Pases policiales: las contradicciones de la teoría del caso (III parte)
La teoría del caso de la Fiscalía muestra a una institución policial sometida a los deseos de una estructura delincuencial, a cargo de un teniente, que terminó de sorprender desde al presidente Rafael Correa, a altos funcionarios del gobierno y a imponer sus deseos por encima de los procesos de una institución jerarquizada.
16 de octubre del 2017
REDACCIÓN PLAN V
De acuerdo a la teoría del caso, que la fiscal subrogante, Tania Moreno hizo pública en una entrevista en este medio, el presidente de la República, Rafael Correa; el ministro del Interior, José Serrano; el secretario nacional Jurídico, Alexis Mera, el secretario de la Administración Pública y el viceministro del Interior, Diego Fuentes, fueron sorprendidos por teniente de la Policía, Alexis Cifuentes, asistente de la secretaria de Rafael Correa, la señora Mariana Pico, para conseguir el nombramiento del Comandante General de la Policía, para así liderar una estructura delictiva que mercantilizó los pases de cientos de policías bajo la silenciosa mirada de sus oficiales superiores, oficiales subalternos y demás clases y policías. Además, según la fiscal, los cuatro miembros de la Policía, que se sometieron a la cooperación eficaz para delatar a la red, no mencionaron en sus versiones a los personajes políticos señalados y, por tanto, no tenía para qué involucrarlos.
Además, según la teoría del caso, el teniente Cifuentes había logrado imponer —en una institución jerarquizada como es la Policía— al comandante general, Fausto Tamayo, para que ubique —como su edecán, asistente de despacho, jefe de pases, personal de seguridad y analista de pases— a personas que el general Tamayo no conocía y con las cuales tampoco estaba de acuerdo. Además, el teniente Cifuentes había organizado a un grupo de reclutadores de pases mientras viajaba, por el Ecuador y por todo el mundo, como miembro del equipo de avanzada de seguridad del Presidente de la República.
Montenegro fue el único autor confeso que, según fuentes de la defensa, "aceptó reclutar, manejar, recaudar, procesar dinero en sus cuentas y las de su compañera sentimental".
Según la defensa de otro de los miembros de la red, el teniente Ernesto Montenegro, la versión del oficial establece que todo el dinero recolectado en la compra-venta de pases policiales se entregaba al general Tamayo y a Cifuentes. El dinero había sido depositado en la cuenta de la esposa de Montenegro, que administraba el oficial, luego lo retiraba y entregaba a Cifuentes, quien contabilizaba los pases para disponer de su ejecución a través del comandante general. La fiscal del caso se abstuvo de sindicar a la titular de esta cuenta, en la cual se manejaron unos 500 mil dólares, por concepto de pases de servidores policiales. Este dinero, fue una especie de "puente", dice la defensa de los oficiales, los cuales fueron retirados y entregados a los supuestos líderes de la organización. Para la defensa, "nunca se probó que el dinero producto de los cobros de pases efectuados por el teniente Montenegro o el capitán Carrera hayan tenido como destino final el general Fausto Tamayo o el mismo teniente Cifuentes".
Montenegro fue el único autor confeso que, según fuentes de la defensa, "aceptó reclutar, manejar, recaudar, procesar dinero en sus cuentas y las de su compañera sentimental, con la única consideración no documentada de que el dinero fue retirado y entregado en efectivo a los supuestos destinatarios". La titular de esas cuentas donde se manejó el dinero fue absuelta por la Fiscalía. Los valores y condiciones de las supuestas entregas de dinero realizadas por Ernesto Montenegro, "no se compadecen con la verdad en ninguno de los casos y tienen profundas contradicciones en circunstancias, cantidades, lugares, personas que lo presenciaron, y lo más importante, el destino del dinero, pues el incremento patrimonial solamente se evidenció en sus propias cuentas", dicen abogados de la defensa.
En toda la supuesta estructura delincuencial expuesta por la Fiscalía, se mencionan los roles y funciones específicas de los supuestos miembros de la estructura, pero no se pudo determinar, de manera precisa, cómo se coordinaban las reuniones o niveles de la estructura delincuencial, pues se señaló en el juicio que en el único momento en que confluyeron varios de los miembros policiales investigados, fue en una parrillada en la casa de un mayor Hidalgo, del cual la Corte Superior ratificó su estado de inocencia pese a que permaneció 20 meses privado de la libertad.
Los intocables
Hay otro tema que se ventiló en el caso, y es la presencia de un grupo policial llamado Los intocables. Este era un grupo de personal y oficiales de la Dirección Nacional de Inteligencia, quienes, según versiones de los abogados, fueron convocados por el teniente Montenegro y desde un principio se les dijo que serían parte de un grupo especial a órdenes del Ministerio del Interior; luego este grupo habría sido estructurado para levantar información en contra del entonces subsecretario de Policía, general Diego Mejía —quien luego sería comandante general— y del ministro del Interior para proteger, supuestamente, al general Tamayo. Pero, es a este grupo al cual se le atribuye la calidad de reclutadores dentro de la supuesta estructura delincuencial. Los reclutadores fueron los que buscaron e identificaron miembros de la policía para concretar el listado de pases y cobrar por ellos. En este grupo estaba el teniente Montenegro. Y también dos oficiales de Inteligencia, Christian Pineda y Freddy Revelo, quienes afirmaron haber tomado contacto con dos oficiales de la Secretaría de Inteligencia, Senain, quienes conocieron de primera mano los supuestos cobros por los pases policiales y no presentaron parte policial alguno que afirme lo expresado. El Caso Pases nació del parte informativo del cabo Milton Albacura, quien nada dijo de esta información respecto a la actuación de los oficiales de la Senain o su correlación con la investigación posterior. Para la defensa del caso, los verdaderos denunciantes de los hechos narrados en este caso son precisamente Pineda y Revelo, quienes fueron sentenciados a la mayor pena en este caso.
En el listado de los 1317 pases que fueron objeto de la indagación fiscal y posterior formulación de cargos, constan varios oficiales generales en servicio pasivo y activo.
Hay otro personaje involucrado y es el teniente Daniel Gutiérrez, cuya participación en el caso fue variando desde la formulación de cargos. En un principio, él cumplia el papel de financista, luego reclutador y finalmente coautor. En un momento quedó prácticamente como cabeza de la organización, incluso por encima del general Fausto Tamayo, comandante general a la fecha. La Fiscalía lo acusó de ser líder de la organización, a la par del teniente Cifuentes. Sin embargo, Gutiérrez fue el único procesado que solicitó una investigación a sus cuentas y para esto se realizó un peritaje contable, del cual se concluyó que no se encontraron incongruencias relevantes. Este oficial nunca tuvo acceso al sistema de pases, no aparece en los listados como requiriente de pase alguno, y no hay evidencia de que haya recorrido los recintos policiales, haya recaudado dinero ni haya tomado contacto con miembro policial alguno.
En el listado de los 1317 pases que fueron objeto de la indagación fiscal y posterior formulación de cargos, constan varios oficiales generales en servicio pasivo y activo, coroneles, tenientes coroneles y mayores, que forman parte de la estructura de mando institucional en las más altas jerarquías. Su designación no depende de decisiones unilaterales. ¿Es posible que estos altos oficiales haya pagado por dichos traslados policiales, aún cuando muchos de los pases de oficiales superiores significaron su salida de cargos de dirección en Quito y su traslado a zonas lejos de su residencia? Todos estos pases, además, para ser ejecutados debieron haber pasado por la observación, el análisis, la aprobación e incluso la objeción de la Comisión Técnica de Pases. Como prueba documental para demostrar la teoría del caso de la Fiscalía, de acuerdo al testimonio de un analista —y testigo— de información de la Fiscalía, se refiere a partes informativos y no a pases policiales. Estos últimos deben estar contenidos en las Órdenes Generales o en lo listados de distribución de personal, que son comunicados mediante memorando a cada miembro policial. Según la defensa, el testigo de la Fiscalía "nunca verificó siquiera si se cumplieron los pedidos de pasesy mucho menos analizó el procedimiento paralos mismos dentro de la Dirección de Personal".
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