jueves, 12 de octubre de 2017

El ferrocarril, otra inmensa y costosa estafa del correísmo

  en La Info  por 
La rehabilitación y gestión del ferrocarril debe ser uno de los fiascos más grandes de los 10 años de correísmo. Varios informes que la Contraloría ha elaborado sobre el manejo de los fondos públicos en esa obra y que están colgados en su página web, muestran un manejo irresponsable, indecoroso, corrupto y sin pudor de los dineros públicos en la Empresa Pública de Ferrocarriles.
4Pelagatos revisó al menos 5 informes hechos por la Contraloría que auditan manejos financieros realizados entre el 2009 y el 2014 y el resultado es desolador y alarmante. El ferrocarril, según datos incluidos en esos documentos, costó al país 407′ 855 879 dólares y apenas reportó ventas por 20′ 196 121 dólares, con el agravante que ni siquiera hay certeza de que ese dinero se haya recaudado como se dice en los balances de la empresa. Y, como si fuera poco, si efectivamente hubo esas ventas, ellas vinieron mayoritariamente de otros organismos del Estado, básicamente del Ministerio de Educación que organizó paseos para estudiantes de colegios. “No hubo comprobantes de ingresos”, dice en una de sus conclusiones uno de los informes en el que se sostiene: “los asistentes de Tesorería y Custodios de Fondos en funciones del 1 de enero del 2011 al 31 de diciembre del 2014 no depositaron el efectivo ni elaboraron los cierres de Caja y Comprobantes de ingreso generados por la venta de boletos”.
La rehabilitación del ferrocarril fue, como se ve, una gigantesca  y costosa inversión que el gobierno de Rafael Correa hizo pensando más en en la promoción de su narrativa alfarista y revolucionaria, que en el bolsillo de los contribuyentes y el sano gasto de los fondos públicos. Nunca sirvió como medio de transporte o de comunicación y la utilidad turística, que se anunció que tendría, fue un fracaso si se compara lo que ha ingresado por ventas versus lo que cuesta su mantenimiento. El ferrocarril fue, básicamente, una enorme y carísima plataforma de propaganda política que sirivió, además, como una fórmula para el desvió de fondos públicos. Si de algo sirvió fue para ganar vistosos premios que se obtienen con votación de la gente en internet.
CUADRO EN EL QUE SE LAS VENTAS HECHAS POR EL FERROCARRIL BAJO EL CONCEPTO DE “AUTOGESTIÓN” Y DE LOS COSTOS PARA EL ESTADO BAJO EL CONCEPTO DE “TRANSFERENCIAS”.
Entre los documentos de la Contraloría que 4Pelagatos revisó existe uno elaborado por la firma auditora Deloitte & Touche que muestra la forma en que se administraron los fondos públicos en en el ferrocarril. Es un informe sobre la situación financiera de la Empresa Pública de Ferrocarriles del Ecuador al 31 de diciembre de 2014. En él se revela, por ejemplo, que la gerencia del ferrocarril no fue capaz de cobrar hasta abril del 2016 una deuda de 2′ 922 691 contraía con la empresa Adelca, por venta de chatarra, en el año 2013. “Esa cuenta no fue recuperada ni provisionada contablemente por lo que no fue factible determinar los efectos de esta situación en los estados financieros”. Deloitte & Touch puntualiza que en abril del 2016, cuando se terminó de redactar informe, esa deuda estaba aún en mediación en la Procuraduría del Estado luego de un curioso y no menos sospechoso cambio de factura.
En ese mismo documentos se agrega, entre otras cosas, que la empresa no fue capaz de determinar la vida útil de las locomotoras de forma técnica por lo que “no fue factible determinar la razonabilidad del costo neto de las locomotoras y del gasto por depreciación”. La auditoría dice que la empresa no tiene documentos que respalden la titularidad de terrenos por 2′ 150 621 dólares, por lo que no fue factible determinar los efectos de esta situación en los estados financieros. “No recibimos la Carta de Declaraciones de la Administración de la Empresa sobre los estados financieros adjuntos, requerida por las normas internacionales de auditoría, en razón de esta circunstancia no nos fue factible determinar los efectos de esta situación en los estados financieros”. En otras palabras, la contabilidad de la empresa fue manejada irresponsablemente.
En uno de esos informes de Contraloría se establece que las pérdidas de la empresa sumaron  18′ 878 889 en 2014 y de 28′ 011 371 en 2013. Además, que los gastos en personal fueron de 10′ 794 940 de dólares en 2014 y de 12′ 144 913 de dólares en 2013. En ese lapso había cuentas por cobrar por 1′ 904 155 dólares al Ministerio de Educación que se había comprometido, según el informe,  a realizar viajes pedagógicos en el Tren Crucero de la Excelencia por 7′ 047 880 de dólares y por 92 700 de dólares en el Tren Excursión. En ese saco rotó que ha sido la Empresa de Ferrocarriles cayó incluso el dinero de la cooperación internacional: la Agencia Española de Cooperación entregó 513 789. ¿En qué y en dónde habrá terminado ese aporte hecho por los contribuyentes españoles?
Deloitte dice que al 31 de diciembre del 2014 la Empresa Pública de Ferrocarriles del Ecuador mantenía 25 procesos judiciales planteados en contra por ex trabajadores que representan aproximadamente 730 078 dólares.
El manejo de la contabilidad ha sido caótico, se desprende de la lectura de los documentos. La auditoría de Deloitte recoge algunas conclusiones que más parecen de un comité de deportes de una escuela que de una empresa seria. “No se estableció una política para el adecuado reconocimiento de los ingresos del año 2014. Como resultado de esta situación, de las muestras revisadas en el examen, se identificaron servicios de transporte por 170 mil dólares que fueron prestados en el año 2014 y fueron facturados y registrados como ingresos en el 2015, y servicios de transporte por 85 mil dólares, los cuales fueron facturados y registrados como ingresos en el año 2014, pero que fueron efectivamente prestados en el año 2015”.
La empresa reportó ingresos en el 2014 por 4′ 493 266 dólares pero la auditoría no supo de dónde había salido ese dinero ni dónde estaba. “El Subgerente Financiera no estableció una política para el adecuado reconocimiento de los ingresos del año 2014”.
El gasto alegre y las cuentas irresponsablemente manejadas se expresan en muchas otras cosas, unas grandes y otras pequeñas. En otro informe, por ejemplo, se recoge el episodio de la contratación de una empresa de publicidad a la que se le pago más de 100 mil dólares para “socializar” la rehabilitación de las vías y estaciones en el tramo Quito-Guamote. Ese contrato se entregó, dice el informe, a la empresa Creatives Word of Mouth que, si bien era la más barata de las que licitaron, terminó costando mucho más de lo pactado sin que hubiera cumplido siquiera con lo que se establecía en el contrato. Por ejemplo, se observa que entregó la garantía de fiel cumplimiento cuando ya se estaba ejecutando el contrato, se le pagó el primer tramo sin acta de recepción y sin informe final y nunca se informó a los auditores de la Contraloría en qué fechas fueron los eventos de la “socialización”.
La Contraloría, en su conclusión, dice que se “elaboraron y se aprobaron pliegos sin las necesidades realesy  se hizo una contratación adicional por 20 320 dólares. Se firmó el acta de recepción antes de la terminación del evento de socialización que debía realizarse en el tramo Ambato-Guamote. Nunca se supo si se hizo lo que estaba especificado en el contrato”.
En esos informes se recoge el caso de un contrato por 264 000 dólares firmado con la empresa Waponi para que hiciera una consultoría con este presuntuoso título: “identificación de nuevos emprendimientos y fortalecimiento de capacidad locales de los emprendedores (de emprendimientos existentes y nuevos) en torno a la comercialización de productos turísticos y patrimoniales en las comunidades del sistema ferroviario.” Waponi fue la única  empresa que se presentó al concurso y la comisión conformada por el Gerente de Planificación, el subgerente de Marketing y el Especialista en Desarrollo Local del ferrocarril lo aprobaron aunque la empresa no cumplía con casi ninguno de las condiciones establecidas en la convocatoria. “La contratista certificó no haber cumplido con la experiencia que se pedía, dice el informe, y la decisión de la comisión no se basó en los parámetros de calificación establecidos en los pliegos”.  hay otros casos.
La iniciativa del Tren Crucero y del Tren de Excelencia también parecen haber sido un fiasco. La Contraloría sostiene que en total, entre el 2013 y el 2015, se gastaron en esos proyectos 6’241 797 dólares sin que se sepa con exactitud cuánto se recaudó en ventas. Lo que se sabe es que hasta el 2014 el Ministerio de Educación tenía una deuda de más de un millón de dólares y que había ofrecido gastar en total algo más de 7 millones. Es decir que  el grueso de los ingresos, finalmente, vendrían del mismo Estado.
EN ESTE CUADRO HECHO POR LA CONTRALORÍA SE VE LO QUE LE COSTABA AL FERROCARRIL EL PROGRAMA TREN CRUCERO.
Contraloría halló, asimismo, que los viajes  al interior y al exterior de personal administrativo de la Empresa de Ferrocarriles, se cargaron a la cuenta de este programa, emblemático durante el gobierno de Rafael Correa, y que nunca se supo si los contratos que se había firmado con los proveedores de servicios turísticos se habían cumplido o no. No se hizo siquiera una evaluación de esos servicios como transporte o alimentación, sostienen los auditores.  Cuando la gente de Contraloría pidió un informe sobre la satisfacción de los pasajeros con los servicios de esos proveedores, el funcionario de los ferrocarriles respondió así: “… el emprendedor o proveedor del servicio ha brindado a los pasajeros del tren Crucero atención de buena calidad, siempre cumpliendo y colaborando con las exigencias de FEEP y los pasajeros…”. No se archivó ni se documentó nada del servicio a los clientes, dice el informe. Todo un desastre.
En total, en la página web de la Contraloría hay al menos 30 informes hechos y aprobados en los que se cuestiona el manejo de los dineros en la Empresa Pública Ferrocarrilles del Ecuador. Se trata, sin duda, de la mejor evidencia sobre cómo se gastó el dinero público en una obra que, en la realidad, fue concebida como una operación de propaganda del gobierno que siempre trató de cubrir su imagen tras una supuesta inspiración alfarista. Recuperar el ferrocarril fue, para el correísmo, un golpe de imagen para alimentar ese concepto de “volver a tener patria” del que se sirvió para mantener sus altos niveles de popularidad. La obra sirvió más para fortalecer la imagen de un país como potencia turística, concebido para hinchar la autoestima de los ecuatorianos y firmar jugosos contratos de publicidad, que para obtener auténticos ingresos de turistas del exterior. Una inmensa y costosa estafa del estado de propaganda.

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