martes, 8 de mayo de 2018

Jalkh armó una Corte amañada y a la medida

  en La Info  por 
El Ecuador tiene una Corte Nacional de Justicia conformada de forma amañada e integrada por jueces que no son precisamente los mejores  y más capaces jurisconsultos del país.  Y toda la responsabilidad de aquello la tiene el Consejo de la Judicatura de Gustavo Jalkh  y el aparato institucional montado por el correísmo desde la consulta popular del 2011. 
La falta de legitimidad de la Corte Nacional se debe a que la renovación de siete de sus miembros, en octubre del 2017, estuvo salpicada de hechos que prueban que fue amañada. La ausencia de calidad, por su lado, se explica en forma sencilla: el sistema institucional que montó el Consejo de la Judicatura facilita que los jueces designados entre los más importantes del país no sean los jurisconsultos más destacados y notables. Son aquellos que con disciplina y obediencia han trabajado para el Consejo de la Judicatura; un organismo leal al ex presidente Rafael Correa.
Esto lo afirma un informe hecho por el experto peruano Luis Pásara para la Fundación del Debido Proceso. El informe, publicado la semana pasada, establece que la renovación de siete jueces y conjueces de la Corte Nacional, que antes del correísmo se llamaba Corte Suprema de Justicia, está plagada de dudas y zonas grises que hacen pensar que se trata de un proceso viciado.
El informe señala el sistema de recalificaciones de las pruebas que hace que, como por arte de magia, postulantes que sacaron bajas calificaciones en la primera prueba, alcancen los puntos que necesitaban para ser designados. Se incluye el caso de un postulante que en la recalificación recuperó más de trece puntos y fue escogido. Pásara ha puesto atención también al caso de Édgar Wilfrido Flores Miel quien, a la postre, fue el juez que enjuició y sentenció al ex vicepresidente Jorge Glas. “Debe deducirse que (Flores) estuvo entre los designados gracias a una recalificación que le permitió elevar su puntuación total de 91 a 98”, dice el informe.  Al comentar la entrevista que el comité de selección hizo a Flores, el informe de Pásara recalca algo que es muy llamativo por tratarse de un tema que cualquier juez medianamente informado debería saber:  “(Flores) pareció ignorar que el Pacto de San José es otra manera de referirse a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, cuando aludió a uno y otra como si fueron convenciones diferentes”.
Pásara tiene ciertas dudas sobre los resultados. “Llama la atención que, entre los trece postulantes mejor puntuados en las calificaciones finales, cinco aparezcan con la calificación máxima en esta prueba, 35 puntos, lo que equivale a sostener que no cometieron un solo error”. Y hace notar que en las preguntas se hagan algunas que no tienen relación con la especialidad de cada uno de los postulantes. “Se puede suponer que el postulante, en efecto, tenía un conocimiento extraordinario e inusual del derecho o que las preguntas, que debieron ser aleatoriamente seleccionadas, coincidieron en una alta proporción con la especialización del postulante”.
También está el hecho de que, por la forma en que está planteado el proceso de selección, y, sobre todo por el desprestigio del mismo, el 100% de los postulantes son siempre empleados judiciales y casi nunca jurisconsultos o abogados de renombre. Así el resultado fue que los miembros de la Corte Superior siempre serán personas que han estado dentro del aparato judicial controlado por el Consejo de la Judicatura y nunca por personas que han pertenecido a otras ramas del derecho. Pásara sostiene que los designados han sido “todos jueces o conjueces en funciones, lo que significa que habían sido previamente designados para otro cargo por este mismo Consejo de la Judicatura. Este hecho revela una opción silenciosa: que el sistema de justicia se reproduzca, no que se renueve con gentes de afuera”.
El informe de Pásara también observa cómo la calidad de los integrantes de la Corte Superior se ve sacrificada por factores propios del sistema de selección. Por ejemplo, está el tema del desprestigio del Consejo de la Judicatura. De una entrevista que la Fundación para el Debido Proceso hizo a jurisconsultos ecuatorianos se desprende que ningún abogado de prestigio o académico de peso se presentó para los concursos. “Los abogados destacados no postulan. Mucha gente no se arriesga, debido al desprestigio de la Corte y debido al Consejo. No cree que vale la pena para su carrera. El proceso está deslegitimado porque lo hace el Consejo”, dijo por ejemplo el profesor Agustín Grijalva, mientras que el decano de Derecho de la USFQ, Farith Simon, dijo que “los mejores no postulan porque no se prestan a concursos amañados”. 
El tema de la llamada “paridad de género” también tiene sus problemas al momento conformar una Corte Nacional de Justicia de calidad. En el informe se dice que de las cuatro mujeres que fueron designadas, apenas una ganó los puntos necesarios mientras las otras tres fueron elegidas gracias a que desplazaron a hombres que tenían el mismo puntaje a pesar de que las mujeres, por la norma de acción afirmativa, ya tenían un punto de ventaja simplemente por ser mujeres. “Sandra Cordero Gárate fue preferida a Wilman Terán quien tenía igual puntaje; Katerine Muñoz Subía y María Heredia Yerovi fueron designadas mediante la postergación de dos postulantes hombres que tuvieron mejor puntaje. Yerovi fue designada jueza de la Corte Nacional habiendo obtenido 89,5 % puntos en el concurso y logrado ser recalificada con 92,5%”.
El problema de tener una Corte Nacional sin legitimidad por las dudas en las designaciones ni peso doctrinario por la calidad de sus miembros no solo evidencia en las observaciones del informe de Pásara. 4Pelagatos conoció denuncias presentadas al Consejo de Participación Transitorio sobre la renovación de la Corte Superior que coinciden, en términos generales, con el informe del especialista peruano. Por ejemplo, hay  la denuncia sobre el caso de una jueza que, tras el fallecimiento del juez Vicente Robalino, fue nombrada por la presidenta de la Corte sin haber participado en ninguno de los concursos del Consejo de la Judicatura.
Asimismo hay denuncias que apuntan a que el tema de “paridad de género” no siempre es aplicado. Una jueza, a quien le correspondía reemplazar por ser mujer a Sandra Catalina Cordero Gárate, no aceptó el cargo de jueza de la Corte Nacional y fue reemplazada por Rómulo Darío Velasteguí Enríquez. Es decir, el principio de “paridad de género” se aplica en función de los intereses de quienes hacen la selección final.
Al experto peruano también le llama la atención que a pesar de todas las denuncias que se han presentado en contra del Consejo de la Judicatura, la Asamblea ni el Ejecutivo hayan hecho algo para parar el concurso y la renovación. Se pidió que se suspenda el concurso pero “Moreno hizo un gesto de respaldo al cuestionado presidente del Consejo de la Judicatura, Gustavo Jalkh” dice y cita al presidente Moreno cuando dijo a Jalkh: “Todos los que te conocemos sabemos de tu integridad, de la forma como manejas las cosas, con eficiencia y eficacia”. 
Este es el segundo informe elaborado por Pásara. En el del 2014, hecho también para la Fundación para el Debido Proceso, criticaba duramente al proceso de transformación de la justicia dirigido por Jalkh. En ese informe dijo que el sistema judicial ecuatoriano había sido reformulado con el fin de servir los intereses del gobierno de Rafael Correa. “Correa quiso tomarse la justicia, Jalkh lo ayudó”, dijo más tarde en una entrevista con 4Pelagatos. En su segundo informe parece indicar que Correa quiso dejar una Corte Nacional de Justicia que le cubra sus espaldas, una vez fuera del poder. Si en el primero no se equivocó, no parece haberlo hecho en el segundo.
Ahora Jalkh deberá defenderse en el jucio político que fue aprobado hoy por el Consejo de Administración Legislativo con cuatro votos a favor y dos abstenciones. El legislador Esteban Bernal de CREO lo presentó y en él lo acusa de haber manipulado la administración de justicia para beneficio de los intereses de Rafael Correa. La permanencia de Jalkh al frente del Consejo de la Judicatura debe ser uno de los temas que, con mayor fuerza, defenderá el correísmo radical. Pero su reinado parece haber llegado a su fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario