¿Vicuña decide la posición frente a Maduro en la cumbre?
La vicepresidenta María Alejandra Vicuña ha decidido presentarse, de la noche a la mañana, como timonel y portavoz de la política exterior ecuatoriana.
Precisamente cuando la canciller María Fernanda Espinosa había anunciado un período de silencio oficial sobre la posición ecuatoriana frente a la reacción continental frente al gobierno de Nicolás Maduro mientras se hacen “consultas internas”, aparece Vicuña muy segura y categórica para decir en medios internacionales que el presidente Lenín Moreno es partidario de que Maduro esté presente en la Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en Lima entre el 12 y el 13 de abril.
“Nosotros no hacemos protestas ni presionamos a los países, pero nuestra postura está clara al respecto del derecho internacional, el presidente Lenín Moreno ha dejado claro que definitivamente en una Cumbre de las Américas deben participar todos los países”, ha dicho Vicuña en una entrevista que le hizo la agencia EFE en la ciudad de Washington donde está Vicuña particando en unas reuniones de la Organización de Estados Americanos, OEA. ¿Quién le autorizó a Vicuña a hablar a nombre de Moreno sobre la posición ecuatoriana frente al conflicto venezolano? En la Presidencia nadie quiere hablar sobre el tema ni ha habido un pronunciamiento apoyando o desautorizando a Vicuña mientras que en la Cancillería no se sabe nada. “De lo que sé, la Vicepresidenta actúa con criterios propios”, fue la lacónica respuesta que un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores dio a 4Pelagatos. Todo hace pensar que, en efecto, Vicuña habló por sí misma sin haber coordinado antes de hablar en absoluto ni con la Cancillería ni con la Presidencia de la República. Al menos esa confirmación oficial no existe.
El problema con el hecho de que Vicuña haga un pronunciamiento sobre ese tema radica en que simplemente no puede hacerlo: ella resulta ser la Vicepresidenta de la República y sus declaraciones involucran al gobierno y a la imagen del país. Si bien es cierto que lo dicho por Vicuña a EFE coincide con lo que Moreno y la canciller Espinosa han sostenido sobre la no injerencia en temas de otros países, en este caso está en juego la posición del Ecuador sobre el pedido de casi todos los países del continente para que Maduro no asista a la Cumbre de las Américas. El riesgo con declaraciones como las de Vicuña radica en que si Moreno toma una posición distinta a la que ella anunció en Washington la estará desautorizando, y si coincide con ella muchos podrán pensar que fue Vicuña la que lo condicionó. En otras palabras, la política exterior del país y en especial la posición sobre el tema venezolano está evidentemente al garete; es decir sin control ni posición oficial ya que la Canciller dijo en Pereira que cuando hubiera una, su dependencia la anunciaría.
Vicuña, además, aparece en el peor momento posible con su anticuado discurso sobre la no injerencia en asuntos de otros países, aún cuando esos temas están relacionados con el respeto a los derechos humanos que el Ecuador se ha comprometido a respetar en instrumentos internacionales que están por encima de las constituciones nacionales. La crisis humanitaria que se vive en Venezuela y que se hace evidente en las calles y plazas de prácticamente todo el continente, hace que la doctrina que Vicuña dice abrazar sea insostenible e impresentable. “Los procesos que se están llevando a cabo en Venezuela deberán decidirlos los venezolanos, seremos muy respetuosos en ese sentido”, sostuvo Vicuña echando por el caño todo sentido de solidaridad y compromiso con los derechos humanos de los venezolanos y dejando en claro que no importa lo que el gobierno de Maduro haga en contra de sus ciudadanos que el Ecuador va a cruzarse de brazos en la más absoluta indiferencia.
Además, con su declaración, ahora en condición de Vicepresidenta, Vicuña no hace sino confirmar la siniestra imagen de chavista-madurista que se la ha forjado con declaraciones en medios y en redes sociales, durante los 10 años del correato del que ella fue incondicional defensora. Es notorio, por ejemplo, la abominación que ha generado en redes sociales un video que circula en redes sociales donde ella se declara admiradora del proceso venezolano.
La vicepresidenta Vicuña, es evidente, actuá en Washington como si fuera una legisladora o una activista cualquiera dando declaraciones a medios a la salida de la Asamblea o de su casa. Vicuña aparentemente no entiende que forma parte de un gobierno en el que se supone que Lenín Moreno es el responsable de la política exterior y que no puede, peor aún en las actuales circunstancias, andar por el mundo diciendo las cosas que ella pudiera decir a los militantes de su partido. La declaración libre y soberana de Vicuña, además, deja al desnudo la falta de coordinación y seguimiento sobre la política exterior del Ecuador.
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