#Ecuador FALLA DE CÁLCULO Por Estuardo Melo
Todos se preguntan: Qué les falló, si el entramado estatal estaba perfectamente consolidado, los artificios legales listos, las cuentas abiertas para recibir los sobornos, cifradas e indetectables, el entorno proclive y corrupto preparado, la justicia tomada, el Fiscal aleccionado, el Contralor pagado, entonces qué podía fallar, si además el gran público estaba informado de las grandiosas cualidades del gobierno, de los enormes beneficios que había obtenido, de los privilegios de los pobres, de los servicios implementados, de la gran vocación social para aliviar las diferencias, del trato igualitario.
Nada que un bien planificado populismo, una obra de relumbrón, unas espectaculares muestras de infraestructura no pudieran demostrar, para dejar convencido al más escéptico de la grandiosidad de un gobierno desvivido por los más pobres y enemigo acérrimo de los más ricos.
Avanzado el gobierno, su proyección era prácticamente eterna. Entre una fidelidad absoluta de los partidarios políticos, el apoyo popular y la consistente propaganda, la Constitución preparada para la génesis del nuevo Ecuador, el puma en salto hacia el desarrollo, surgió un inusitado factor económico. El valor del barril de petróleo a 100 dólares de promedio, que ofrecía al gobernante una especial oportunidad para gastar sin límite y dejar de lado por un tiempo la tan deseada confiscación de bienes y la consolidación de la “Propiedad Republicana” todos los bienes de los ecuatorianos, públicos y privados concentrados en un solo gran activo, obviamente manejado por el nuevo gamonal de reelección ad-infinitum.
Había dispuesto de gigantescas sumas en contratación pública y créditos externos, utilización de fondos nacionales “ociosos” y fondos de contingencia.
La velocidad de vértigo en que debían ejecutarse las inversiones requería de decretos de emergencia y empresas que pudieran cumplir con las exigencias técnicas, en muchos casos obstaculizadas por falta de estudios finales.
Hidroeléctricas, autopistas, gigantescos puentes, enormes hospitales bien equipados, cientos de nuevas instalaciones escolares, parques, refinerías de petróleo, terminales aeroportuarias y sus pistas de aterrizaje, proyectos para prevención de inundaciones y más obras que daban cuenta de un país en marcha, con una infraestructura para 100 años.
Nadie podía haber creído, que todo aquello era una ansiedad por negociar coimas y sobornos o primas por aceptación de créditos costosos.
Cientos de contratos, términos de referencia, presupuestos, costos, reajustes, contratos complementarios, ampliación de plazos, ajustándose a los créditos y desembolsos manejados por el gobierno en un incesante trabajo de burócratas, empresarios, obreros, intermediarios y participantes indirectos. Una economía vibrante estaba impactando directamente en las costumbres, el consumo, los costos y la inflación de la modesta estructura económica del país.
Pero todo ese frenesí contractual, estaba signado por decretos de emergencia, para eliminar concursos, arreglos subterráneos, pago de sobornos y reparto de ganancias por sobreprecio en esos contratos. Todo bajo un total hermetismo y reserva.
En lo mejor de la actividad, cuando todo estaba en el punto más alto de la curva, se producen en simultáneo cuatro fenómenos:
- La caída de los precios del petróleo y la revaluación del dólar;
- El jackeo de la página de Mossac Fonseca,
- El escándalo del Lava Jatto en Brasil y
- El divorcio de Tomislav Topic en Florida y su testamento.
Nunca supusieron que los precios del petróleo bajarían. Con esos precios al máximo el gobierno entró en una espiral de gasto imposible de parar. Los presupuestos anuales, el déficit fiscal y los créditos adquiridos iban a resultar impagables.
Tampoco pensaron que se descubra entre los clientes de Mossac Fonseca, nombres de altos funcionarios del régimen con cuentas offshore y empresas fantasmas constituidas para recibir sobornos, lavar activos y guardar dineros producidos por manejos dolosos de la obra estatal.
Menos aún, que la justicia brasilera consiguiera defenestrar a su Presidenta y enjuiciar y sindicar a su expresidente o, conseguir que 70 ejecutivos de Odebrecht realizaran delaciones y autoincriminaciones para disminuir sus sentencias en Brasil. O, que se revelen las listas de funcionarios pagados a través de cuentas y bancos extranjeros, que aparecen en el departamento e coimas de Odebrecht. Sumen a eso, el informe del Departamento de Justicia de los Estados Unidos y su resumen sobre el capítulo “Ecuador” y el valor, período, personajes y cuantía de los sobornos, junto al informe de la Banca suiza.
Para colmo, lo que parecía un plan consistente de continuidad de esquemas y propósitos, no resultó. El supuesto Fiscal correísta se empeña en procesar la corrupción de Odebrecht en el País, con el apoyo del Presidente que fue nombrado con condiciones que no acató y el Presidente correísta de la Asamblea pide enjuiciar al Contralor, quién es una bomba en cuanto a información represada de la corrupción ocurrida. Un Contralor que va a defenderse, precisamente amenazando con sacar a la luz los informes que se guardó, cuando les ayudaba a encubrir los ilícitos. Un contralor corrupto, denunciado previamente por recibir maletas de dinero y enriquecerse de manera dolosa en sus funciones.
Con un poco de suerte, las bombas armadas dentro del correísmo, van a estallar pronto y quién va a resultar re-electo va a ser Lenin Moreno, si logra reintegrar el desfalco masivo y recomponer la economía. Recaudando lo robado, se va a poder pagar toda la deuda externa.
Ha sido providencial, porque todo estaba preparado para que Rafael Correa se mantenga en el poder por todo el tiempo que él quisiera, con su reforma constitucional y el fraude que idearon. Habría sido imposible que se destape la cloaca que el correísmo instauró y los millonarios perjuicios queden impunes.
Ahora han sido sorprendidos con las manos en la masa. Testaferrismo, lavado de activos, concusión extorsión, cohecho, concierto para delinquir y delincuencia organizada y peculado, son el menú que tienen que afrontar las gavillas correístas.
Al menos treinta mil millones de dólares asaltados a las arcas fiscales en medio de mayor encubrimiento del ESTADO! En medio de una lucha campal de dardos que se dirigen entre sí descubriendo su inmoralidad e impudicia.
Veamos en qué queda todo esto, cuando las cabezas de los 2 capos salgan a flote, con sus enormes fortunas, sus cortinas societarias, sus cuentas off-shore, sus caletas subterráneas y sus caritas de YO NO FUI!
No hay comentarios:
Publicar un comentario