sentido común
podemos comprender lo que es toda la filosofía, todas actividades, toda la
cosmovisión y la cosmovivencia de los pueblos originarios. Pero también una
cosa es haber estado un año con pueblo indígena, que no es suficiente, y otra cosa
es vivir convivir, sentir las necesidades. O dicho de otra manera: otra cosa es
mojarse el poncho. Creo que el gobierno peca en doble línea peca: uno,
entendiendo no comprender, y la otra es comprendiendo no queriendo entender. En
lo que le conviene alaba y pondera al movimiento indígena y en lo que no le
conviene entonces él no solo que disiente sino que ataca persigue, criminaliza
y que busca aniquilar todo connato de resistencia, todo connato de oposición.
Uno de los pilares del gobierno de Corea es el Sumak Kawsay.
Pero usted dice que Correa le da un uso folclórico. ¿Por qué?
El Sumak Kawsay no es vestirse atuendos indígenas o
vestimentas. No es solamente hablar unas cuantas palabras, no sólo es repetir
como lora las palabras Sumak Kawsay o permitir que vengan indígenas a ocupar
cargos públicos de tercer o cuarto nivel. El Sumak Kawsay es difícil explicar
cuando no se vive, cuando no se siente… pero podríamos resumir que es la
convivencia, el respeto profundo que se tiene a los hermanos y hermanas porque
en el género hay que tenerlo muy presente. Si respetamos a la madre, la mujer,
a la hija, hay que respetar más todavía
a la madre naturaleza. Y digo que Correa no quiere entender porque: cómo
es que él predica el Sumak Kawsay y practica el extractivismo... Si hay algo
tan lesivo, grosero, tan duro contra el Sumak Kawsay es la explotación de la
naturaleza, la explotación de las fuentes de vida que son el agua, la tierra,
los territorios, todas estas fuentes de vida, porque ahí estamos prácticamente
haciendo tabla rasa de lo que tenemos y lo que tenemos no es herencia de
nuestros padres sino es prestado de nuestros hijos. Y no entender eso es un
suicidio, significa mirar hasta nuestras narices, pensar solamente en el voto,
en el apoyo coyuntural, pensar en el poder y no mirar en perspectiva. Él no va
a entender, el modelo de país que quiere es el desarrollo, por eso está en
contra del subdesarrollo.
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