En la consulta
Publicado el 7 octubre, 20176 octubre, 2017 por AGN
Publicado el 7 octubre, 20176 octubre, 2017 por AGN
DIARIO EL MERCURIO
[José Chalco Salgado]
[José Chalco Salgado]
En la consulta, que al fin llegó, hay que poner algunos puntos claros. Entre ellos, que este editorial no podrá agotar todo análisis y discusión que cada una de las siete preguntas, su motivación y anexos traen. Será tan solo un mapeo en términos generales, de la consulta propuesta por el Presidente de Ecuador.
Primero, la consulta popular tiene que leerse de la mano del actual escenario político, en el que hay un claro intento por romper las cadenas del correísmo. Es cierto. Pese a que existen varios incrédulos analistas, no hay duda, el actual gobernante es un Presidente opuesto a Correa que antes de cualquier medida económica, busca resolver los problemas políticos que saltan en el país.
Segundo, las preguntas elegidas para ser enviadas a examen de la Corte Constitucional no son precisamente las más urgentes desde la configuración constitucional y el apego a estándares internacionales en materia de derechos humanos. Pero cumplen una doble función. Sintonizar a Lenín Moreno con la sociedad y la popularidad de una consulta que pregunte lo que la población quiere escuchar; y a la vez, desterrar al correísmo y poder gobernar.
Tercero, por supuesto que es una consulta dedicada. No hay duda. Aquello se refleja del hecho de haber excluido del proceso eleccionario a las enmiendas realizadas en el año 2015. Pues, lo debido hubiera sido preguntar si aquellas enmiendas, que se hicieron de espaldas a la población, debían quedar sin efecto. Sin embargo, lo que interesó fue la reelección indefinida que bloquea la posibilidad del retorno del ex mandatario. En el mismo sentido, la Ley Orgánica de Comunicación, que en su regulación -de largo- afecta a muchos más derechos que los de la Ley de Plusvalía, por ser más sensible desde la construcción democrática y la vigencia de un Estado Democrático, aunque debía estar tampoco ha sido puesta en debate.
Cuarto. Quienes hemos sido críticos de la institucionalización de la participación y debilitamiento de la república y democracia, con la creación del Consejo de Participación Ciudadana, lamentablemente ahora tendremos dos más. Uno de transición y otro definitivo. Sí. Desde los anexos de la pregunta dos, se puede colegir que no se elimina el Consejo de Participación, únicamente se cesa en funciones a sus actuales miembros, y para ello se designará uno nuevo de transición, con la misma crítica que se hacía al actual, de la mano de una intromisión directa del Ejecutivo en este órgano; pues se conformará de las ternas que presente el Presidente a la Asamblea Nacional. Esta deberá elegir a los transitorios consejeros, y ante su silencio se seleccionará automáticamente a los integrantes de las ternas enviadas por el Presidente. Además, el Consejo transitorio tendrá un “súper poder” capaz de dar por terminado los períodos de aquellas autoridades seleccionadas por el anterior Consejo y, si es el caso, nombrar a nuevos. El Consejo definitivo será con elección popular y algunos mecanismos extraños, y aún por examinar. En todo caso, ya es otro cantar.
La consulta popular tiene sentido y razón. Ha sido pensada y estudiada con cautela y medición de los efectos de cada pregunta. El nuevo debate habrá que centrarlo en el camino y los nuevos tiempos que se viene. En la consulta. (O)
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