Por: ADMIN ON JANUARY
En 2009, la Empacadora Grupo Granmar, de propiedad de la
familia Estrada, fue embargada por el Estado, al presumirse su relación con los
exaccionistas de Filanbanco. Una deuda que mantenía con el banco había sido
pagada a otra empresa de los Isaías, en el exterior, lo cual fue reconocido por
el Estado en una reciente resolución y era el pedido que hizo a Pedro Delgado
el fiscal general Galo Chiriboga por medio del chat.
El presidente Rafael Correa ha sido enfático: su primo segundo
y expresidente del Banco Central del Ecuador, actualmente enjuiciado por el
escándalo de su falso título de economista, Pedro Delgado, es un hombre sin
ninguna credibilidad.
Pero, desde Miami, el extitular del Central no se rinde. Como
si jugase un juego de póquer, revela sus cartas bajo la manga y arremete contra
el fiscal general, Galo Chiriboga, quien por medio de mensajes de texto le
pidió que una empresa empacadora de la familia Estrada, Empagran, deje de
constar entre aquellas compañías que -por estar vinculadas con el Filanbanco y
las empresas de los Isaías- aparecían como deudoras del Estado en el caso del
‘vuelto’ a los exaccionistas del desaparecido banco guayaquileño.
La empacadora Grupo Gran Mar (Empagran) es una empresa
administrada por la familia Estrada, que el 29 de septiembre del 2009 fue
incautada por la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD) aplicando una norma
legal según la cual se podía proceder a la incautación de aquellos bienes que,
aunque no estuvieren formalmente a nombre de los exaccionistas de los bancos
quebrados, se pudiera presumir de forma razonable que les pertenecían. Según
dicha norma, no correspondía a la AGD probar la propiedad, sino que en el caso
de que una tercera persona -por ejemplo la familia Estrada- se considerase
perjudicada, debía demostrar de forma documentada que la empresa no era
realmente de los exbanqueros. Con este criterio se incautaron propiedades no
sólo a los Isaías, sino a otros exbanqueros protagonistas de la crisis de 1999,
como Alejandro Peñafiel, Nicolás Landes o Fernando Aspiazu.
La defensa de la empresa alegó que dicha obligación, había
sido pagada en su momento, a otra empresa de propiedad también de los
exaccionistas de Filanbanco, aunque no al banco directamente, por lo cual se le estaba cobrando dos veces.
Así, según la resolución firmada el 29 de septiembre del
2009, se declaró oficialmente que la empresa era realmente propiedad de los
exaccionistas de Filabanco, por lo cual pasó a ser bien del Estado ecuatoriano,
por medio de la AGD. También, se estableció que dicha compañía tenía una deuda
pendiente con el Filanbanco, de poco más de cinco millones de dólares, que
debía ser cobrada.
No obstante, la defensa de la empresa alegó que dicha
obligación, había sido pagada en su momento, a otra empresa de propiedad
también de los exaccionistas de Filanbanco, aunque no al banco
directamente, por lo cual se le estaba
cobrando dos veces.
Acogiendo ese criterio, Katia Torres, la misma funcionaria
que en el 2009 declaró la incautación de Empagran, admitió en una resolución de
julio del 2013, que la empresa había liquidado sus obligaciones, por lo cual no
procedía el cobro de la deuda.
Pero Pedro Delgado, desde Miami, tiene una lectura distinta.
En una carta enviada a los medios de comunicación, el ex titular del Central
afirma que se trata de una maniobra realizada para favorecer a esa empresa. Y
acusa de ella directamente al fiscal general del Estado, Galo Chiriboga.
En su carta, Delgado afirma que los exaccionistas de
Filanbanco pretendieron recuperar parte de los activos de su banco, en forma de
pagarés suscritos por empresas pertenecientes al Grupo Isaías o vinculadas a
éste.
Esta operación financiera se la conoce como ‘el vuelto’. Para
evitarlo, se tomó la decisión de ejecutar dichos pagarés y de esta forma
obtener recursos para pagar a los depostitantes, cosa que, según afirma
Delgado, se hizo recién en el actual Gobierno por expresas instrucciones del
presidente Rafael Correa.
Pero el detalle, según Delgado, es que la resolución de Katia
Torres que libera a Empagran de su deuda confirme legitimidad legal a lo que
-afirma- son los manejos de ciertos banqueros para hacer desaparecer deudas de
sus balances por medio de operaciones de notaría.
Resolución que declara que Empagran no es deudora de
Filabanco, por haber pagado a sus ex accionistas la obligación.
En su criterio, con su resolución, Katia Torres ha vuelto
imposible que se puedan cobrar todos los pagarés de las empresas vinculadas en
el caso del ‘vuelto’, lo cual contraviene las instrucciones del propio
presidente Correa. Según Delgado, esto había sido hecho a espaldas del
presidente Correa, quien no estaría al tanto de las gestiones del fiscal
general Galo Chiriboga, a favor de Empagran.
Las consecuencias de la supuesta gestión del Fiscal General,
en criterio de Pedro Delgado, serían varias, entre ellas, dejar sin validez
legal la declaratoria de ilegalidad que tanto el Servicio de Rentas Internas
cuanto la Ugedep, la entidad sucesora de la AGD, habían realizado de las
operaciones contables de las empresas vinculadas al caso del ‘vuelto’. Así
mismo, precisa Delgado, se podría perjudicar a los trabajadores de Ecudos,
quienes cobraron utilidades amparados en las presunciones legales sobre la
propiedad de esa empresa, y que se podrían ver obligados a devolver el dinero
recibido.
El fiscal general Galo Chiriboga admitió que los chats son
auténticos, pero aseguró que no hubo tráfico de influencias y que Pedro Delgado
nunca dio paso a su pedido a favor de Empagran.
148millones de dólares podría perder el Estado del vuelto de
los Isaias como consecuencia del caso Empagran.
La resolución no sólo beneficiaría a los Isaías, sino a todos
los exbanqueros cuyos bienes fueron incautados por presunción de propiedad,
pues consagraría que sea la Ugedep la que tenga que probar que los bienes les
pertenecían, cuando las normas que se habían aplicado hasta entonces
establecían más bien que si un tercero se consideraba perjudicado por una
incautación debía probar de manera suficiente que los bienes no eran de los
exbanqueros.
Delgado finalizó su misiva desde Miami afirmando que el
perjuicio podría llegar a USD 148 millones sólo en el caso del ‘vuelto’, y que
todos los exbanqueros podrían iniciar acciones administrativas con ese
precedente.
De su lado, el fiscal general Galo Chiriboga admitió la
veracidad de las comunicaciones enviadas por chat a Pedro Delgado, y aseguró
que Empagran es propiedad de una familia muy respetable de Guayaquil, a la cual
se le estaba cobrando dos veces una obligación que sí había pagado. Negó, en todo
caso, que se trate de un caso de tráfico de influencias, pues -según dijo-
durante la gestión de Pedro Delgado no se dió paso a su pedido, aunque esto
ocurrió varios meses después de la caída del extitular del Central por el
escándalo de su título falso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario