martes, 7 de enero de 2014

¿A quiénes imitan y copian?



Por: Antonio Rodríguez Vicéns
¿No cree usted, lector, que quien cita y copia a alguien, salvo que sea para analizar, criticar o discrepar, lo hace por admiración, acuerdo o identificación? El año 2006, para la campaña electoral, nació, como usted conoce, un nuevo movimiento político, la autoproclamada 'revolución ciudadana', que pocos meses después, ya en el ejercicio del poder, demostraría una irrefutable tendencia autoritaria. Uno de sus lemas -"mentes lúcidas, corazones ardientes y manos limpias"-, repetido insistentemente con jactancia y orgullo (¿también con ignorancia?), se grabó en la memoria de los votantes. ¿Este lema -he preguntado antes- es original? No. 

Existe un nada plausible antecedente histórico. A las seis semanas de la revolución bolchevique, Lenin pensó en la necesidad de crear una nueva policía política secreta. Así nació la Comisión Extraordinaria para combatir la Contrarrevolución y el Sabotaje, la Cheká. Félix Dzierzynski, un noble de origen polaco, conocido por su austeridad y su arrogancia, fue el encargado de dirigirla: para integrarla buscaba a hombres de "corazón ardiente, cabeza fría y manos limpias". La frase fue usada también por sus sucesores, Menzhinski y Yagoda. "Menzhinski adoptó el mismo lema que Dzierzynski -y que el joven Guénrij Yagoda-, 'corazón ardiente, cabeza fría y manos limpias', para llevar a cabo una tarea sucia pero vital, prefigurando al propio Himmler…". El 26 de julio de 1953, un grupo de jóvenes cubanos, dirigidos por el doctor Fidel Castro, fracasó rotundamente en el asalto al cuartel Moncada, en Santiago. La represión fue brutal. Castro huyó y se ocultó en la montaña. Fue detenido días más tarde y llevado a la prisión de Boniato. El 16 de octubre, en el juicio, se defendió personalmente y aceptó su responsabilidad en el asalto. En el discurso final, que sirvió de base para la redacción posterior de un folleto ampliamente difundido, dijo: "Condenadme, no importa, la Historia me absolverá". La frase, como en el caso anterior, ¿es original? Creo que no. Conozco otra, muy parecida, que fue pronunciada en circunstancias similares. Veamos. El 9 de noviembre de 1923, en Munich, el cabo Adolf Hitler intentó asaltar el poder. La insurrección fracasó. Hitler se separó "de la masa de partidarios que le defendían con sus cuerpos, huyendo como alocado. Dejó abandonados a los muertos y heridos…" Logró ocultarse en una casa de campo. Fue detenido dos días más tarde y recluido en la fortaleza de Landsberg. En el juicio, que se inició el 24 de febrero de 1924, justificó sus intenciones golpistas y se defendió con ardor. En su intervención final dijo: "Podéis condenarnos mil veces, pero la diosa del tribunal eterno de la Historia sonreirá y romperá en pedazos el expediente del señor fiscal y la sentencia de este tribunal, porque ella nos absuelve". ¿Son , lector, simples coincidencias? ¿Es imitación o es ignorancia histórica?

No hay comentarios:

Publicar un comentario