¿Hubo golpe de Estado?
El Gobierno ha intentado, durante las últimas horas, proyectar la idea de que lo que ocurrió hoy en el país fue un golpe de Estado. Este intento se hizo más patente desde que se declaró el llamado estado de excepción y la televisión del Gobierno pasó a monopolizar la información televisada gracias a una cadena de radio y televisión.
Pero en ¿en verdad hubo un golpe de Estado en el Ecuador?
Pero en ¿en verdad hubo un golpe de Estado en el Ecuador?
Yo supongo que para hablar de un golpe de Estado debe haber habido, al menos, el intento manifiesto de derrocar al Presidente para reemplazarlo por alguien. Y en el caso ocurrido este día lo único que hubo fue un deplorable e injustificable acto de insubordinación de los policías que se sentían, justa o injustamente, afectados en sus derechos. Pero la intención de derrocar al Presidente no se expresó en ningún momento y lo máximo que hubo fue la retención de Correa en el hospital de la Policía, a donde llegó por un desatinado acto de imprudencia .
Además, no hay que dejar de tomar en cuenta que el presidente Correa nunca dejó de gobernar. Sí, desde el interior del hospital de la Policía donde estaba, según él secuestrado, el Presidente siguió dando órdenes y gobernando al país. Además, nadie se lo impidió.
En verdad, el Gobierno está intentando esconder bajo la figura del golpe de Estado, las consecuencias de un manejo muy particular del poder. La prepotencia y el abuso del poder en la forma de aprobar leyes, sin tomar en cuenta las observaciones de la oposición y de grupos posiblemente afectados han terminado por explotar por el lado menos pensado. Es ese estilo de administración del poder lo que ha terminado por explotar. Lo que sucedió con la Policía, si bien es absolutamente intolerable y reprochable, fue la consecuencia nada esperada de esa forma de manejar al país.
Ahora, bajo el paraguas del estado de excepción el Gobierno ha logrado cumplir con uno de sus más caros sueños: manejar a su completa libertad la información, por lo pronto la televisada.
Además, no hay que dejar de tomar en cuenta que el presidente Correa nunca dejó de gobernar. Sí, desde el interior del hospital de la Policía donde estaba, según él secuestrado, el Presidente siguió dando órdenes y gobernando al país. Además, nadie se lo impidió.
En verdad, el Gobierno está intentando esconder bajo la figura del golpe de Estado, las consecuencias de un manejo muy particular del poder. La prepotencia y el abuso del poder en la forma de aprobar leyes, sin tomar en cuenta las observaciones de la oposición y de grupos posiblemente afectados han terminado por explotar por el lado menos pensado. Es ese estilo de administración del poder lo que ha terminado por explotar. Lo que sucedió con la Policía, si bien es absolutamente intolerable y reprochable, fue la consecuencia nada esperada de esa forma de manejar al país.
Ahora, bajo el paraguas del estado de excepción el Gobierno ha logrado cumplir con uno de sus más caros sueños: manejar a su completa libertad la información, por lo pronto la televisada.
Publicado el 30 de septiembre aproximadamente a las 16:00 del 2010 en el blog “Desde la tranquera” de El Comercio
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