Correa: ¿dónde están los 96 millones que dijo que valían TC y Gamavisión?
¿A cuánto asciende el perjuicio que el gobierno de Rafael Correa le hizo a los canales de televisión que incautó a la familia Isaías? Si hoy el Gobierno dice que TC Televisión y Gamavisión, las joyas de la corona del holding mediático de los Isaías, están en ruinas cabe preguntarse cuánto dinero se perdió durante los 7 años en que esas empresas fueron administradas, desde el 2009, por las manos limpias y los corazones ardientes de la revolución ciudadana.
Seguramente la mejor forma para establecer cuánta plata se ha perdido en esos dos canales es a partir de una valoración que el propio Rafael Correa hizo pública en el año 2010. El anuncio se produjo en una sabatina en la cual Correa dijo, además, que el periodista Fausto Valdiviezo debía ser separado de ese canal por el liderazgo que estaba teniendo con los empleados del canal y las críticas que hacía a la intervención del Gobierno. Lo hizo a su manera claro está, denigrando a Valdiviezo que una semana más tarde fue despedido de TC Televisión y luego de tres años asesinado sin que hasta ahora se haya encontrado y sancionado al autor. “Enanito agitador de bigotitos”, “mala fe”, “gente con amargura en el corazón”, dijo Correa a Valdiviezo aquel día en San Mateo, Manabí, donde también estaba Pedro Delgado, en ese entonces encargado de las empresas incautadas y quien también hizo una referencia irónica y lesiva sobre Valdivieso. Actualmente, su familia sostiene que el crimen estuvo relacionado con las denuncias que hizo el periodista sobre el manejo del canal. También dice que fue gente del Gobierno la que estuvo tras del crimen.
Durante esa sabatina Correa dio las cifras de la valoración: TC Televisión, según lo que leyó en el monitor de su computador, valía 70 millones 842 mil dólares y Gamavisión 25 millones 656 mil dólares. La situación siete años más tarde, en cambio, es devastadora. Según Andrés Michelena, actual gerente de los medios públicos, las pérdidas acumuladas de los dos canales bordean los 23 millones de dólares. “Gamavisión es un canal quebrado, que nadie va a comprar (…) los responsables tienen que pagar por cada centavo malgastado”, dijo Michelena durante una rueda de prensa. En el caso de Gamavisión, añadió, se registraron pérdidas por 17 millones y TC Televisión hasta agosto pasado arrojó una pérdida de 6 millones.
Si se suma lo que, según Correa, valían los dos canales se tiene que representaban más o menos 96 millones de dólares. Además, existe un inmenso lucro cesante que es todo aquello que durante esos siete años se pudo haber ganado y no se ganó y asimismo está la deuda que tienen con el Estado. Es decir, bastaron siete años de administración estatal para que aquello que se había construido durante muchísimos años quede completamente destruido.
Según informes hechos por la Contraloría, los dos canales fueron manejados por la administración Correa de forma alegre e irresponsable. Sueldos exorbitantes, gastos sin facturas ni justificativos y contratos que nunca se supo si se cumplieron o no fueron la huella que dejaron las gerencias de esos canales. Aunque actualmente no hay datos oficiales de en cuánto está valorado actualmente TC Televisión, en el 2016 el secretario de la Presidencia, Omar Simon, dijo que ese canal estaba entonces en 42′ 323 mil dólares. Es decir que, si se le cree a Simon, para entonces ya se habían perdido al menos 28 millones si se toma en cuenta la cifra que dio Correa en el 2010.
Ese día en San Mateo Correa habló mucho sobre las ventajas de que esos medios sean administrados por el Estado. La historia de estos canales representa la muerte de la tesis de Correa según la cual el Estado está más capacitado, o al menos igualmente, que el sector privado para manejar empresas. No solo que lo ocurrido muestra lo mal que administró los canales sino tambén la forma deshonesta y corrupta con que se hizo.
Correa lucía radiante y eufórico. “Denme la valoración”, ordenó y cuando aparecieron los primeros datos en su monitor aclaró satisfecho: “estas son en las que tengo participación accionarias, las que son totalmente nuestras”. Luego de haberse despachado tamaña declaración de propiedad sobre los bienes de los Isaías lanzó el desafío para que alguien los compre. “Pongan los 70 millones para pagar a los estafados” dijo refiriéndose a las personas que habían perdido dinero como clientes de los bancos cerrados que fueron también de los Isaías. “Si quieren comprarlas bueno y si no problemas de ellos!. Se refería seguramente a los empleados de los canales sabiendo perfectamente que nadie haría la compra por todas las irregularidades jurídicas cometidas por su gobierno durante la incautación.
A las pérdidas económicas y humanas que se han producido durante los siete años de administración correísta de los dos canales, habría que agregar, sin duda, el efecto distorsionador y perverso que tuvo en la convivencia democrática de los ecuatorianos el uso descarado, deshonesto y delictivo que se hizo de esos medios a los que se conviertieron en instrumentos de promoción política y adoctrinamiento.
Si Correa dio la cifra del valor de esas empresas en el 2010, lo correcto sería que ahora se haga cargo de lo que dijo.
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