martes, 31 de octubre de 2017

¿Quo vadis PAIS?
Desde que ganó PAIS las elecciones, sus miembros de izquierda decían sin ambages: “este es un gobierno en disputa (a la derecha)”, pero pronto algunos zurdos fundadores dieron un paso al costado o fueron desplazados, y los otros se allanaron a la voluntad del caudillo y su círculo guayaquileño de poder.
30 de octubre del 2017
POR: Alexis Oviedo
Phd por la Universidad Católica de Lovaina. Ex investigador del Centro de Aprendizaje Continuo y Participación de esa universidad. Ex gerente del Proyecto de Pensamiento Político de la SNGP. Docente universitario.
La cohesión parti-daria la garan-tizaba Correa, quien a pesar de tener su grupo de favoritos, pre-miaba la lealtad de sus coide-arios de alto rango, sin distingo de ideo-logía o de origen geo-gráfico".
Quo vadis: a dónde vas… ¿A dónde va PAIS, la organización política que hasta hace unos meses era la más potente del Ecuador? ¿A dónde va, con su resquebrajamiento irreversible que quería ocultar, como las familias hacen con sus vergüenzas? El asambleísta Augusto Espinosa, en medio de la avalancha crítica por asuntos de sus días de ministro, sugirió que se transparente la división en el bloque oficialista. Usando metáforas coloquiales dice que “es preferible un divorcio maduro a un matrimonio tortuoso”, enfatiza que hay dos bancadas dentro de PAIS, que deben actuar respetándose mutuamente, votando juntas en los temas de coincidencia y alejándose sin mayor conflicto en los disensos.
Estas declaraciones visibilizan una división que venía desde la campaña electoral última, ¿o podríamos decir desde los inicios mismo del partido verdeflex? Es de sobra conocido el origen de PAIS. Partió de la asociación de militantes de izquierda como Alberto Acosta, Gustavo Larrea y Manuela Gallegos, a quiénes se sumaron otros de esa tendencia y luego antiguos militantes de la ID, la DP y Pachakutik. Como necesitaban un candidato llamaron al boy scout Correa para ocupar ese puesto y con él vinieron sus amigos del colegio y de la universidad: Glas (a) XX1, Pareja Yanuzzelli (a) CAPAYA, Alexis Mera, Casinelli, los hermanos Alvarado…
Desde que ganó PAIS las elecciones, sus miembros de izquierda decían sin ambages: “este es un gobierno en disputa (a la derecha)”, pero pronto algunos zurdos fundadores dieron un paso al costado o fueron desplazados, y los otros se allanaron a la voluntad del caudillo y su círculo guayaquileño de poder. Aunque al inicio PAIS como partido no se mostraba con solidez orgánica, la capitalización política de la obra pública y el clientelismo, pero sobre todo la figura del caudillo, como tantas otras experiencias populistas, lo consolidaron a nivel nacional.
Como en todo proceso populista, la cohesión partidaria la garantizaba Correa, quien a pesar de tener su grupo de favoritos, premiaba la lealtad de sus coidearios de alto rango, sin distingo de ideología o de origen geográfico. Como en todo proceso populista se amalgamó estado, partido y líder. Portocarrero detalla un proceso que calza a la perfección en el caso ecuatoriano: “un tutelaje estatal dirigido por un caudillo, secundado por una mafia y una clientela que dan estabilidad a un régimen que sigue jugando con la idea de salvación, con la expectativa de una respuesta final a todos los problemas... reduciéndose la libertad y concentrando el poder a nombre de alguna esencia nacional-popular”, y podría añadirse en un permanente estado de propaganda. En ese contexto la solidez aparente del partido, estaba garantizada.
Una vez que Correa deja el poder, el andamiaje comienza a desmoronarse, y se acelera cuando su sucesor no se allana al derrotero trazado, ni está dispuesto a ensalzar un imaginario de añoranza al líder exiliado, (como en su tiempo, sí lo hiciera Cámpora con Perón). Entonces, las facciones se muestran y se muestran mutuamente los dientes. Se adscriben al viejo jerarca o al nuevo presidente. Si bien al inicio, los cuadros PAIS, tanto en la asamblea como en el gabiente, se mostraban más cercanos al expresidente Correa, cinco meses después la correlación ha variado en favor de Lenín, gracias a su hábil estrategia política, a los errores y la virulencia del Mashi y a la corrupción del gobierno anterior develada,… Sin duda, hay mucho de pragmatismo, pues saben que no es conveniente estar alejado o ser enemigo de quien maneja el poder político y los recursos estatales. Son políticos y no quieren arriesgar su futuro público y su participación en las cercanas elecciones del 2019.
¿Cómo enfrentará PAIS esas elecciones seccionales?, ¿cada uno por su lado pero con el mismo nombre? ¿irán con alianzas diversas según el panorama local, en listas de otros partidos? ¿Quo vadis PAIS? La secretaria general, un puñado de asambleístas y los dos vicepresidentes del partido verde (uno de ellos en la cárcel) apoyan a Correa y arremeten contra Lenín, el presidente del partido y de la república. Pocos ministros se manifiestan abiertamente leninistas, pero otros que antes eran abiertos correístas muestran ahora perfiles bajos. Pocas directivas provinciales anuncian sus preferencias, pero la división se anuncia en muchas de ellas. La mayoría de jerarcas sigue calculando, y desde la fría real politik hacen bien, pues no está descartada la posibilidad de que regrese Correa. Serán los resultados de la consulta popular y en especial el resultado que tenga la pregunta que trata la reelección indefinida, los que  pondrán los nuevos números de la correlación de fuerzas.
En el poco probable escenario que Lenín quede excluido de PAIS, no puede apoyarse en SOMOS o CREO, no son confiables y lo sabe. Pero ya está listo un frente que “en nombre del país” apoyará al presidente hasta en la movilización, se trata de “Somos Ecuador”, formado por Compromiso Social, el partido del ministro Espinel, sobrino de los Alvarado y el del ministro Ledesma, Centro Democrático. Por otro lado “Democracia SI” dirigida por Gustavo Larrea, una organización que lenta y silenciosamente ha logrado consolidar su estructura a nivel nacional, que sigue trabajando por su legalización, ha manifestado su apoyo decidido a la consulta y a Lenín. Otro apoyo político electoral al presidente es el pequeño frente que están formando sus hermanos. Lenin Moreno no está carente de colchones político electorales.
Aun con ello, y con el apoyo que tiene de vastos sectores que no militan en el partido verde, Moreno debe seguir poniendo de su lado a las bases de PAIS desde la política pública y la inversión social, a la vez que desde la construcción simbólica de su liderazgo. Por ahora la principal tarea es la operación política en el tribunal Constitucional para garantizar que éste de paso a la consulta popular.
¿Quo vadis PAIS? ¿Quién se queda con el nombre? Ya amenazaron algunos correistas con desafiliarse, ¿Formarán otro partido, un “partido correista ecuatoriano”, tal como hizo Abdalá padre, abusando de la imagen de su cuñado fallecido? Esta especie de “PAIS-depurado”, bajo la égida del Mashi, si regresa, o de Patiño y Gaby, si no lo hace ¿Podrá lograr su registro electoral a tiempo para las elecciones? Una experiencia así en cualquier caso, sería -usando el calificativo favorito de Correa- efímera, incluso con el caudillo al frente. Algo similar ya pasa con la agrupación de la ex presidenta Kirchner en Argentina. Es innegable el apoyo que tiene Correa que según unos llega al 14% y según otros al 20%, pero no es sostenible en el tiempo. ¿Quo vadis PAIS?...

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