viernes, 17 de marzo de 2017

AMERICA se sigue escribiendo... con sangre

POR: María Hamlin Z.

Publicado en la Revista El Observador


...en América, desde que
recibió este nombre, 
existió una campaña 
deliberada de exterminio, 
despojo y 
aculturación
de los pueblos 
nativos.

La historia de América se ha escrito con la sangre del exterminio, en matanzas orquestadas por grupos de poder con intereses concretos, en muertes generalizadas por enfermedades epidémicas y en hambrunas. Todo ello ha afectado no sólo el equilibrio entre la salud y enfermedad de los pueblos que la habitan sino, en un concepto más amplio de salud a la integridad de esta región y a la dignidad de cada una de las culturas.
Sólo en América del Norte, tras la conquista, fueron asesinados 15 millones de indígenas desde que Cristóbal Colón puso pie en este continente en 1492. Otros 14 millones de indígenas fueron masacrados en América del Sur según Logan (2004), pero el exterminio continúa hasta hoy.
Aunque la cantidad de víctimas no se puede saber con certeza, y las cifras varían notablemente según las fuentes, sí existen pruebas irrefutables de que en América, desde que recibió este nombre, existió una campaña deliberada de exterminio, despojo y aculturación de los pueblos nativos; una campaña donde las enfermedades que mataron a gran parte o la mayoría de los indígenas no fueron siempre un subproducto desafortunado del “contacto” entre culturas, así como tampoco el sistema de escuelas tendente a borrar todo rastro de cultura indígena ha sido un intento “equivocado” de aculturación (Logan, 2004).
Así como el capitalismo se estableció hace cinco siglos en toda América a partir de las políticas de exterminio de las poblaciones originarias, las políticas neoliberales fueron impuestas hace tres décadas sobre la base del genocidio realizado por las dictaduras. Esta nueva fase de acumulación del capital requirió del aplastamiento sangriento de todas las resistencias, tarea que cumplió como política el Terrorismo de Estado en toda América Latina durante la década de los 70.
Para abrir paso a esta modalidad de la dominación capitalista fue necesario, sólo en Argentina, producir el exterminio de 30.000 luchadores. Para avanzar en su implementación, una década más tarde, debieron crear la figura del desaparecido social: los desocupados. Pero así como el capitalismo ha intentado volver a los desocupados los nuevos “desaparecidos sociales”, es el pueblo quién hace “aparecer” a los hombres y mujeres como sujetos históricos (Korol, 2004).
La historia se ha escrito con la sangre de quienes se han opuesto a ser engullidos por un sistema que les desprecia. La historia de esta América ha sido una lucha constante contra la ocupación comercial, política, cultural y contra los ejércitos que las sostienen, pero aunque parece que hemos llegado a un punto en que la ocupación se acepta, son numerosos los casos de resistencia que todavía pretenden construir salud desde lo que somos, desde donde pertenecemos, desde lo que sentimos. Por eso este trabajo pretende analizar estos tres factores: Ocupación, militarización y salud desde América Latina.

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