domingo, 13 de mayo de 2018

Ministros a la carta



Gerardo Maldonado Zeas
Por AGN -12 mayo, 20189
Al pedir la renuncia a todos sus ministros Lenín piensa que se dará un baño de tranquilidad. Quienes han hecho una pésima gestión, no han aparecido o simplemente se han pasado en el carrusel de la propia espera motivada por el presidente, sin ser proactivos ni innovadores para cambiar al país, de seguro estarán preocupados. El Presidente tiene la oportunidad histórica de “descorreisar” su gabinete y armar un equipo de consenso con los ecuatorianos más prominentes. Es fácil saber quienes deberían irse; para algunos analistas la limpieza debería ser total, pero aquí revisemos estos dos perfiles.
La de la ministra de Justicia Rossana Alvarado, por el manejo poco eficaz de la justicia a todo nivel, pero sobretodo por la poca eficacia en el control de las cárceles del país; por un lado dejando que vulnerables como Galo Lara siga teniendo un trato inhumano en el cepo de la Roca de Guayaquil; y por otro, permitiendo a condenados de cuello blanco como Jorge Glas a que puedan hacer uso de videos, el internet y demás medios de comunicación para transmitir desde la comodidad de su súper celda, mensajes a la Asamblea Nacional y a otros actores políticos. Son solo dos ejemplos.
La canciller María Fernanda Espinosa, por su silencio durante todo el conflicto doloroso vivido por el Ecuador cuando el guerrillero narco traficante “guacho”, hizo de las suyas y asesinó vilmente a los hermanos periodistas de El Comercio. Su inocultable vanidad para golpear las puertas de los países a que le nombren Secretaria General de la ONU, respondiendo únicamente a su proyecto personal, para el cual se ancla en el nombre de nuestro país. Su apoyo a los dictadores Maduro y Ortega y su poca visión integracionista; por haberse paseado todo este tiempo por el mundo hablando de ella y su óptica de una sociedad secuestrado por la ceguera del populismo provocador del derrumbe de los principios más elementales de la decencia humana. Ellas son las primeras que por voluntad expresa deberían dar un paso al costado. En el equipo del Presidente hay varios funcionarios más que no han respondido a las necesidades del país. Si no hubiese sido por el clamor popular hasta ahora estarían en el gabinete los tristemente célebres Patricio Zambrano y César Navas, dos ex funcionarios negativos, sobretodo por su incapacidad manifiesta.
La popularidad de Lenín ha pasado en poco tiempo del 80%, a un pírrico 35%. La culpa es de él, y su equipo de asesores que se mantienen en la necedad de proteger a funcionarios ideológicamente “leales” pero con actitudes y decisiones que conservan los genes del correismo destructor de los últimos años, sin ninguna aceptación de los ciudadanos. A pesar de que el CPCCS transitorio, también vapuleado por quienes no desean ser evaluados, viene haciendo un trabajo digno conforme al encargo de la voluntad popular, es preocupante saber que el liderazgo del Presidente tiene una fragilidad impresionante, cuando cualquiera de sus supuestos acólitos en la Asamblea mueve el avispero para quitarle el piso bajo la supuesta invocación de buscar la institucionalidad del Estado. Ahora o nunca, a Lenín le quedan tres años de gobierno, si no sabe aprovechar su paso por el manejo del país su gestión será recordada por triste y fugaz. (O)

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