Por: Jeanette
Hinostroza
Ningún presidente ha logrado captar tanta atención con sus
discursos como Nicolás Maduro; no por su sabiduría o don de palabra, sino por
los lapsus que tiene cada vez que habla.
Hay analistas que hasta creen que lo hace a propósito, con la intención de convertirse
en un personaje querido por su simpatía y ocurrencias. Dicho en otras
palabras, no pueden creer que una sola
persona cometa tantas torpezas. Apartes
de sus discursos se registran como los más vistos en las redes sociales y
también como los que más risa causan.
Entre sus frases más recordadas está la de la multiplicación
de los penes en vez de los panes; telescopio por estetoscopio; los millones y
millonas; la confusión de las capitales de Suecia y Dinamarca y una de las
últimas cuando prácticamente confesó que “los capitalistas roban y especulan
como nosotros”, frase que logró que millones de personas en el mundo se
pusieran la mano en la frente antes de soltar una interminable carcajada.
A Chávez lo mató el cáncer, Maduro en cambio se aniquilará
solo. Su popularidad sigue cayendo y
sus desaciertos en la conducción del país poco a poco están alejando a los
simpatizantes de la revolución.
La explicación de por qué sigue ganando elecciones está en el
enorme gasto público; la gente todavía
tiene los bolsillos llenos de bonos, subsidios y contratos con el Estado por
eso le siguen dando el voto a la revolución, pero cuando Maduro no está viendo
se ríen de lo que dice y de lo que hace.
Cuando la crisis explote quiero ver cuántos revolucionarios
se quedan de lado de Maduro y cuántos oportunistas salen corriendo para ponerse
el uniforme de quien pueda seguir cumpliendo sus caprichos.
La situación económica de Venezuela es insostenible y el cuento de que la crisis es un invento de
la oposición ya la gente no se lo cree porque la realidad empieza a sentirse en
sus estómagos.
El 2013 la inflación en Venezuela cerrará en un 46% una de
las más altas del mundo, junto a la de Bielorrusia y Sudán del Sur; el dinero
que les regala el gobierno ya no les alcanza para nada y tampoco hay qué comprar pues la escasez de alimentos
ya supera el 24%. El bolívar ya no vale
casi nada y a finales de este año y principios del próximo valdrá menos pues
aunque el gobierno no lo quiere hacer, la situación económica lo obligará a
realizar una nueva mega devaluación que dejará la moneda en soletas. Venezuela se hunde en su propio petróleo, la
crisis se siente como si estuvieran parados en medio de un viscoso pozo de oro
negro y mientas más patalean intentando salir, más se hunden.
Catorce años de revolución bolivariana y resulta que
Venezuela está a punto de la explosión económica y social. En manos de Chávez se veía manejable, pero en
medio de las torpezas y la ineptitud de Maduro el caos es inevitable.
Si lo que quiere Nicolás Maduro es hacerse famoso, lo está
logrando con mucho éxito. Lo que al
parecer no se da cuenta es que no solo
pasará a la historia como el presidente que llevó a la quiebra a Venezuela,
sino como el menos favorecido
intelectualmente hablando.
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