La victoria como desgracia
Las primeras reacciones sobre el triunfo del Sí en la consulta popular tienen discordancias. Unas que llegan, incluso, desde el corazón de Carondelet. Lenín Moreno pide unidad y dice que su gobierno será el de todos. Siempre breve, aseguró que el país requiere unidad. Cero detalles. Lo habitual.
05 de febrero del 2018
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POR: Jean Cano
Periodista de investigación, editor general de la revista Criterios de la Cámara de Comercio de Quito.
El lío evidente es que quienes vienen de la línea dura del correísmo tienen resis-tencia para dar un cambio, con consulta popular y todo".
Luego de la victoria, el primer paso es analizar cómo fue realmente el resultado. Los componentes que hicieron posible un triunfo. Y parece que el Carondelet eso no sucede.
Las primeras reacciones sobre el triunfo del Sí en la consulta popular tienen discordancias. Unas que llegan, incluso, desde el corazón de Carondelet. Lenín Moreno pide unidad y dice que su gobierno será el de todos. Siempre breve, aseguró que el país requiere unidad. Cero detalles. Lo habitual.
Pero la vicepresidenta Alejandra Vicuña, la canciller María Fernanda Espinosa y la ministra de Justicia, Rosana Alvarado, han ofrecido declaraciones, luego de conocer los resultados de la consulta, que no hay que pasarlas por alto.
En resumen, las tres han defendido el proyecto de izquierda, los logros de la revolución ciudadana, el partido Alianza PAIS porque han ganado una vez más, regresar a quienes se fueron de esa tienda política para que sean parte de la ‘refundación’, y han descartado las propuesta económicas que vengan de una parte de la sociedad civil. En especial de las cámaras, aunque sin especificar cuáles… las de comercio, las de industrias, las de pesca, las de minería…. La línea está trazada, han dicho, y hay que seguir.
Las tres, eran y son pilares fundamentales para el gobierno de Rafael Correa y de Lenín Moreno. Es probable que busquen apropiarse del triunfo del sí y lo lleven a PAIS. Pero sí es seguro que no quieren ver cómo es el resultado.
Un triunfo del Sí que indudablemente fue empujado por la oposición, que no logró unirse para escoger un solo candidato, pero pudo cerrar filas para obstaculizar una nueva Presidencia de Correa (no impedir, porque en política no hay muertos… hay resucitados).
Las primeras reacciones de las tres mujeres demuestran que Moreno tendrá un serio problema al interior de su partido y su gobierno, uno más, y que deberá superarlo con rapidez. El lío evidente es que quienes vienen de la línea dura del correísmo tienen resistencia para dar un cambio, con consulta popular y todo.
Mientras más se demore Moreno en solucionar la nueva revuelta de ‘los y las rebeldes’… la victoria podrá convertirse en una desgracia. Mientras más esfuerzo necesiten los miembros del gobierno para abrirse al cambio político (como para la renovación temporal del Consejo de Participación y lo que pueda hacer esa entidad); o, incluso, para que acepten que la oposición, la centro derecha, la centro izquierda, ayudaron al Gobierno; o para que entiendan que los nueve correístas duros que quedan en el Gabinete están en la mira de quienes apoyaron al sí y sus actuaciones son medidas con regla…. Mientras más esfuerzo necesiten para entender eso, demorarán los anhelados cambios luego de la consulta y el desgaste de Moreno no lo detendrá nadie.
Llegaría la desgracia. Ya se escucha en la calle y en pasillos que si no se hacen los cambios “habrá que botarlo” o que “tendrá que adelantar elecciones presidenciales”.
Del otro lado, los líderes de la oposición ya se han pronunciado. Ellos empujarán el cambio que se decidió en las urnas… pero también de los pendientes. Al menos están animados en no permitir que todo esto, la consulta, la unidad, el cambio… quede en una cursilería más de la política ecuatoriana.
Guillermo Lasso y Jaime Nebot piden decisiones firmes para fomentar el empleo, la salud, la educación. Paco Moncayo ha recordado, en varias exposiciones, que están pendientes de revisión la conformación de los directorios de las empresas públicas, la vigencia de Ley de Comunicación, las leyes que afectan la igualdad para elecciones.
Ellos, los opositores, también deben dar celeridad a sus acciones. ¿Ya es tiempo de que se sienten, dialoguen y acuerden? ¿O, ya sin Correa en el futuro próximo, volvemos a la ley del hielo entre quienes aparentemente buscan un cambio real en el Ecuador? Para ellos también puede venir la desgracia de una victoria.
Las primeras reacciones sobre el triunfo del Sí en la consulta popular tienen discordancias. Unas que llegan, incluso, desde el corazón de Carondelet. Lenín Moreno pide unidad y dice que su gobierno será el de todos. Siempre breve, aseguró que el país requiere unidad. Cero detalles. Lo habitual.
Pero la vicepresidenta Alejandra Vicuña, la canciller María Fernanda Espinosa y la ministra de Justicia, Rosana Alvarado, han ofrecido declaraciones, luego de conocer los resultados de la consulta, que no hay que pasarlas por alto.
En resumen, las tres han defendido el proyecto de izquierda, los logros de la revolución ciudadana, el partido Alianza PAIS porque han ganado una vez más, regresar a quienes se fueron de esa tienda política para que sean parte de la ‘refundación’, y han descartado las propuesta económicas que vengan de una parte de la sociedad civil. En especial de las cámaras, aunque sin especificar cuáles… las de comercio, las de industrias, las de pesca, las de minería…. La línea está trazada, han dicho, y hay que seguir.
Las tres, eran y son pilares fundamentales para el gobierno de Rafael Correa y de Lenín Moreno. Es probable que busquen apropiarse del triunfo del sí y lo lleven a PAIS. Pero sí es seguro que no quieren ver cómo es el resultado.
Un triunfo del Sí que indudablemente fue empujado por la oposición, que no logró unirse para escoger un solo candidato, pero pudo cerrar filas para obstaculizar una nueva Presidencia de Correa (no impedir, porque en política no hay muertos… hay resucitados).
Las primeras reacciones de las tres mujeres demuestran que Moreno tendrá un serio problema al interior de su partido y su gobierno, uno más, y que deberá superarlo con rapidez. El lío evidente es que quienes vienen de la línea dura del correísmo tienen resistencia para dar un cambio, con consulta popular y todo.
Mientras más se demore Moreno en solucionar la nueva revuelta de ‘los y las rebeldes’… la victoria podrá convertirse en una desgracia. Mientras más esfuerzo necesiten los miembros del gobierno para abrirse al cambio político (como para la renovación temporal del Consejo de Participación y lo que pueda hacer esa entidad); o, incluso, para que acepten que la oposición, la centro derecha, la centro izquierda, ayudaron al Gobierno; o para que entiendan que los nueve correístas duros que quedan en el Gabinete están en la mira de quienes apoyaron al sí y sus actuaciones son medidas con regla…. Mientras más esfuerzo necesiten para entender eso, demorarán los anhelados cambios luego de la consulta y el desgaste de Moreno no lo detendrá nadie.
Llegaría la desgracia. Ya se escucha en la calle y en pasillos que si no se hacen los cambios “habrá que botarlo” o que “tendrá que adelantar elecciones presidenciales”.
Del otro lado, los líderes de la oposición ya se han pronunciado. Ellos empujarán el cambio que se decidió en las urnas… pero también de los pendientes. Al menos están animados en no permitir que todo esto, la consulta, la unidad, el cambio… quede en una cursilería más de la política ecuatoriana.
Guillermo Lasso y Jaime Nebot piden decisiones firmes para fomentar el empleo, la salud, la educación. Paco Moncayo ha recordado, en varias exposiciones, que están pendientes de revisión la conformación de los directorios de las empresas públicas, la vigencia de Ley de Comunicación, las leyes que afectan la igualdad para elecciones.
Ellos, los opositores, también deben dar celeridad a sus acciones. ¿Ya es tiempo de que se sienten, dialoguen y acuerden? ¿O, ya sin Correa en el futuro próximo, volvemos a la ley del hielo entre quienes aparentemente buscan un cambio real en el Ecuador? Para ellos también puede venir la desgracia de una victoria.
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