martes, 6 de febrero de 2018

El presidente y la primera jugada del ajedrez

  en Columnistas/Las Ideas  por 
Una vez que los resultados de la consulta popular son irreversibles, al Presidente Moreno no le resta otra alternativa sino gobernar. Atrás ha quedado el tira y afloja con Rafael Correa y sus aliados. Atrás ha quedado la sorpresa de la mesa no servida (para los que creen que la sorpresa es real). Es el momento en el que Presidente Moreno debe decidir con quien va a gobernar por los tres años y un poco más que le restan a su mandato. Esa es una decisión clave, la primera jugada del ajedrez político recién inaugurado, y la que puede definir en buena medida el futuro del gobierno del Presidente Moreno. Como bien plantean los cánones del ajedrez, quien arranca la partida suele tener algunas ventajas. Este primer movimiento del tablero político puede significar, por tanto, el inicio de un proceso de transición democrática que culmine en 2021 o, por el contrario, la puerta de entrada a un escenario de fricciones y disputas que se sabe cómo empiezan pero nunca cómo terminan.
La primera opción del Presidente Moreno es asumir los resultados de la consulta como una apuesta ciudadana a la idea, ya mencionada por él mismo en varias ocasiones, de volver a los orígenes de la Revolución Ciudadana. Dicha lectura implicaría, por tanto, afianzar al ala más izquierdista de Alianza País, acercarse a los movimientos sociales más radicales y, finalmente, tender puentes con sectores minoritarios de la Asamblea Nacional e incluso con la facción más cercana a Rafael Correa.
Esta decisión ofrece ventajas puntuales: la agenda legislativa del gobierno podría aprobarse con relativa fluidez, la conflictividad se mantendría en un punto óptimo y la oposición política se ubicaría nuevamente en la centro-derecha del espectro ideológico nacional (colocar como opositor a Rafael Correa no parece generar los mejores réditos al gobierno). La desventaja más importante de este movimiento estaría en la dificultad de aprobar un programa económico pragmático y aperturista. Si el Presidente Moreno se decide a gobernar con la coalición descrita las medidas económicas no pasarán de lo coyuntural y el país deberá esperar al menos hasta el 2021 para observar una reactivación clara del aparato productivo.
La segunda opción del Presidente Moreno es asumir que una proporción considerable del Sí corresponde a quienes votaron por Guillermo Lasso en el último proceso electoral. Como respuesta, el gobierno debería asumir una posición más orientada hacia el centro de la arena política. Si esta es la decisión del Presidente Moreno entonces la tarea está en promover un cambio urgente en su gabinete ministerial (sobre todo en las secretarías que más tensiones generan entre la opinión pública: Economía y Relaciones Exteriores), buscar aliados entre las agrupaciones políticas y sociales más moderadas y, finalmente, redistribuir en poder al interior de Alianza País de forma tal que las ganancias sean compartidas. Para viabilizar este escenario el apoyo de Gustavo Larrea es clave.
La ventaja esencial de este movimiento está en que el gobierno podría elaborar un programa integral de reformas económicas que si bien tendría impactos negativos en ciertos sectores, el apoyo de otros actores con recursos de diferente naturaleza le permitirá menguar la conflictividad que de allí se derive. Además, cuando la relación entre economía y política se estabilice, el Presidente Moreno podría sentar las bases para una transición ordenada hacia el 2021. En cuanto a los costos de esta jugada, el primero estaría en las dificultades para generar mayorías estables en la legislatura y, desde luego, en el hecho de que el eje de la oposición seguiría siendo Rafael Correa. No obstante, nuevos aires en el Consejo de la Judicatura podrían debilitar la presencia de su principal opositor (a propósito de la pregunta No 1 de la consulta popular).
Si el Presidente Moreno opta por la primera jugada tendrá menos preocupaciones en lo político aunque a costa de que la economía continúe a la deriva. Si el Presidente Moreno recurre a la segunda jugada tendrá que apagar fuegos en lo político, en el corto plazo, pero a cambio de que los resultados en lo económico, en el mediano plazo, estabilicen su gobierno y la posibilidad de ser reconocido como quien sentó las bases para un nuevo sistema político en la próxima contienda presidencial (incluso con su propia candidatura). Visto desde afuera, la segunda opción genera mayores réditos que la primera. No obstante, para ello se requiere un Presidente decidido a ganar la partida y no solamente a salir tablas.
En el escenario político nacional del momento, usted Sr. Presidente, tiene el derecho a la primera jugada. Al igual que en el ajedrez, si el movimiento inicial es estratégico y calculado, las estadísticas señalan que es más probable que usted termine ganando la partida.

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