Unasur,
garantía de paz y democracia en la región
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Unasur es garante del diálogo político de la región. | Foto: Archivo
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El organismo ha
participado en calidad de mediador en momentos críticos para la institucionalidad
democrática en la región.
Desde el 27 de mayo de 2008, fecha en que se aprobó el Tratado
Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el organismo de
integración ha desarrollado una política orientada a fortalecer el diálogo
entre los Estados Miembros, y a erigirse como el espacio de concertación para
garantizar que América Latina sea un territorio de paz y prosperidad, según
rezan sus postulados fundamentales. teleSUR hace un recuento de estos
momentos.
Crisis política en Bolivia (Agosto de 2008)
Unasur fue clave para frenar los intentos secesionistas de los prefectos
de la llamada Media Luna (Santa Cruz, Tarija, Beni, Pando y Chuquisaca) quienes
pretendieron dar un golpe de Estado al presidente Morales, apoyados por la
embajada de EE.UU. en Bolivia.
El organismo, dirigido en ese momento por la presidente de Chile,
Michelle Bachelet, ofreció un irrestricto apoyo al gobierno constitucional de
Evo Morales, basándose en el reciente apoyo popular al líder indígena, logrado
en el referendo popular realizado en julio de 2008.
Los mandatarios latinoamericanos fundamentaron su decisión en los
principios políticos del Tratado Constitutivo, negando en reconocimiento a
cualquier intento de quiebre constitucional o fractura de la unidad del Estado
boliviano, aislando internacionalmente a los prefectos secesionistas,
responsables de la muerte de varios de sus connacionales en el evento golpista.
Golpe de Estado contra el presidente Zelaya en
Honduras (Junio de 2009)
Unasur fue un férreo defensor de la democracia y del orden
constitucional en Honduras, durante el golpe de Estado dirigido por los
sectores militares, con el apoyo de EE.UU., que derrocó al presidente Manuel
Zelaya el 28 de junio de 2009.
Posteriormente, los miembros del bloque, exceptuando Perú y Colombia, se
negaron a reconocer al gobierno de Porfirio Lobo elegido en unas elecciones
convocadas por los golpistas. El jefe de Estado de Ecuador, Rafael Correa, como
presidente pro-témpore de Unasur, fue el encargado de manifestar la molestia de
la región por la invitación del gobierno español, anfitrión de la Cumbre Unión
Europea-América Latina y el Caribe, al régimen de Honduras. Los
mandatarios no estaban dispuestos a asistir a la mencionada Cumbre.
Instalación de bases militares de EE.UU. en
Colombia (Agosto de 2009)
En julio de 2009, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, anunció la
intención de firmar un Acuerdo de Cooperación Técnica con EE.UU., que incluyó
utilizar siete bases militares en territorio colombiano, con la posibilidad de
acceder a otras instalaciones bajo su control absoluto.
La acción amenaza la seguridad de los países de la región, especialmente
de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Brasil, cuyos mandatarios expresaron su
rechazo. Como afirmara el presidente de Bolivia, evo Morales, “permitir bases
norteamericanas en Latinoamérica sería una agresión, no solamente al Gobierno,
sino a la democracia”.
En este contexto, Unasur reunida en Bariloche, Argentina, acordó
declarar a Suramérica “Zona de Paz” y refrendó la necesidad de la solución
pacífica de los conflictos sin la intervención de potencias extranjeras que
pudieran amenazar la estabilidad de la región.
Los mandatarios acordaron convocar el Consejo de Defensa Sudamericano
(CDS) de Unasur para revisar la estrategia de Estados Unidos en la región.
Aunque el bloque no logró frenar el acuerdo, presionó para su revisión y
denuncia del carácter anticonstitucional y vejatorio de la soberanía, de
acuerdo con el fallo de la Corte Constitucional colombiana.
Adicionalmente, los pueblos del Sur tomaron mayor conciencia de los peligros
que entraña la presencia estadounidense en América Latina.
Ruptura de relaciones entre Colombia-Venezuela
(Agosto de 2010)
Tras la infundada acusación del presidente de Colombia, Álvaro Uribe, de
la presencia de guerrilleros colombianos en territorio venezolano y su
financiamiento, además de la presentación de una denuncia ante la Corte Penal
Internacional contra el presidente Hugo Chávez, se produjo la ruptura de
relaciones diplomáticas entre las dos naciones.
En esa ocasión a petición de Mercosur, se movilizó el entonces
secretario de la Unasur, Néstor Kirchner, para mediar en el conflicto
y acordar una salida negociada a la crisis.
La acción política del ex presidente argentino Néstor Kirchner,
quien conversó con los presidentes Juan Manuel Santos (recién electo para
suceder Uribe) y Hugo Chávez, permitió alcanzar una Declaración de Principios
que ponía fin al impasse, acordando la reanudación de las relaciones
bilaterales con base en el diálogo directo, respetuoso, privilegiando la vía
diplomática.
Los jefes de Estado acordaron, además, un mecanismo de cooperación para
abordar la problemática fronteriza en aspectos sociales, económicos políticos y
de seguridad que permanece vigente.
Intento de Golpe de Estado en Ecuador (Septiembre
de 2010)
El triunfo popular de la Revolución Ciudadana encabezada por Rafael
Correa, la redacción de una nueva Carta Magna, la decisión soberana de no
permitir la permanencia de tropas estadounidenses en la Base de Manta, la
depuración de los cuerpos de seguridad como la Policía Nacional, hechos que
afectaban intereses de los poderosos en Ecuador fueron motivos suficientes para
el intento de golpe de Estado de septiembre de 2010.
Miembros de la Policía Nacional y de las Fuerzas Militares, contrarios
al proceso de depuración de los cuerpos de seguridad, que había procesado a 691
uniformados, responsables de violaciones de Derechos Humanos al pueblo
ecuatoriano, secuestraron al presidente de la República, Rafael Correa, en el
Hospital de la Policía de Quito, apoyados por miembros del Partido Sociedad
Patriótica del ex presidente Lucio Gutiérrez quienes pretendían asesinar al
líder ecuatoriano.
La respuesta de Unasur, en voz de su secretario general, Néstor
Kirchner, no se hizo esperar, condenando el intento de golpe de Estado y el
secuestro de Correa e instruyeron a sus cancilleres a viajar a Quito a apoyar
al mandatario. De igual manera exigieron esclarecer los hechos, juzgar y
condenar a los responsables del intento de ruptura constitucional.
Conscientes de lo sucedido en Honduras, Unasur decidió incluir una
cláusula democrática que alertaba a la comunidad internacional que no
tolerarían “bajo ningún concepto cualquier nuevo desafío a la autoridad
institucional ni intento de golpe al poder civil legítimamente elegido”, y
anticiparon que en caso de nuevos quiebres adoptarán “medidas concretas e
inmediatas, tales como el cierre de fronteras, la suspensión del comercio, del
tráfico aéreo y de la provisión de energía, servicios y otros suministros”.
El bloque regional se erigía como garante de la democracia ante la
inacción de instancias como la OEA controlado por el gobierno de Estados
Unidos, principal promotor de las actividades desestabilizadoras en el mundo,
en función de sus intereses geo-estratégicos.
Derrocamiento del presidente de Paraguay Fernando
Lugo (Junio de 2012)
Tras los lamentables sucesos durante la ocupación por parte de
campesinos de un predio gubernamental en Curuguaty (este de Paraguay) usurpado
por el terrateniente Blas Riquelme, durante el cual resultaron muertos 6
policías y 11 campesinos y decenas de heridos graves, el presidente Fernando
Lugo ordenó la destitución del Ministro del Interior y del Jefe de la
Policía. No obstante, la oposición política que controlaba el parlamento
decidió, en un ardid constitucional, realizar un juicio político al mandatario
electo.
Sin dar tiempo para preparar una defensa, el presidente Lugo fue
sometido a un “juicio” que concluyó con su destitución, a pesar de haber sido
electo por voluntad popular. Lugo había puesto fin a 61 años de hegemonía del
partido Colorado en el poder. Su derrocamiento significaba una vuelta al poder
de los sectores conservadores de la sociedad paraguaya.
En respuesta al quiebre institucional, Unasur rechazó el “juicio político”,
apoyó al presidente y posteriormente acordó expulsar a Paraguay del bloque
integrador, hasta tanto no se restaurase el orden democrático. La medida aisló
a Paraguay, país que debió proceder a restablecer el orden democrático para su
retorno al bloque.
Intentos de desestabilización y golpe en Venezuela
(Abril de 2013- Marzo de 2015)
Tras la desaparición física del Comandante Chávez, en cumplimiento de la
Constitución, se convocó a elecciones presidenciales resultando ganador Nicolás
Maduro, un hecho que no fue aceptado por la oposición venezolana encabezada por
el candidato derrotado Henrique Capriles quien convocó a desatar la rabia con
hechos violentos o “guarimbas”.
En respuesta a la violencia desatada por la oposición, que había
degenerado en la muerte de venezolanos, el 18 de abril de 2013
Unasur, bajo la presidencia pro-témpore de Surinam, llamó a una Cumbre
presidencial de emergencia para discutir la crisis venezolana.
Como resultado los mandatarios de América Latina reconocieron a Nicolás Maduro
como presidente electo, así como la legitimidad del proceso eleccionario. Las
excepciones eran Paraguay, cuyo gobierno era heredero de un golpe de Estado, y
Estados Unidos, principal financista de la oposición venezolana.
Para desmontar los argumentos opositores el ente electoral venezolano
accedió a auditar el 100 por ciento de las urnas electorales, comprobando la
pulcritud de los comicios. La presencia de Unasur facilitó el diálogo entre el
gobierno y la oposición en diciembre de ese año con la participación de los
cancilleres de Brasil, Ecuador y Colombia como garantes.
En esa oportunidad la oposición incumplió los acuerdos alcanzados y en
febrero de 2014 activó el plan golpista “La salida” que incluyó acciones
violentas que acabaron con la vida de 43 ciudadanos. Una vez derrotado este
intento de sacar a Venezuela del hilo democrático y detenido su principal
responsable, en febrero de 2015 la oposición recurrió de nuevo al golpe de
Estado en lo que se ha conocido como la “Operación Jericó” que pretendía
derrocar al presidente Maduro.
El nuevo plan, en el que estarían involucrados funcionarios de la
embajada de EE.UU., incluía el bombardeo de la sede del ejecutivo
nacional, el Palacio de Miraflores (sede gubernamental), edificios del
Gobierno, así como objetivos civiles como la cadena de noticias teleSUR.
Ante el asedio internacional encabezado por EE.UU., medios de
comunicación internacional y sectores de la oposición, y a petición del
gobierno venezolano, Unasur se hace presente en Venezuela para fomentar el
diálogo y garantizar que Suramérica siga siendo una zona de paz y evitar que se
imponga la agenda bélica de quienes están interesados en los recursos naturales
de esta región del planeta.
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