Durán Barba, de la gloria al fracaso en Argentina en un santiamén
Hasta hace poco días que se separó del gobierno de Mauricio Macri y abandonó Argentina con rumbo a México, Jaime Durán Barba era considerado como uno de los hombres más poderosos de ese país. Para muchos sectores de opinión, este consultor político ecuatoriano llegó a convertirse en una suerte de Rasputín moderno que estaba tras todas las decisiones que tomaba el presidente argentino. El poder tras el poder, se decía.
A esa cumbre de poder y gloria había llegado por atribuírsele la receta que permitió a Macri ganar en las últimas elecciones y romper con la hegemonía del peronismo kirchnerista. Luego del triunfo de Macri, Durán Barba fue consolidándose como su asesor de cabecera y a influir ya no solo en asuntos políticos sino en temas como la comunicación e incluso en la política económica. Era tal la fama que tenía de ser el fact totum en Argentina, que en marzo del 2018, el diario español ABC afirmaba que al ecuatoriano se lo conoce como el “gurú” de Macri y que “los más altos funcionarios del gobierno saben a la perfección que un pulgar hacia abajo de Jaime Durán Barba pone en riesgo la continuidad de sus puestos de trabajo”. Por ello, decía ABC, “es un personaje tan amado como odiado dentro del mismo macrismo”.
Si se observa lo que la prensa argentina ha publicado en los últimos años sobre este estratega ecuatoriano no hay dónde perderse: se trata de uno de los personaje más protagónicos de la vida política de Argentina durante los últimos años. Su celebridad llegó a tal punto que en Clarín se publicó la crónica de una conferencia que el ecuatoriano había dado a políticos y diplomáticos con el artículo de “Pequeño Durán Barba Ilustrado para políticos y embajadores”, en referencia al legendario Pequeño Larousse Ilustrado.
¿Qué hizo que ese poder y gloria haya llegado a tan abupto fin? Sencillo: Durán Barba está asociado al mal manejo de la comunicación y de la política económica implementada por Macri durante sus dos primeros años, que desembocó en la crisis económica que estalló hace dos semanas. El salto del dólar a casi 24 pesos que se devaluó en 4%, la pérdida de reservas del Banco Central, la inflación que no cede y el enorme interrogante que abre la negociación por un crédito del Fondo Monetario Internacional puso a la Argentina en un estado de incertidumbre impensado para el Gobierno hace algunos meses, cuando la imagen de Mauricio Macri superaba los 65 puntos y la oposición admitía, fuera de micrófono, que sus planes estaban orientados más a 2023 que a 2019.
La razón parecía obvia: Durán Barba es considerado como el arquitecto de la posición poco confrontativa que Macri ha mantenido con el kirchnerismo y como el apóstol del gradualismo económico que, ahora se piensa, ha sido la causa de que no se pudo cerrar la brecha fiscal heredada del gobierno de Cristina Kirchner. De hecho, el ecuatoriano fue ubicado en el centro del debate entre partidarios del gradualismo y del ajuste de shock que se disparó cuando Macri llegó al poder. Esto se puede ver en algunos videoscolgados en Youtube y en decenas de notas de prensa publicadas desde hace un año. “El gradualismo es parte del ADN de la nueva sociedad. El ajuste es una superstición de economistas locos. Todo es gradualista y es efímero. Hay que negociar permanentemente. Nadie es dueño de la verdad”, dijo en una conferencia a políticos y embajadores según lo recoje Clarín.
Ahora Durán Barba es visto como el villano que a través de sus consejos políticos no permitió que se cortara drásticamente el gasto fiscal y como el culpable de que que Macri hubiera perdido los dos primeros años de su mandato sin ser capaz de establecer las responsabilidades de la oposición. Por eso, su salida del gobierno registrada entre otros medios por Infobae el 16 de mayo, es atribuida al golpe de timón que ha tomado el gobierno de Macri, agobiado por su incapacidad de acabar con el déficit fiscal que ha colocado a Argentina en la necesidad urgente de pedir un rescate económico al FMI.
En redes sociales se dice que Durán Barba ha viajado a México para trabajar en una campaña para evitar que López Obrador gane las elecciones y cuyo mensaje es acusarlo de que con él México será una nueva Venezuela.
El fin del ciclo de gloria de Durán Barba no solo se evidenció en la salida del equipo de gobierno sino también en las declaraciones políticas que se hicieron durante esos días. Entre esas, la que más destacó está la que dio la diputada Elisa Carrió, aliada del gobierno y una de las políticas más importantes y de mayor credibilidad actualmente en la Argentina, que sostuvo que estaba harta del “teñido” como lo llama al ecuatoriano por tener fama de pintarse el cabello. “Mátenlo, tienen mi aval”, dijo Carrió en tono sarcástico a un medio asegurando que estaba “harta” de la estrategia de comunicación de Durán Barba. “Este hombre ordena no comunicar. ‘Cambiemos’ (así se llama su movimiento) ganó para explicar a la sociedad las decisiones que se toman como Gobierno, no para decir que está todo lindo”, agregó Carrió luego en Twitter. Poco después de las declaraciones de Carrió aparecieron las del ministro del Interior, Rogelio Frigerio que salió a dar la espalda a Durán Barba. “Se le da más significación a su rol del que realmente tiene. Yo no veo en su gestión, sí lo veo asesorándonos en los procesos electorales”, dijo el ministro durante una entrevista de televisión.
El mea culpa más dramático sobre la influencia comunicacional de Durán Barba en las decisiones del gobierno fue el que hizo el propio Macri el miércoles 16 de marzo durante una rueda de prensa. Ahí, el presidente reconoció que habían tenido una aproximación muy optimista a la situación en la que recibieron al país. “Pusimos metas demasiados optimistas”, dijo antes de anunciar que los esfuerzos para bajar la inflación iban a ser encargados al Banco Central, cuyo protagonismo en el manejo económico había sido relegado por el gabinete del presidente.
En esa misma rueda de prensa, según el portal Infobae, el presidente confesó que uno de sus errores había sido no haber hecho, en su momento, “el diagnóstico duro”, de lo que realmente ocurría en la economía del país. “Una puja interna que sobrevoló en los primeros meses del mandato y que tuvo en uno de esos bandos al asesor Jaime Durán Barba, que dejó el país el último fin de semana”, decía Infobae en su reseña de aquella rueda de prensa de Macri.
El hecho que Macri haya decidido entregar al Banco Central la tarea de combatir la inflación hizo que se trajera a colación en redes sociales una anécdota referida a Durán Barba que contó, en el 2015, el actual presidente de ese banco, Federico Sturzenegger. Resulta que este economista, mucho más ortodoxo y enemigo de las emisiones inorgánicas de dinero, dijo en una charla en la Universidad de Columbia en los EEUU cuáles habían sido los consejos que Durán Barba le dio antes de presentarse en un debate durante la campaña que lo llevó a la Cámara de Diputados.
“No proponer, no explicar, no atacar, no defenderse”: esas fueron las recomendaciones de Durán Barba como se ve en el video que circula nuevamente en redes sociales y que retrata, para muchos, la concepción de la política que tiene el ecuatoriano. Una visión ha llevado, dicen muchos, al gobierno de Macri a la desesperada situación en la que se halla.
La más reciente crisis económica argentina ha hecho que se articule un nuevo escenario político, en el cual Macri necesita poner sus ojos en las bases políticas de su Partido Radical que se hallaban resentidas porque sentían que no los tomaba en cuenta. El periodista de Clarín, Marcelo Hugo Helfgot, en una nota del 16 de mayo dice que Macri requiere respaldarse en los únicos aliados que combinan presencia parlamentaria (41 diputados, 13 senadores) y territorial (3 gobernadores, más de 500 intendentes) más que en los consejo del ecuatoriano. “Cuando las papas queman se necesita más partido y menos Durán Barba, se jactan en la trastienda radical”, dice Helfgot en su nota.
El 10 de mayo, asimismo, el columnista de El Cronista, Germán Fermo, decía que con el nuevo plan económico se vuelve imprescindible apoyar a Macri a quien le aconsejaba así al final de su texto: “Olvídese de lo políticamente correcto, enfrente a los argentinos y dígales que el ajuste es, a esta altura, inevitable. Deje de escuchar a Durán e inspírese en Churchill”.
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